GOYA EN CIVITAVECCHIA Y ROMA, 1769-1770.
Francisco de Goya sale de Génova por vía marítima hacía Civitavecchia. Esta ciudad costera que pertenecía en el siglo XVIII a los Estados Pontificios, fue un puerto principal construido por los romanos en tiempos del Emperador Trajano, siendo invadido por los sarracenos, quedó destruido y abandonado. El Papa Urbano VIII comenzó a reconstruir los baluartes defensivos, convirtiéndose más tarde en el puerto franco de Roma y en la principal conexión marítima del Mediterráneo y del mundo cristiano, ya que viajaban romeros o peregrinos a El Vaticano por vía marítima. El Papa Julio II encargó a Bramante reconstruir el macizo o murallas defensivas, para defenderlo de los ataques de los piratas y fue completado en 1535, por los arquitectos Juliano Leno y Antonio Sangallo el Joven. La parte superior o máschio fue diseñada por Miguel Ángel, el cual dio nombre a la fortaleza.
Más tarde se construyó el Arsenal que fue encargado a Giovanni Bernini
por el Alejandro VII, para albergar la flota de la armada papal, que servía
para construir, guardar, reparar y aprovisionar barcos de guerra y comerciales
de los Estados Pontificios y fue construido durante los años 1660 y 1663. En el
Cuaderno Italiano, Goya la recuerda entre las diez mejores
ciudades que vio en Italia y sin duda se enfrenta por primera vez a dos grandes
creadores de obras civiles y militares como son Miguel Ángel y Bernini. Una
pintura de 1668, titulada "Arsenal de Bernini" de Viviano Codazzi y
Filippo Lauri, en los Museos Vaticanos, dan fe de la belleza de este puerto
papal y que Goya llevó en su retina.
Le separan al pintor aragonés, 80 kilómetros por la Vía Aurelia, de Roma,
su meta. Al llegar a las cercanías de la Ciudad Santa, seguramente tuvo la
misma impresión que los viajeros europeos que visitaron esta ciudad de arte
como son: M. Berengert, acompañado por el pintor Fragonard y su esposa
Marié-Anne Gerard en 1773, el Abate Andrés en 1785, Goethe en 1786, Nicolás de
la Cruz en 1797 y el amigo de Goya, Leandro Fernández de Moratín en 1795, lo
describe así: "...Se ve Roma, pocos árboles, pocos pueblos, con una imagen
de desolación, ha sido tierra de guerras...", al igual que Fragonard,
Mariè-Anne y Bergeret en 1773 describe así los alrededores cuando van con
destino a Tivoli: "...al salir de las murallas de Roma se encuentran
las planicies áridas, los campos abandonados y algunas tumbas en
ruina...".
Pero una vez traspasada la Puerta del Pópolo, - entrada de
extranjeros y peregrinos al igual que el puerto en el río Tíber llamado de La
Ripetta, que lo utilizaban los que viajaban por via fluvial, cuya calle termina
en la Plaza del Popolo, - así se entra a una ciudad que es el centro de la
espiritualidad cristiana y del arte. Ya exclamó Goethe cuando se encontró en
Roma: "He vuelto a nacer". Goya llega a una puerta de tiempos
romanos, pero reformada por los papas y que en la cara que da a la ciudad es de
mármol y diseñada por Bernini y luego se abre una gran plaza con dos iglesias
donde se encuentran pinturas de Rafael y Caravaggio y en el centro de la misma
un gran obelisco egipcio y calles, como la Vía del Corso, que conducen al
centro más poblado de la ciudad, los alrededores de la Plaza Navona y la Plaza
de España, junto con el Vaticano.
Esta ciudad nos la describe así el Abate Andrés: "Roma moderna es un emporio de las
Bellas Artes, sus pinturas, sus fábricas, son una verdadera escuela de
la escultura, pintura y arquitectura, y sus plazas, sus fuentes, sus jardines,
sus villas y sus bibliotecas son tantas.......los especialistas hallan en Roma
inagotable materia con que alimentar su justa curiosidad", y luego
añade: "No hay casa en Roma que no abunden los libros.... en España se
malgasta el dinero en vanidades" 1785.
Esta es la Roma a la que tiene que enfrentarse Goya. -¿Dónde vivirá estos primeros días? - Por el cuaderno de apuntes o taccuino
que adquirió, que es de cubierta de pergamino de 19.5 x 13.3 cm., de papel verjurado,
con filigrana de la época fabricado por Fabriano en el siglo XVIII, se deducen
indicios. En un primer y tercer dibujo que aparecen en él, hay dos pechinas con
la pintura mural al fresco que su admirado pintor Corrado Giaquinto pintó en
1750 en la Iglesia de los Franceses de San Nicola dei Lorenesi,
dedicada a este Santo y que se encuentra en la calle Largo Febo, que está junto
a la Plaza Navona. En esta plaza
romana se encontraba también, la iglesia de Santiago de los Españoles (San
Giacomo degli Spagnoli) de 1440 y que el Papa Alejandro VI, la aumentó
con nuevas obras, ampliándola por Vía Sapienza con dos edificios adyacentes, el
Hospital y el Hospicio para residencia de peregrinos españoles de escasos
recursos. En la iglesia había pinturas de Anníbale Carraci sobre la vida
de San Diego de Alcalá. Puede que el joven y estudiante Francisco se hospedara
aquí ya que la iglesia francesa de San Nicola, se encontraban una frente a la
otra en la Plaza Navona y el cuaderno con sus dos dibujos nos acerca a ello.
