miércoles, 14 de julio de 2021

GOYA Y EL TORSO DE BELVEDERE, UN COLOSO EN EL VATICANO, ROMA 1770.








 

GOYA Y EL TORSO DE BELVEDERE, UN COLOSO EN EL VATICANO, ROMA 1770.

El gran pintor neoclásico Antón Rafael Mengs se encuentra en Roma en 1769 a la vez que Goya. Así lo notifica el Abate Andrés en sus cartas en 1785: "La Academia de San Fernando envía 6 pensionados para que se perfeccionasen en Bellas Artes y otros mantiene el Rey que se llevó allá Mengs. Luego lo vuelve a reafirmar Leandro Fernández de Moratín, amigo de Goya, en 1795 y nos dice:

"Roma, maestra de Europa en materia de Bellas Artes. La nuestra tiene unos 12 o 14 pensionados entre los cuales hay algunos que vinieron con Mengs y por consiguiente, han tenido todo el tiempo para instruirse. Tienen su academia en el Palacio de España y el Ministro Azara la dirige por sí. En ella se dibujan figuras por yeso, y al natural. No se ven alumnos de mérito de 14 años a esta parte. Hay escultores, pintores y arquitectos. También estudian la antigüedad clásica".

Esta es la segunda vez que el pintor Mengs va a Roma y con becarios por el Rey. Seguramente para que le sirvieran de ayudantes en su equipo, ya que tenía el encargo de pintar un mural neoclásico en la Sala de los Papiros de la Biblioteca Vaticana, encargado por el Cardenal Alexandro Albani y que Mengs ejecutó entre 1772-1773. Esto confirma que Goya no estudió con Mengs en Roma, ya que se vuelve a Zaragoza un año antes.

Todos los viajeros que llegaban a la Ciudad Eterna, lo primero que hacían después de establecerse y ambientarse en ella, era ir a visitar a El Vaticano, para admirar las grandezas que encierra este territorio cristiano. Lo hace el pintor francés Fragonard y sus acompañantes en 1773, visitando la Iglesia de San Pedro, la Capilla Sixtina, la Biblioteca y el Museo. Lo mismo el Abate Andrés, 1785, Goethe, 1786, Nicolás de la Cruz en 1797 y Moratín describe así sus impresiones:

"La Iglesia de San Pedro es sin duda la mayor y más bella y más rica de la cristiandad. Se amplía en cruz latina siendo de cruz griega. Se admira más la cúpula, la inmensa plaza con la columnata circular, es de lo más bello, magnífico, con 280 columnas, 98 estatuas sobre la cornisa son gigantescas, dos fuentes con surtidores. El obelisco egipcio que ocupa el centro de la plaza, 74 pies de largo y con pedestal. Se entra en un espacio de grandes dimensiones........un baldaquino de cuatro columnas (de Bernini), cuadros en mosaicos, copias de Rafael, Guido, Guercino, Domenichino....lo que más me gusta son los mosaicos de altares y cúpulas. Un bajo relieve de Algardi, "Atila frente a Roma". Es superior a todas el célebre grupo de mármol de la "Virgen con su hijo difunto", de Miguel Ángel....."

El francés M. Bergeret y Fragonard visitan El Vaticano y hablan de lo fastuosas que son las celebraciones papales en esta inmensa iglesia, como la Semana Santa o en Navidad. Comentan que los artistas, durante estas celebraciones, se ubican en distintos puntos de la iglesia o apoyados en las columnas, van dibujando el evento religioso, como lo demuestra la aguada en bistre de Fragonard titulada: "Processión papale dans L`Église Saint-Pierre de Rome" de 1773. De Goya no tenemos, por el momento, ningún dibujo de estas celebraciones religiosas. El recorrido por las otras dependencias vaticanas de Moratín y de los otros visitantes es el siguiente:

"......las Galerías de Rafael, con cuadros del Viejo y Nuevo Testamento, hechas al fresco. La Sala de Constantino pintada por Julio Romano, las Estancias de Rafael con la Escuela de Atenas (Siempre había estudiantes dibujado esta maravillosa pintura, cuentan los cronistas. Obra maestra de Rafael.), luego la Capilla Sixtina con el Juicio Final y la Creación del mundo, la Biblioteca Vaticana......., el Museo que está abierto al público, 6 reales la entrada. Restos de Roma antigua, estatuas, Apolo vencedor de Pitón, Laocoonte, el Antinoo, el llamado Torso de Belvedere, figura sin cabeza, ni piernas, ni brazos, de un Hércules, estimado por los inteligentes como las más bellas,....", cuando Goethe visita el Cortile de Belvedere, en 1786, exclama: "Pero me atrevo a declarar que considero este resto como la cosa más bella que he visto".

