viernes, 4 de octubre de 2024

PINTURA MURAL EN LA FACULTAD DE BELLAS ARTES II, MADRID 1969-1972.













 PINTURA MURAL EN LA FACULTAD DE BELLAS ARTES II, MADRID 1969-1972.

Cuando el dedo pulgar de la mano se opuso a los otros dedos, ésta se convirtió en un instrumento prensil. El hombre descubre las posibilidades de este hecho y comienza a producir instrumentos, artesanía y arte para llenar su vida cotidiana. Prende el tronco de una rama carbonizada y empieza a dibujar sobre las superficies de la cueva lo que ha visto en el mundo exterior, en especial los animales que le sirven de sustento, como ejemplo las cuevas de Altamira. También descubre que una caña hueca sirve para transportar pigmentos, en especial el rojo, soplando en un extremo, dejándonos las siluetas de sus manos sobre el muro. Todo el inicio del arte mural, el más antiguo de la pintura.

El ser humano necesita comunicar sus pensamientos y sus ideales con ayuda de la pintura y es así como los muros de los templos, palacios y casas se adornan de bellos colores como en Pompeya, Roma, en el Renacimiento, en el Barroco, época neoclásica y en nuestros días el street - art colorean las calles. En lo conceptual, la pintura mural está estrechamente ligada al conjunto arquitectónico en el que se realiza y a su época, con sus ideas sociales, políticas o religiosas, produciendo un gran sentido decorativo. Ese atractivo por la pintura mural fue lo que me llevó en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando, hoy Facultad, a practicar la técnica de la pintura mural al fresco y a estudiar su historia. En el año 1969 me matriculé en esta asignatura, cuyo profesor era el pintor y catedrático Don Manuel Villaseñor y como adjunto Don Manuel de la Colina.

El aula donde se trabajaba la pintura mural al fresco era amplia, con grandes ventanales y con un cuarto en el que se depositaba la arena de río, la cal muerta, el polvo de mármol y el agua. Los alumnos teníamos que comprar los instrumentos de trabajo de albañil: Una llana, espátulas grandes y pequeñas, un recipiente de caucho, la artesa, para mezclar los materiales. Pinceles aptos para pintar sobre el mortero don pelos flexibles como las que se usan en acuarelas. Los pigmentos en polvo, en especial que sean colores naturales, ya que los pigmentos industriales como las anilinas, la cal los destruye y transforma.

La superficie de una pintura mural al fresco se compone principalmente de tres capas que se adhieren a la piedra o ladrillo del edificio. La primera capa está compuesta de cal y arena gruesa de río que se aplica sobre la pared; una vez extendida, se le hacen surcos para que sujeten el próximo mortero. Siguiente paso es con un cedazo, instrumento compuesto de un aro y una red metálica, que sirve para separar las partes gruesas de la arena, utilizándose una arena muy fina que se mezcla con la cal para el segundo mortero. El siguiente mortero se compone de polvo de mármol y cal. Antes de aplicar este último mortero hay que tener los dibujos preparatorios en un papel de estraza al tamaño de las pinturas a realizar, para cuando se aplique este último mortero de mármol, que se utiliza solo la cantidad que se va a pintar ese día, jornada o giornata en italiano, se calca con el mango de un pincel sobre el mortero recién puesto. La superficie siempre tiene que estar húmeda mientras se aplica el color sobre ella, y que se han preparado en cuencos disueltos en agua de cal diluida. La reacción química que se produce es la siguiente: Cal muerta, Ca(OH)2 + anhidrido carbónico del aire, CO2, que reacciona y se convierte en la superficie en una capa de carbonato de calcio, CaCO3, transparente, que protege los colores y desprende agua, H2O. 

