viernes, 3 de junio de 2022

EL AVIADOR JULES VEDRINES EN HUESCA,EN AGOSTO DE 1912, FOTOGRAFIADO POR AURELIO GRASA.


 



EL AVIADOR JULES VEDRINES EN HUESCA, EN AGOSTO DE 1912, FOTOGRAFIADO POR AURELIO GRASA.

En el verano del año 1912 el aviador francés Jules Vedrines, (1881-1919), viajó hasta Huesca para participar con su avión en las Fiestas de agosto en honor de San Lorenzo, patrón de la ciudad, realizando sus vuelos de exhibición en las cercanías de la capital, despegando desde el Aeropuerto de Loreto. Llegó en su gran automóvil Hispano Suiza, que causó la expectación de todos los presentes.

El joven Aurelio Grasa viajó desde Zaragoza y fotografió la caravana de automóviles que partieron de la ciudad y luego el evento deportivo con su cámara Goerz de placas de 9 x 12 cms.,  publicándose en  el número del mes de agosto de la revista La vida en el Campo, editada por Heraldo de Aragón, una colección de cinco fotografías, formando un collage a toda página. Llevan el título y los pies de foto siguientes:  DE SPORT. Vedrines en Huesca. Hacia el campo de aviación. Preparando el motor. Vedrines después de un vuelo. Volando sobre las tribunas.

En el diario Heraldo de Aragón del día 11 de agosto de 1912, se publica una larga crónica de las Fiestas de Huesca y sus diversas actividades, firmada por Martón y Ena, e  ilustrada con una fotografía del fotógrafo Francisco De las Heras, establecido en Jaca, quien cubría gráficamente todos los acontecimientos de la provincia oscense.

En el apartado titulado  Vuelos de Vedrines publicado en Heraldo de Aragón, se explican todos los pormenores: 

A las dos de la tarde comenzó a despoblarse la ciudad. En autos, coches, carros, tartanas de todas las épocas, ómnibus de Zaragoza, Huesca, Barbastro y de los pueblos cercanos, a pie y a caballo la gente se dirigía al campo de aviación, ansiosa de admirar nuevamente al hombre pájaro. …. A las cinco y cuarto fue sacado el aparato del hangar. Reinaba fuerte viento molesto. Volará?  Se preguntaba la gente. Mientras el mecánico examinaba el aparato Vedrines conversaba animadamente con las autoridades y con cuantos nos encontrábamos a su lado….

De pronto, Vedrines subió al aparato  y sin ayuda de nadie y lo mismo que si dirigiera un automóvil, lo hizo correr por el suelo y se elevó seguro funcionando admirablemente el pájaro. Dio dos vueltas alrededor del aeródromo y efectuó magníficos virajes con una precisión verdaderamente matemática. … En segunda vuelve a volar de nuevo elevándose a 300 metros de altura hace caprichosas evoluciones, vira en redondo, y aterriza planeando en el mismo sitio de salida. Nos dice Vedrines que desde las alturas presenta magnifico aspecto el campo de aviación, calculando en 20.000  las personas que presencian los vuelos. Los que conocen al aviador, dicen que es un excelente calculista.

Arrecia el viento cuando Vedrines se dispone a realizar el tercer vuelo. Vedrines hace jugar el aparato y se eleva a pocos metros y asusta a la gente porque vuela sobre las cabezas, originando los sustos consiguientes. …. Al aterrizar el entusiasmo del público llega ya al máximun. El alcalde, sr. Escuer, estrecha las manos de Vedrines y le felicita cariñosamente en nombre de la ciudad. Vedrines está contento. Da un Viva Huesca y sube a su automóvil regresando a Huesca. Vedrines ha realizado los vuelos de hoy con el traje de calle, sin careta ni nada….

