jueves, 1 de julio de 2021

D. RAMÓN DE PIGNATELLI Y MONCAYO, PINTADO POR GOYA EN 1790












 

D. RAMÓN DE PIGNATELLI Y MONCAYO, PINTADO POR GOYA EN 1790.

El día 30 de junio de 2021 se cumplen 228 años de la muerte en Zaragoza de D. Ramón de Pignatelli y Moncayo, (1734 – 1793), segundo hijo de D. Antonio Pignatelli de Aragón, Conde de Fuentes y de Francisca de Moncayo y Fernández de Heredia. A sus estudios eclesiásticos, filosóficos y artísticos, unió los estudios de Matemáticas, Física y Ciencias, por lo que su formación fue muy completa. Su capacidad de organización y sus vastos conocimientos le valieron para promover a su tierra de Aragón en todos los ámbitos. Es conocido por ser el principal impulsor y realizador del Canal Imperial de Aragón entre 1776 y 1790, que conectó y puso en regadío, con grandes dificultades técnicas y organizativas, amplias tierras en el curso medio del Ebro, desde El Bocal en Navarra, llegando hasta Zaragoza en 1784. Este sueño hidráulico, del que dudaban los aragoneses, le hizo erigir la “Fuente de los Incrédulos” en Casablanca, que hoy día nos acoge con la misma frescura que entonces.  La Junta rectora del Canal Imperial encargó con motivo de la finalización de las obras un retrato de cuerpo entero de su primer Protector, D. Ramón de Pignatelli,  a Francisco de Goya, quien lo pintó en 1790, para colocarlo en las dependencias representativas de El Bocal.  De esta obra, debido a la importancia del retratado, se hicieron en años posteriores numerosas copias, tanto a tamaño natural como reducciones y de medio cuerpo, generalmente de calidad muy inferior.

En diciembre de 1984, con motivo de la celebración del Bicentenario del Canal Imperial de Aragón y la  llegada de sus aguas a Zaragoza, Ibercaja organizó una gran exposición a celebrar en sus salas en enero de 1985 y solicitó al Canal Imperial el préstamo de sus retratos reales y el de Pignatelli, que figuraba por entonces atribuido a Narciso Lalana, ya que así figura en una inscripción en la cartela del retrato.  El 14 de diciembre de 1984, los organizadores depositaron este retrato de Pignatelli en nuestro taller de restauración, solicitando efectuar una limpieza de barnices pues estaba muy oscurecido y querían exponerlo al mes siguiente.

Tras realizar los estudios preliminares, realización de fotografías de todo tipo, con luz natural y rasante, rayos ultravioleta, infrarrojos y radiografías, - estudio del soporte y su técnica pictórica, - Instituto Textil de Tarrasa, Instituto de Carboquímica de Zaragoza,- observamos, a pesar de los numerosos repintes,  la gran calidad de la obra y que sus materiales, tela de lino y pigmentos,  no eran del primer tercio del siglo XIX sino de finales del siglo XVIII. Asimismo, presentaba la pintura a lo largo de todo el perímetro numerosas pérdidas de materia pictórica en su totalidad,  - capa pictórica y preparación, - que dejaban ver diferentes roturas y estucados antiguos sobre la tela, lo que no coincide con que sea un cuadro pintado en 1821,  tras la Guerra de la Independencia, sino antes y que ha sufrido los diferentes avatares propios de un conflicto bélico de esa magnitud.

Comunicamos a los responsables de Ibercaja y Canal Imperial  nuestra opinión, que nos encontrábamos ante el retrato de Pignatelli original pintado por Goya en 1790, no una copia decimonónica, y que el pago efectuado a Lalana en diciembre de 1821, que consta en el archivo del Canal Imperial corresponde a su labor de arreglo y repintado, no a la ejecución de uno nuevo. Por otra parte si se le pagó por: reponer el retrato que existía y se perdió en la pasada guerra, 2000 reales, si se había  dado por desaparecido, …. ¿de dónde lo copió Lalana?  ¿cómo pudo copiarlo si no existía?

