jueves, 20 de mayo de 2021

GOYA EN ITALIA II, GÉNOVA, 1769.












GOYA EN ITALIA II, GÉNOVA, 1769.

Cuando Goya recuerda su viaje a Italia, escribe con un retajo o pluma, sobre una hoja del Cuaderno Italiano, - encima de un boceto dibujado a sanguina, de un santo atendiendo a un enfermo o a un moribundo desnudo, éste repasado a pluma, - los nombres de las ciudades italianas que recorrió durante su estancia en este país entre 1769-1771. Empieza por Génova, ciudad marina del Mediterráneo que se comunicaba a través del mar con los puertos españoles y cuyo puerto de salida, para los aragoneses era Barcelona. La dificultad de los caminos y muy especialmente el atravesar las montañas, en este caso los Pirineos y los Alpes, hacía que la ruta más segura y rápida fuera por la mar.

De eso nos da fe el viaje que hizo a Italia, el pintor francés Fragonard, con su esposa también pintora Marie-Anne, junto con el mecenas y coleccionista Bergeret de Grandcourt, que escribió un diario de este viaje realizado entre 1773-1774, un año después de Goya. Salen de París, haciendo su primera parada en Orleans, el 5 de octubre,  durando 10 horas en berlina. Se encuentran en Toulon y Marsella el 3 de noviembre, un mes viajando con gran cansancio para los viajeros y las caballerías. El domingo 7 de noviembre están en Antibes donde alquilan dos falúas (embarcación estrecha, utilizada generalmente en los puertos y en los ríos), para no pasar las montañas, pero el mar embravecido y el viento les impide embarcar. El 10 de noviembre zarpan de Antibes, pero al llegar a la altura de San Remo, Italia, tienen que desembarcar por tener la mar agitada y el viento. Los baúles y carruajes los dejan en las falúas para que se los lleven al puerto genovés y ellos continúan el viaje a lomo de mulas bordeando la costa y el 21 de noviembre se encuentran visitando la ciudad de Génova, admirando los palacios de la Estrada Nuova, conducidos por dos guías y se detienen en el Palacio Doria Spínola donde destacan las pinturas murales de Perino Delvaga y de los niños pintados por Piola. Siguen la ruta por tierra hacía Florencia y Roma.

Francisco de Goya se había trasladado en 1769 de Zaragoza a Génova, seguramente pasando las mismas incomodidades que su contemporáneo pintor francés Fragonard. Llegaría a Barcelona, con algunos romeros del gremio de artesanos doradores y pintores, embarcando al igual que el pintor Mengs en el puerto barcelonés, ya que en su numeración de ciudades conocidas y recordadas, todas son italianas, no hay ninguna francesa. Una vez en Génova se dedica a visitar las iglesias. Ha ido a ver la gran pintura italiana y en sus recuerdos de lo que vio, describe a los más famosos o los que más le han gustado como son: Guido Reni, Rubens, Carlo Maratta y el Guercino.

En el siglo XVII era una ciudad rica en palacios e iglesias decoradas por grandes pintores muralistas y por escultores genoveses, todo el manierismo y el barroco se abría ante los ojos del joven Francisco. Los pintores que menciona en el Cuaderno Italiano son: "un cuadro di Guydo e duy di Rubens", ambos se encontraban en la Chiesa del Gesù o Iglesia de Jesús. Esta es una espléndida iglesia del barroco, plena de frescos, esculturas y lienzos de pintores genoveses, italianos y europeos. Fue reconstruida por los jesuitas a finales del siglo XVI y principios del XVII; en ella es donde se encuentra el gran cuadro de la Asunción con los doce Apóstoles de Guido Reni. La Virgen está pintada espléndidamente de blanco, símbolo de la pureza y virginidad, en la parte superior del cuadro, rodeada de ángeles y en la parte baja de la composición los doce Apóstoles. El cielo y la tierra se juntan en un horizonte de ricos tonos azules grisáceos. Cuando Goya pinta la Regina Martirum, tendrá el recuerdo de esta bella Madona italiana.

En el altar mayor hay una gran tela de Rubens, dedicada a "La Circuncisión del Niño Dios" de 1605, una obra de juventud del flamenco. En la parte baja del cuadro se encuentra el niño Jesús el cual ilumina toda la escena y donde el Sumo Sacerdote va a circuncidar al niño, la Virgen mueve la cabeza y en la parte superior un coro de ángeles vuelan alrededor de una luz celestial. Goya tratará este mismo tema en la Cartuja de Aula Dei de Zaragoza. En un altar lateral se encuentra el otro Rubens, de temática más jesuítica: "San Ignacio libera a una posesa o loca". El Santo mira al cielo desde un altar y el pueblo alrededor le solicita su curación, entre ellos la mujer posesa en primer plano que se contorsiona; esta pintura es de 1620. Hay también una capilla dedicada a San Francisco Javier con importantes cuadros de Domenico Fiasella de Zarzana (1589-1669), alabado por Guido Reni, donde destaca el cuadro "La muerte del Santo Javier en la isla de Sanciano", composición que Goya repite en el pequeño cuadro del mismo tema que se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Zaragoza. En otro altar hay una espléndida "Crucifixión" de Simón Vouet de 1622, pintor al que Goya copió por estampas de Dorigny, cuando pintó los murales del Palacio de Sobradiel en Zaragoza. La Iglesia de Jesús es rica en mármoles y estucos, con grandes pinturas murales al fresco y esculturas de la familia genovesa de los Carlone, donde destaca el fresquista de la cúpula Giovanni Carlone y de su hijo Giovanni Battista que pinta en el presbiterio, el crucero y la nave central. Hay estatuas de José Carlone y también frescos de Lorenzo Ferrari.