El curso de pintura mural en San Fernando duraba tres años y empecé en 1969 a trabajar la pintura al fresco. Hacía bocetos en mi cuaderno de anillas con un bolígrafo azul. Hice nueve murales, los cuales podían considerarse pintura efímera, ya que en los siguientes cursos otros alumnos picarían mis murales para pintar sobre ellos su obra. La primera obra que hice en esta técnica fue de una mujer desnuda en primer plano con un niño en un recuadro de la parte superior. El segundo mural del primer curso lo titulé "La Madre Tierra" y me basé en dos campesinos españoles que cuidaban el jardín de la Escuela y que los fui convirtiendo en seres abstractos y desnudos que se enfrentan a un peñasco en forma de mujer, la tierra, que produce la vida y el alimento de los seres vivos y a sus pies vemos al recolector que tiene una planta en sus manos. Ambos temas los trabajé con la técnica tradicional de la pintura al fresco y por ellos me otorgaron la Matrícula de Honor de ese curso.

Como también estaba matriculado en la asignatura de Restauración y conservación de pinturas, me interesé en estudiar el arrancado de la pintura mural al fresco y como trasladarlo a otro soporte, como por ejemplo a una tela de lino para poderlo transportar. Preparé una pared y la dividí en cuatro espacios y pinté cuatro temas muy acorde con la temática que estaba realizando en los grabados calcográficos y una vez terminados comencé a practicar su traslado a lienzo. Primero probé con el mural de la mujer de la cual solamente desprendí la cabeza, el resultado no fue muy óptimo. Luego continué practicando en uno de los cuatro murales y este si lo pude trasladar satisfactoriamente. Ambos los conservo en nuestra colección particular.

Paralelamente a estos trabajos iba junto a la pintora Teresa Grasa al Instituto de Restauración a documentar y a estudiar, en su biblioteca, la historia y conservación de la pintura mural y nos facilitaron una publicación sobre el tema, escrita por los especialistas en la materia, los profesores Paolo y Laura Mora y el profesor Paul Philippot en francés, e hicimos su traducción al español. El último mural que arranque fue el del pintor de Bangladesh, Monirul Islam.

En el último año comencé a probar nuevas maneras de trabajar la pintura al fresco y utilizando la cal y la arena en relieve. Primero hice la cabeza de un anciano, tiñendo los morteros de color y el último con cal blanca y luego con una espátula dibujaba sobre esta superficie sacando la forma con el color de la base. El siguiente mural se centraba en una mujer embarazada al que titulé "Origen", saliendo la forma del fondo del mortero. Además utilicé cuerdas de pescar de nylon superpuestas sobre la pintura y dar un efecto óptico y cambiante al color de la obra. La siguiente y última pintura al fresco que hice, cuyo tema era de un grupo de personajes solitarios en la soledad del espacio. Sobre la superficie del mortero con color fijé una malla metálica y comencé a pintar sobre ella el grupo de personajes en relieve, es decir, esculto-pinturas, agregando cuerdas de nylon separadas de la superficie pictórica con el fin de producir un efecto pictórico de luz cambiante.

De todo este trabajo solamente conservo unas fotografías que hice con mi cámara Kodak Instamatic 133 y las que me hizo en diapositivas trabajando, el compañero pintor Vicente Rascón. La traducción del libro sobre la pintura mural, los murales de la cabeza de mujer y los dos jóvenes, más el mural de Monirul, junto a esta documentación gráfica, los estudios de traslado de pinturas y las altas notas que enviamos al Instituto del Restauro de Roma,  hizo que nos otorgasen la Beca de la UNESCO, para especializarnos en la Restauración y Conservación de Pintura Mural, teniendo como profesores, entre otros, a Laura y Paolo Mora y Paul Philippot, quienes nos trasmitieron sus conocimientos de este bello oficio, la Pintura Mural.

Carlos E. Barboza Vargas. Miembro del ICOM-UNESCO.

Archivo Barboza-Grasa de Zaragoza.

Ver enlaces:

https://barbozagrasa.blogspot.com/2015/02/la-pintura-mural-en-la-facultad-de.html

https://barbozagrasa.blogspot.com/2017/01/en-de-conservacion-restauracion-dela.html

https://barbozagrasa.blogspot.com/2019/11/conservar-y-restaurar-pintura-mural-en.html

https://barbozagrasa.blogspot.com/2018/11/la-carrera-espacial-laencaustica-y-la.html

 

 

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