Publicamos nuestras consideraciones en un artículo en el Heraldo de Aragón, 20 de enero de 1985, en El País, 21 de enero de 1985,  en la Revista ICONICA, Artes Visuales, Didáctica e Investigación, 2º trimestre 1985, de las Facultades de Bellas Artes y en la revista GOYA, Nº 252,  el profesor John F. Moffitt publicó un extenso artículo avalando la opinión de que se trataba del desaparecido retrato goyesco de Pignatelli de 1790 y el profesor Nigel Glendinning también lo certificó. 

En el mes de abril del año 1928, la Revista Aragón, publica un número extraordinario en homenaje a Goya en el centenario de su muerte en Burdeos, en 1828.  Diversos  artículos glosan sus pinturas y entre ellos, uno de Lasierra Purroy  aporta su opinión con datos cronológicos significativos acerca de obras goyescas.  Lo titula:

NU E V O S   C U A D R O S   D E  G O Y A

En un papel fechado en Zaragoza el 30 de diciembre de 1813, firmado por don Tiburcio del Caso, que lleva este epígrafe: "Razón de los reparos necesarios en la iglesia del Monte Torrero causados mientras los asedios de esta ciudad y el coste que tendrán para dejarla corriente", hablando del interior de la iglesia, dice que necesita grandes reparos a causa de haberla hecho servir de cocina quemando y quebrantando las mesas de altar que eran de jaspe los más hermosos; asimismo las pilas bautismal, de agua bendita y lavatorio, habiéndose llevado' los tres cuadros famosos pintados por el célebre, D. Francisco Goya, que para dejarla por lo interior en el mismo estado que antes, sin incluir el coste de los cuadros, que fué treinta mil reales, son necesarios 26.000-. La verdad de la atribución de estos tres cuadros famosos al célebre D. Francisco Goya, la garantiza la firma del documento: D. Tiburcio es contemporáneo del pintor y estaba empleado en el canal imperial ya en vida del primer protector D. Ramón Pignatelli. Sobre lo que representaban esos cuadros hay afortunadamente noticias concretas; en otro papel fechado en Zaragoza en 26 de agosto de 1814 y que lleva esta cabecera: "Razón que manifiesta los papeles, pinturas y objetos de bellas artes que existían en el año 8 en las oficinas y edificios de los canales Imperial y Real de Tauste y han sido extraídos la mayor parte por el Gobierno francés", se insertan estas cláusulas:

"En la iglesia del Monte Torrero se hallaban los quadros siguientes todos de excelente pintura y son a saber: "El principal representaba la aparición de San Isidoro Arzobispo de Sevilla a San Fernando Rey. "El segundo a Santa Isabel Reina cerrando las llagas a una enferma."El tercero a San Hermenegildo Rey puesto en prisión. "En la Capilla de la Casa Blanca existía un cuadro de Nuestra Señora del Pilar. "En la de las obras del Jalón otro de la Purísima Concepción. "En la iglesia del Bocal el quadro que representaba a San Carlos Borromeo.- "En el palacio nuevo del Bocal se hallaban bajo dosel los retratos de S. S. M. M. D. Carlos I V y D.a Luisa de Borbón y el del Emperador Carlos V. "Ultimamente se hallaba en el mismo palacio un cuadro de D. Ramón Pignatelli del natural puesto en pie".

Resultan de estos datos obras de Goya no conocidas (o perdidas) de arte religioso; con fundamento deben atribuírsele también los retratos de los reyes y de Pignatelli existentes en el Bocal, así como los cuadros de las capillas de la Casa Blanca y de la casa del Jalón. Todo esto confirma lo que se sospecha por todos y no puede ser probado documentalmente haber sido la familia Pignatelli y muy especialmente el gran patricio D. Ramón quien alentó a Goya y le proporcionó los medios morales y quién sabe si también los materiales de llegar a Floridablanca y con él, de un lado a Mengs, de otro a la nobleza y a los reyes. Es satisfactorio poder unir estos dos grandes hombres, PIGNATELLI y GOYA.