Su admiración y recuerdo de Bernini aumentará al ver y estudiar una de
sus obras maestras, "La fuente de los cuatro ríos”, que se encuentra en el
centro de la plaza sujetando un obelisco egipcio. Justo al frente de este
monumento está la iglesia de Sant`Agnese in Agone,(Santa Inés en
Agonía), donde se encuentra la tumba de Inocencio X, a quien en vida pintó Velázquez
y que fue el promotor de la remodelación de la Plaza Navona y junto a esta
iglesia está también el Palacio Pamphili, su residencia y la de sus familiares.
Cuando el joven Francisco llega a Roma se encontraban allí establecidos dos
artistas aragoneses, mayores que él, que conocieron a Goya en Zaragoza en su
época de estudiante con Luzán, y en el taller de los Ramírez. El pintor y
arquitecto Manuel Eraso (1740) y el escultor y ebanista de Tarazona Juan
Adán (1741), ambos protegidos por el pintor sevillano Preciado de la Vega,
D. Tomás de Aizpuru y por el todopoderoso aragonés Don Nicolás de Azara, amigo
y admirador de Mengs. Eraso y Adán contactaron con Goya como lo demuestra
cuando firmaron, como testigos, el Certificado de Soltería, que se
expidió en Roma el 27 de abril de 1771, el cual acreditaba que Francisco Goya
no había contraído matrimonio, ni se había comprometido en Roma con ninguna
joven. Este certificado tenía que presentarlo en Madrid antes de casarse con
Josefa Bayeu en 1773.
Juan Adán vivía en la Via Frattina dependiente de la parroquia de
la Sant´Andrea delle Fratte, o Santuario della Madonna del
Miracolo, donde se encontraban dos ángeles originales de Bernini, en la
misma zona de la Piazza di Spagna, cuya fuente fue diseñada por
Bernini y el Palacio que alberga la Embajada de España, donde empieza la Vía
Condotti. Esta calle nos lleva al Castell Sant`Angelo y al Vaticano, en
la cual se encuentra la Iglesia de la Santa Trinitá degli Spagnoli
(Santa Trinidad de los Españoles). En el
altar mayor hay un cuadro al óleo de Corrado Giaquinto y los frescos de
la cúpula y las cuatro pechinas, más y los lienzos ovalados de los muros
laterales, fueron pintados por el artista español, becado por la Academia de
San Fernando y alumno de Giaquinto, Antonio González Velázquez, en 1742.
Este pintor luego en 1753 pinta al fresco la cúpula mayor sobre la capilla de
la Virgen del Pilar en Zaragoza y que Goya vio realizar cuando era un niño. El
santo arrodillado ante dos ángeles de Roma, lo repite Goya, años más tarde,
como San Simón en la cúpula Regina Martyrum del Pilar.
Seguramente Juan Adán le ayuda a ubicarse en esta gran ciudad enseñándole rincones que los viajeros del Grand Tour no ven y otros imprescindibles, como la famosa iglesia de Sant`Andrea della Valle, (San Andrés del Valle), con la segunda mayor cúpula suspendida de las iglesias de Roma después de la de Miguel Ángel en San Pedro. Se encuentra a la derecha la capilla Strozzi, diseñada por Miguel Ángel, donde hay una copia en bronce de La Piedad del Vaticano y dos ángeles del Moisés de S. Pietro in Víncoli.Los frescos de esta cúpula están ejecutados por Giovanni Lanfranco. En el Cuaderno italiano cita Goya los artistas que vio en distintas ciudades que visitó en Italia y escribe: "...muchos orixinales del Bernini y de Langarde". ¿o Lanfranco ?.... la pintó durante los años 1621-1625 y su temática es La Gloria en el Paraíso celestial, siendo la primera obra de pintura mural utilizando el Tromp-d`oeil en Roma y ejemplo de posteriores pinturas barrocas. Junto a estas pinturas las hay del Domenichino, alumno de Carracci, que pintó los cuatro evangelistas y el ábside. Todos los viajeros y estudiosos de la época visitaron esta magna iglesia, como lo demuestra la bella aguada que realizó el pintor francés Jean-Honoré Fragonard, copiando el cuadro de Mattia Preti (1613-1699) titulado: "El martirio de San Andrés" que se encuentra en esta importante iglesia romana.
Tenemos a Goya en Roma, con su cuaderno de apuntes, recorriendo calles,
visitando iglesias, villas, palacios y museos y nos va dejando esa huella, con
sus dibujos, en las páginas de su taccuino. Seguiremos el camino
recorrido. Ha nacido un genio de la pintura universal. Goya 275 años.
Nota: La Iglesia de Santiago de los Españoles de Plaza Navona se
clausura en 1798 y se trasladan sus bienes a la Iglesia de la Virgen de Montserrat,
donde se encuentran dos esculturas de Juan Adán. Actualmente es la Iglesia de
España, donde estuvieron enterrados los restos del Rey Alfonso XIII hasta su
traslado a España en 1980. La antigua iglesia en Plaza Navona se llama
actualmente Santa María del Sagrado Corazón.
Carlos Barboza Vargas Teresa Grasa Jordán.
Miembros del ICOM. Archivo Barboza-Grasa.
Ver enlaces:
http://barbozagrasa.blogspot.com/2021/05/goya-en-italia-ii-genova-1769.html
http://barbozagrasa.blogspot.com/2021/04/goya-en-las-escuelas-pias-de-zaragoza-y.html
http://barbozagrasa.blogspot.com/2021/03/goya-viaje-italia-i-zaragoza-barcelona.html











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