Al contemplar las fotografías de Aurelio Grasa podemos seguir el reportaje completo de la estancia en tierras oscenses del intrépido piloto Jules Vedrines.  Aurelio inicia la narración gráfica con un alto en el camino para fotografiar a la caravana de automóviles que circula por la carretera polvorienta que parte de Zaragoza hasta Huesca; uno de ellos lleva la matrícula Z-94. Asimismo, vemos al piloto Jules Vedrines que llega al campo de aviación conduciendo su automóvil Hispano Suiza, de último modelo, quizás ya construido en la nueva fábrica que la afamada marca española había instalado en Levallois Perret, en Francia en 1911. Parece ser un modelo realizado a medida según las directrices de su propietario, pues tiene unas características en cuanto a la amplitud de las plazas de los acompañantes que supera las usuales en esos modelos que suelen ser biplazas.  Alfonso XIII dio su nombre a este modelo de potente motor que utilizaba para competir en las incipientes carreras de automóviles.  Vedrines va acompañado de varias personas que van sentadas en unos asientos realizados con tablones de madera, colocados tras el asiento del conductor.

 Siguiendo el hilo narrativo del redactor gráfico vemos gráficamente el hangar, donde guarda Vedrines su avión, esa caseta realizada con tablones verticales de madera, entre los que se filtra la luz del atardecer, creando una escena de magia. Apreciamos al piloto sonriente y confiado, con su gorra de cuadros, vestido de calle, tal como nos cuenta Martón, y al mecánico ajustando el aparato, un monoplano Deperdussin, con motor Gnôme de 100 HP., que tiene 6,25 m de largo y 7 metros de envergadura. Unos pocos privilegiados comparten experiencias con el piloto, algunos también compartían su automóvil.  

A continuación, contemplamos a los numerosos asistentes al acontecimiento, dispuestos tras unos cordones tendidos por la Guardia Civil. Hay postes con banderas y los niños y los mayores van vestidos con sus mejores galas, dispuestos a contemplar las exhibiciones del afamado piloto. Tras los preparativos iniciales, vemos a Vedrines  deslizarse por el campo de aviación, luego ya en el aire realizando sus vuelos y en otra imagen apreciamos el aparato a muy baja altura, sobre el público asistente ya muy próximo a aterrizar. ¿Ese ese el momento en que el periodista dice que asustó a la multitud?

Y luego, aparece Vedrines saliendo exultante y sonriente de su aparato, corriendo hacia el fotógrafo, dando por finalizada la exhibición. La foto está tomada muy de cerca, con un punto de vista muy bajo por lo que se agranda la imagen del deportista.

Esta colección de imágenes fotográficas de Aurelio Grasa son especialmente interesantes ya que muestran gráficamente los últimos avances tanto en aviones como en automóviles y lo puesta al día que estaba la ciudad de Huesca, a la par que las más importantes ciudades españolas y europeas pues presentaba las actividades deportivas más innovadoras.

En este mes de junio del año 2022 se cumplen cincuenta años de la muerte de Aurelio Grasa Sancho el 30 de junio de 1972. Y sus fotografías de Jules Vedrines realizadas en 1912, alcanzan los 110 años de edad. Su obra fotográfica, llena de pasión y técnica prevalece y cada día se descubren nuevas facetas de su trabajo gráfico, pionero, incisivo y descriptivo. Sus fotografías constituyen un testimonio gráfico del acontecer humano en Aragón y forman un reportaje de gran valor artístico, fotográfico  y etnográfico. Deseamos que con las imágenes de Aurelio Grasa de estos vuelos de Vedrines, siga volando su obra fotográfica y cada día se abran nuevos espacios a la imaginación y a la superación de fronteras.  

     Teresa Grasa Jordán                                          Carlos Barboza Vargas

    Archivo Fotográfico de Aurelio Grasa             Archivo Barboza Grasa

Ver enlaces:

https://barbozagrasa.blogspot.com/2021/04/la-i-semana-de-la-aviacion-en-zaragoza.html

https://barbozagrasa.blogspot.com/2021/11/aurelio-grasa-fotografiando-frey-y.html

 You Tube

https://youtu.be/kaJ_ycJLxuQ

 


2 comentarios:

  1. Carlos Barboza Grasa10:06 a. m.

    Precioso!!!

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  2. Anónimo3:34 p. m.

    Que vidas tan interesantes las del aviador y las del fotógrafo

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