              Antonio Lasierra                                                                                                                                              Director del Canal imperial, Académico de Bellas Artes de San Luis.  

Las consideraciones de Lasierra demuestran que en 1814 el retrato de Pignatelli se encontraba en el Palacio Nuevo de El Bocal, - luego la pintura no había desaparecido,- y pocos  años mas tarde, en 1821, se le encarga reponerla a Lalana, quien, la estuca para tapar los numerosos desperfectos perimetrales,  y la repinta, tanto, que la firma; actuación  que también hizo en la pintura del Ecce Homo del trascoro del Pilar:  Narcisus Lalana restauravit 1826 en la parte superior de la tabla.

En el año 1915, el Heraldo de Aragón publica un número extraordinario con motivo de las Fiestas del Pilar y encarga a Aurelio Grasa que realice varias fotografías de Zaragoza, de El Pilar y de los cuadros goyescos. Se conservan placas de cristal de los retratos de Fernando VII, el Duque de San Carlos y Pignatelli. Finalmente, sólo se publicó el retrato del Duque de San Carlos ilustrando un precioso artículo de Ricardo del Arco acerca de las pinturas murales de Goya en el Oratorio del Palacio de Sobradiel en Zaragoza.

En 1972 figuraba como obra de Goya en el tríptico editado con ocasión de la inauguración de la nueva Casa del Canal Imperial en Casablanca, Avenida de América.

En el año 2012, Miguel Beltrán Lloris, director del Museo de Zaragoza, a quien entregamos un completo estudio sobre este retrato, lo expuso en una sala junto al Retrato con sombrero,-  para nosotros también obra de Goya, no de Francisco Bayeu, - en un apartado denominado En Estudio.

Solicitamos entonces organizar una muestra comparativa entre obras firmadas por Lalana, Santa Ana y la Virgen, del Museo de Zaragoza, La Venida de la Virgen del Pilar, del Canal Imperial, de factura muy rígida, cuadro del que se encontró en 1985 el pago a Lalana en 1827, y que antes figuraba como obra de Bayeu,  o las pinturas de la Iglesia de Burbáguena, también con leyenda a sus pies, y el retrato de Don Ramón de Pignatelli, de Goya,  para estudiar y comparar las diferentes técnicas, diseño y soportes.  Hasta la fecha esta propuesta no se ha llevado a cabo.

En el año 2021, 36 años después de la exposición del Bicentenario del Canal Imperial de Aragón en 1985, a pesar de las evidentes diferencias cronológicas, técnicas y estilísticas entre la pintura de Goya y la de Lalana, el retrato de Don Ramón de Pignatelli y Moncayo, pintado por Goya según nuestra opinión, refrendada por diversos estudiosos, ya no está expuesto en el Museo de Zaragoza, ni se sabe nada de posteriores estudios.  Hoy permanece oculto en los almacenes del Museo. En el 228 aniversario de su muerte, para nosotros su retrato sigue vivo. Esperemos que algún día salga a la luz y brille de nuevo su venera de la Orden de La Inmaculada.

Teresa Grasa Jordán y Carlos Barboza Vargas

Zaragoza, 30 de junio 2021

Restauradores. Facultad Bellas Artes de San Fernando, Madrid. UNESCO, Roma.

Ver enlaces:

http://barbozagrasa.blogspot.com/2021/03/aurelio-grasa-heraldo-de-aragon-y-los.html

http://barbozagrasa.blogspot.com/2021/03/goya-viaje-italia-i-zaragoza-barcelona.html

http://barbozagrasa.blogspot.com/2021/03/goya-y-la-cartuja-de-aula-dei-en-el.html

 

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