En la Basílica de Santa María Asunta es donde Goya vería la pintura de Carlo Maratta, “El Martirio de San Blas de 1680. Esta iglesia está erigida en la colina de Carignano y fue proyectada por el arquitecto Galeazzo Alessi del siglo XVI, y es un buen ejemplo de arquitectura renacentista. El erudito francés Charles de Brosses (1709-1777) describe su arquitectura y se detiene en nombrar las estatuas, destacando el San Sebastián de Puget y en pintura menciona una Magdalena de Guido, un Martirio de Carlo Maratta, un San Francisco de Guercino, un Descendimiento de la cruz de Cambiaso, un San Carlo de Piola y Santo Dominico de Zarzani (Fiasella). Una buena colección de obras para la vista y memoria del joven Francisco.

En la obra civil de Génova se encuentran innumerables palacios, en especial el conjunto situados en la Estrada Nuova ( Hoy Garibaldi) donde se encuentran importantes obras de arte en murales al fresco y de pintura al óleo, destacan los Palazzo Rosso y Bianco, que se podían visitar en esa época en que Goya estuvo en esta ciudad. El Palacio Rojo, hoy Museo de la ciudad, fué diseñado por el arquitecto Pietro Antonio Corradi y se construyó entre 1671-1677, para la familia Brignol Sale. Es un palacio de estilo manierista decorado con pinturas al fresco donde destacan las pintadas por Domenico Piola (1627-1703), quien pintó dos cúpulas con el tema Otoño e Invierno y su cuñado Gregorio de Ferrari: Primavera y Verano. Una galería del palacio que da la vista al mar, fue pintada por Piola, con un conjunto de niños jugando al teatro, a la música......, junto con escenas populares como es la pelea de dos jóvenes en la vía pública, jugando a las cartas, junto a un perro, que recuerdan al Goya de madurez. En sus paredes se exhibe la colección de pintura donde se puede admirar el cuadro de Giovan Francesco Barbieri, Il Guercino (1591-1666), La muerte de Cleopatra, una bella pintura del Boloñés, donde se representa a la Reina de Egipto Cleopatra en el momento de dejarse morder por una serpiente. Está tratado con bellos tonos carmín, contraponiendo los tonos blancos de la cama y la manta que cubre su medio cuerpo desnudo. El ambiente refleja la soledad y la tragedia de Cleopatra. Goya grabó esta imagen en su memoria y hay algo de ella en las Majas y en el de La Marquesa de Santa Cruz, ambas en el Museo del Prado.

Leandro Fernández de Moratín, escritor y dramaturgo era amigo íntimo de Goya y seguramente éste le hablaba de su viaje a Italia y de lo que vio y estudió. Tanto que en 1795, viaja a Italia y el 26 de marzo, estando en Parma decide ir a Génova. Habla de las dificultades del viaje, los ríos sin puentes, el robo de su baúl, pero una vez superados estos inconvenientes, su arribo, el día 30, a Génova lo compensa todo. Le gusta la ciudad por limpia, comercial e industrial. Visita las iglesias y no le llama la atención, solamente dice que están enriquecidas con profusión de mármoles y pinturas. Solamente habla bien de Santa María de Carignano, por su simplicidad, elegancia y que le recuerda a la Iglesia del Vaticano y se interesó por las estatuas del escultor francés Pierre Paul Puget (1620-1694) y los relieves de Juan de Bologna y un cuadro de Andrea del Sarto, “La adoración de los pastores”.

Visita los palacios de la Estrada Nuova y entre ellos el Palazzo Rosso y entre sus muchas pinturas cita: "....cuatro Sibilas de Guido Reni, una Virgen, un cristo y un San Sebastián del mismo artífice. Un San Francisco adorando la cruz del Capuchino ( Bernardo Strozzi). Un Judith y Holofernes de Paolo Veronés. Una Asunción atribuída a Corregio, llena de gracia. un Cristo con la cruz de Van Dyck. Un Olinto y Sofonia de Caravaggio y tres cuadros grandes del Guercino dignos de su pincel....." El 20 de abril sale Moratín para Turín, residiendo mas de 20 días en esta ciudad portuaria del Mediterráneo. ¿Estuvo Goya tantos días en Génova? …..le esperan Civitavecchia y Roma, una de sus metas.      GOYA 275 AÑOS.

Carlos Barboza Vargas y Teresa Grasa Jordán.

Miembros del ICOM, Archivo Barboza-Grasa.

Zaragoza 2021.

Ver enlace:

http://barbozagrasa.blogspot.com/2021/03/goya-viaje-italia-i-zaragoza-barcelona.html

 

      

     

 

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