El lunes 5 de julio, en el Heraldo de Aragón, en la sección, Verano, una mirada a la Historia, El artista en Heraldo de Aragón, Goya 275 aniversario, página 45, el periodista Juan Domínguez Lasierra, desglosa nuestra trayectoria como restauradores de la obra de Goya en Aragón, en base a los diversos artículos publicados en dicho medio, desde los inicios de nuestros trabajos de restauración en Aragón, a finales de 1978, en que fuimos enviados por el Ministerio de Cultura a través del Instituto de Restauración de Madrid para restaurar las pinturas murales de Goya en la Cartuja de Aula Dei. Un trabajo impresionante y un privilegio, el poder admirar y estudiar las primeras grandes obras del genio tras su vuelta de Italia, de donde vino lleno de ideas acerca del arte de la pintura, de la arquitectura y del papel del pintor en el mundo del Arte. Tras su periplo Italiano, Goya abre los ojos a un mundo nuevo y a unas nuevas maneras de entender la pintura, su implicación en el entramado arquitectónico y su descubrimiento del color y la composición, ahora mas compleja que la que empleaba en sus inicios aragoneses. Pero esta sólida formación en los talleres de José Luzán y de su padre el dorador José Goya, le permitieron acceder a comprender y poder vivir en Italia durante su estancia, ya que no disfrutó de ayudas oficiales, para luego desarrollar en Aragón todo lo aprendido.
Juan Domínguez recuerda los primeros artículos en Heraldo sobre Aula Dei, la cúpula Regina Martyrum y El Coreto, en El Pilar, o las pechinas de Goya en Calatayud y Remolinos y la pintura de la Casa de Jesuitas en Alagón. Todas estas obras de Goya de juventud y su primera madurez hacen del Territorio de Aragón un Territorio de Goya, pues en estos espacios y en estos paisajes pudo crear sus obras mas puras, ya que conservaba intactos su fuerza y su pasión por la pintura.
Todos estos trabajos se reunieron en un libro Goya en el camino, editado en fascículos por Heraldo de Aragón, en marzo de 1992; un alarde tipográfico y de organización, en el que tuvimos que condensar en sus páginas la vida de Goya, contada a través de la experiencia como pintores y restauradores, muy cerca de sus superficies pintadas. Aportamos nuestra opinión sobre la formación pictórica goyesca, opinando que, por su técnica, tenía que haber visitado Venecia y contemplado la pintura veneciana, idea que chocaba con la opinión generalizada de que se había centrado en Roma. Algún tiempo después, en octubre de 1993, salió a la luz el Cuaderno italiano en el que se confirmaba nuestra hipótesis veneciana. Varias de las pinturas que comentábamos como obras de Goya, El éxtasis de san Antonio Abad, pintado en Roma en su viaje a Italia, El nombre de Jesús de Alagón, o el dibujo de Desnudo, de la Económica, ya van siendo admitidas por los historiadores. Otras siguen a la espera,.... La obra tuvo una gran difusión, por la novedosa presentación como coleccionable, ya que fue accesible al gran público.
Agradecemos a Heraldo de Aragón, a Juan Domínguez Lasierra y a todos los periodistas que nos han ayudado y acompañado en esta trayectoria apasionante que es trabajar con obras de Goya e investigar a partir de sus obras auténticas. Este artículo se ha publicado en la edición de Heraldo de Aragón en papel y en la edición on line.
Carlos Barboza Vargas y Teresa Grasa Jordán
Restauradores, Facultad de Bellas Artes de San Fernando, Madrid. ICOM, UNESCO, Roma.
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