Del Torso de mármol, - firmado por el escultor ateniense Apolonio, que vivió en Roma en el siglo II a C., - solamente se conserva el torso sentado sobre una piedra cubierta con una piel de un felino; se le relaciona con Hércules y puede ser. Es conocido desde el siglo XV y fue admirado por Rafael y Miguel Ángel, quien luchó para que no se le añadieran los miembros que le faltaban, como quería el Papa. Fue descubierta en el Campo dei Fiori, durante el papado de Julio II (1503 - 1513). Se trasladó al cortile del Casino di Belvedere sul Colle Vaticano, de ahí su nombre de Torso de Belvedere, en el siglo XVIII, se convierte en Museo Pio Clementino, primer museo arquelógico.  Es ahí, cuando Goya visita El Vaticano, su iglesia, estancias y museo, porta el taccuino y un lápiz bistre y se enfrenta a este bello torso, se emociona y le hace tres dibujos desde distintos ángulos en su cuaderno de apuntes, todo un documento de su paso por este centro del arte y del cristianismo, en 1770.

Años más tarde en plena madurez creativa, lo recordará, y cerca de 1810-1812, después de la guerra contra Napoléon, crea dos de sus obras maestras, inspiradas en estos dibujos de juventud, que conserva en su cuaderno. Una es el grabado a la mezzotinta, llamado El Coloso, sobre plancha de cobre y del cual existen sólo tres copias y una en Pedrola, Palacio de los Villahermosa, Zaragoza. Es una obra gráfica única e insuperable en la historia del grabado universal.

La otra obra es un cuadro al óleo que figuraba en el inventario de sus bienes de 1812, denominado como un Gigante. Hoy en el año 2021, el Museo del Prado vuelve a poner cordura en este asunto, ya que fue descatalogado por funcionarios del propio museo y se lo adjudicaron a un ayudante y amigo suyo, Asensi, una gran pérdida patrimonial para España; El Prado vuelve atribuírselo a Goya, como debe ser. Enhorabuena, rectificar es de sabios. GOYA 275 años.

Notas: El Torso de Apolonio o Belvedere ha inspirado a los artistas desde el Renacimiento; el primero fue Miguel Ángel en el Juicio Final, se nota su influencia en sus inmensas figuras musculosas y desnudas, en el Moisés de San Pietro in Víncole....., Rubens lo estudia y nos deja un bello dibujo a lápiz negro sobre papel, en 1601. Múltiples grabadores lo promocionan en láminas. Rodin en su viaje a Italia en 1875, lo estudia y en 1880 crea la figura del Pensador, recordando este torso y Picasso niño de estudiante de Bellas Artes en La Coruña, lo dibuja de una reproducción de yeso. Y sigue siendo fuente de inspiración para los artistas y amantes del arte.

Las tres primeras fotos que acompañan este blog, fueron hechas durante la misa celebrada por el Papa Juan Pablo II, con motivo de la celebración de El Jubileo de los Artistas en el año 2000. Fuimos invitados por el Embajador de Costa Rica Don Javier Guerra a la tribuna de las autoridades y entregó al Santo Padre nuestro libro de "Goya frente al muro" y un grabado a la aguatinta de "Santa Isabel de Portugal", realizado por mí, de lo cual nos dió notificación. Fue una experiencia inolvidable estar en ese momento místico debajo de la gran Cúpula de Miguel Ángel y junto al Baldaquino de Bernini.

Carlos Barboza Vargas - Teresa Grasa Jordán.

Miembros del ICOM-UNESCO.

Archivo Barboza-Grasa.

Ver enlaces:   

http://barbozagrasa.blogspot.com/2021/07/goya-en-civitavecchia-y-roma-1769-1770.html

http://barbozagrasa.blogspot.com/2014/11/goya-y-el-coloso-se-acaba-de-publicar.html

 

 

 

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