GOYA EN ITALIA II, GÉNOVA, 1769.
Cuando Goya recuerda su viaje a Italia,
escribe con un retajo o pluma, sobre una hoja del Cuaderno Italiano,
- encima de un boceto dibujado a sanguina, de un santo atendiendo a un enfermo
o a un moribundo desnudo, éste repasado a pluma, - los nombres de las ciudades italianas
que recorrió durante su estancia en este país entre 1769-1771. Empieza por Génova,
ciudad marina del Mediterráneo que se comunicaba a través del mar con los
puertos españoles y cuyo puerto de salida, para los aragoneses era Barcelona.
La dificultad de los caminos y muy especialmente el atravesar las montañas, en
este caso los Pirineos y los Alpes, hacía que la ruta más segura y rápida fuera
por la mar.
De eso nos da fe el viaje que hizo a Italia,
el pintor francés Fragonard, con su esposa también pintora Marie-Anne, junto
con el mecenas y coleccionista Bergeret de Grandcourt, que escribió un diario
de este viaje realizado entre 1773-1774, un año después de Goya. Salen de París,
haciendo su primera parada en Orleans, el 5 de octubre, durando 10 horas en berlina. Se encuentran en
Toulon y Marsella el 3 de noviembre, un mes viajando con gran cansancio para
los viajeros y las caballerías. El domingo 7 de noviembre están en Antibes
donde alquilan dos falúas (embarcación estrecha, utilizada generalmente en los
puertos y en los ríos), para no pasar las montañas, pero el mar embravecido y
el viento les impide embarcar. El 10 de noviembre zarpan de Antibes, pero al
llegar a la altura de San Remo, Italia, tienen que desembarcar por tener la mar
agitada y el viento. Los baúles y carruajes los dejan en las falúas para que se
los lleven al puerto genovés y ellos continúan el viaje a lomo de mulas
bordeando la costa y el 21 de noviembre se encuentran visitando la ciudad de
Génova, admirando los palacios de la Estrada Nuova, conducidos por dos
guías y se detienen en el Palacio Doria Spínola donde destacan las pinturas
murales de Perino Delvaga y de los niños pintados por Piola.
Siguen la ruta por tierra hacía Florencia y Roma.
Francisco de Goya se había trasladado en 1769
de Zaragoza a Génova, seguramente pasando las mismas incomodidades que su
contemporáneo pintor francés Fragonard. Llegaría a Barcelona, con algunos
romeros del gremio de artesanos doradores y pintores, embarcando al igual que
el pintor Mengs en el puerto barcelonés, ya que en su numeración de ciudades
conocidas y recordadas, todas son italianas, no hay ninguna francesa. Una vez
en Génova se dedica a visitar las iglesias. Ha ido a ver la gran pintura
italiana y en sus recuerdos de lo que vio, describe a los más famosos o los que
más le han gustado como son: Guido Reni, Rubens, Carlo Maratta y el Guercino.
En el siglo XVII era una ciudad rica en
palacios e iglesias decoradas por grandes pintores muralistas y por escultores
genoveses, todo el manierismo y el barroco se abría ante los ojos del joven
Francisco. Los pintores que menciona en el Cuaderno Italiano son: "un
cuadro di Guydo e duy di Rubens", ambos se encontraban en la Chiesa
del Gesù o Iglesia de Jesús. Esta es una espléndida iglesia del
barroco, plena de frescos, esculturas y lienzos de pintores genoveses,
italianos y europeos. Fue reconstruida por los jesuitas a finales del siglo XVI
y principios del XVII; en ella es donde se encuentra el gran cuadro de la Asunción
con los doce Apóstoles de Guido Reni. La Virgen está pintada espléndidamente
de blanco, símbolo de la pureza y virginidad, en la parte superior del cuadro,
rodeada de ángeles y en la parte baja de la composición los doce Apóstoles. El
cielo y la tierra se juntan en un horizonte de ricos tonos azules grisáceos.
Cuando Goya pinta la Regina Martirum, tendrá el recuerdo de esta bella
Madona italiana.
En el altar mayor hay una gran tela de Rubens,
dedicada a "La Circuncisión del Niño Dios" de 1605, una obra
de juventud del flamenco. En la parte baja del cuadro se encuentra el niño Jesús
el cual ilumina toda la escena y donde el Sumo Sacerdote va a circuncidar al
niño, la Virgen mueve la cabeza y en la parte superior un coro de ángeles
vuelan alrededor de una luz celestial. Goya tratará este mismo tema en la
Cartuja de Aula Dei de Zaragoza. En un altar lateral se encuentra el otro
Rubens, de temática más jesuítica: "San Ignacio libera a una posesa o
loca". El Santo mira al cielo desde un altar y el pueblo alrededor le
solicita su curación, entre ellos la mujer posesa en primer plano que se
contorsiona; esta pintura es de 1620. Hay también una capilla dedicada a San
Francisco Javier con importantes cuadros de Domenico Fiasella de Zarzana
(1589-1669), alabado por Guido Reni, donde destaca el cuadro "La muerte
del Santo Javier en la isla de Sanciano", composición que Goya repite
en el pequeño cuadro del mismo tema que se encuentra en el Museo de Bellas
Artes de Zaragoza. En otro altar hay una espléndida "Crucifixión"
de Simón Vouet de 1622, pintor al que Goya copió por estampas de
Dorigny, cuando pintó los murales del Palacio de Sobradiel en Zaragoza. La
Iglesia de Jesús es rica en mármoles y estucos, con grandes pinturas murales al
fresco y esculturas de la familia genovesa de los Carlone, donde destaca el
fresquista de la cúpula Giovanni Carlone y de su hijo Giovanni Battista
que pinta en el presbiterio, el crucero y la nave central. Hay estatuas de José
Carlone y también frescos de Lorenzo Ferrari.
En la Basílica de Santa María Asunta es
donde Goya vería la pintura de Carlo Maratta, “El Martirio de San
Blas de 1680. Esta iglesia está erigida en la colina de Carignano y fue
proyectada por el arquitecto Galeazzo Alessi del siglo XVI, y es un buen
ejemplo de arquitectura renacentista. El erudito francés Charles de Brosses
(1709-1777) describe su arquitectura y se detiene en nombrar las estatuas,
destacando el San Sebastián de Puget y en pintura menciona una Magdalena de
Guido, un Martirio de Carlo Maratta, un San Francisco de Guercino, un
Descendimiento de la cruz de Cambiaso, un San Carlo de Piola y Santo Dominico
de Zarzani (Fiasella). Una buena colección de obras para la vista y memoria del
joven Francisco.
En la obra civil de Génova se encuentran innumerables
palacios, en especial el conjunto situados en la Estrada Nuova ( Hoy
Garibaldi) donde se encuentran importantes obras de arte en murales al fresco y
de pintura al óleo, destacan los Palazzo Rosso y Bianco, que se podían
visitar en esa época en que Goya estuvo en esta ciudad. El Palacio Rojo, hoy
Museo de la ciudad, fué diseñado por el arquitecto Pietro Antonio Corradi y se
construyó entre 1671-1677, para la familia Brignol Sale. Es un palacio de
estilo manierista decorado con pinturas al fresco donde destacan las pintadas
por Domenico Piola (1627-1703), quien pintó dos cúpulas con el tema Otoño
e Invierno y su cuñado Gregorio de Ferrari: Primavera y Verano.
Una galería del palacio que da la vista al mar, fue pintada por Piola, con un
conjunto de niños jugando al teatro, a la música......, junto con escenas
populares como es la pelea de dos jóvenes en la vía pública, jugando a las cartas, junto a un perro,
que recuerdan al Goya de madurez. En sus paredes se exhibe la colección de
pintura donde se puede admirar el cuadro de Giovan Francesco Barbieri, Il
Guercino (1591-1666), La muerte de Cleopatra, una bella pintura
del Boloñés, donde se representa a la Reina de Egipto Cleopatra en el momento
de dejarse morder por una serpiente. Está tratado con bellos tonos carmín,
contraponiendo los tonos blancos de la cama y la manta que cubre su medio
cuerpo desnudo. El ambiente refleja la soledad y la tragedia de Cleopatra. Goya
grabó esta imagen en su memoria y hay algo de ella en las Majas y en el de La
Marquesa de Santa Cruz, ambas en el Museo del Prado.
Leandro Fernández de Moratín, escritor y dramaturgo era amigo íntimo de Goya y seguramente éste le
hablaba de su viaje a Italia y de lo que vio y estudió. Tanto que en 1795,
viaja a Italia y el 26 de marzo, estando en Parma decide ir a Génova.
Habla de las dificultades del viaje, los ríos sin puentes, el robo de su baúl, pero
una vez superados estos inconvenientes, su arribo, el día 30, a Génova lo
compensa todo. Le gusta la ciudad por limpia, comercial e industrial. Visita
las iglesias y no le llama la atención, solamente dice que están enriquecidas
con profusión de mármoles y pinturas. Solamente habla bien de Santa María de
Carignano, por su simplicidad, elegancia y que le recuerda a la Iglesia del
Vaticano y se interesó por las estatuas del escultor francés Pierre Paul Puget
(1620-1694) y los relieves de Juan de Bologna y un cuadro de Andrea del
Sarto, “La adoración de los pastores”.
Visita los palacios de la Estrada Nuova
y entre ellos el Palazzo Rosso y entre sus muchas pinturas cita:
"....cuatro Sibilas de Guido Reni, una Virgen, un cristo y un San
Sebastián del mismo artífice. Un San Francisco adorando la cruz del Capuchino (
Bernardo Strozzi). Un Judith y Holofernes de Paolo Veronés. Una Asunción
atribuída a Corregio, llena de gracia. un Cristo con la cruz de Van Dyck. Un
Olinto y Sofonia de Caravaggio y tres cuadros grandes del Guercino
dignos de su pincel....." El 20 de abril sale Moratín para Turín, residiendo
mas de 20 días en esta ciudad portuaria del Mediterráneo. ¿Estuvo Goya tantos
días en Génova? …..le esperan Civitavecchia y Roma, una de sus metas. GOYA 275 AÑOS.
Carlos Barboza Vargas y Teresa Grasa Jordán.
Miembros del ICOM, Archivo Barboza-Grasa.
Zaragoza 2021.
Ver enlace:
http://barbozagrasa.blogspot.com/2021/03/goya-viaje-italia-i-zaragoza-barcelona.html












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