miércoles, 8 de agosto de 2018

GOYA Y LAS CARTAS A SU AMIGO MARTÍN ZAPATER, 1775-1801








 


GOYA Y LAS CARTAS A SU AMIGO MARTÍN ZAPATER, 1775-1801

La obra de Don Francisco de Goya y Lucientes es muy amplia, la temática humana y la pictórica han tenido múltiples interpretaciones al igual que su vida y su obra en el transcurso de los siglos. El valor económico de sus pinturas, grabados y dibujos da lugar a curiosos estudios e interpretaciones, como la peregrina imaginación de pseudo estudiosos  que se inventan que sus pinturas tienen firmas ocultas, para engañar a poseedores de pinturas antiguas especialmente religiosas, atribuyéndoselas  a Goya debido a dichas firmas ocultas. Han hecho hasta un documental para televisión. Recientemente en Zaragoza, se ha publicado un estudio en el que le adjudican a Goya una nueva enfermedad, cataratas, y se basan en tres retratos de su  última época, por su colorido y la realización de una oreja de uno de los retratados, hecha en una pincelada.   Esta forma de simplificar orejas se encuentra ya en las figuras de Aula Dei, en1774.  No tienen en cuenta las litografías de Los toros de Burdeos que son de una precisión técnica insuperable o los múltiples dibujos que realizó en esta época.

En 1860,  Francisco Zapater y Gómez, Académico Corresponsal de la Real y Nobles Artes de San Fernando, sobrino y heredero de Martín Zapater y Clavería,  publica una biografía de Goya basada en las cartas que el pintor había enviado a su tío, que titula  Goya, Noticias bibliográficas, con el fin de contradecir a las primeras biografías publicadas sobre el genio aragonés  y dice lo siguiente:

Varios son los escritores extranjeros que desde 1834  vienen escribiendo acerca de Goya y tanto en las revistas y artículos relativos a este inmortal genio de la pintura,  como en las recientes  publicaciones debidas a la pluma de Mr. Laurent Matheron y Mr. Charles Yriarte, son varios los errores que involuntariamente y por falta de datos fidelignos  se han cometido.  En los interesantes trabajos citados si bien hay abundancia de noticias, se advierte carencia de datos, afirmaciones calumniosas y hasta inexactitud en las citas y en las fechas: Deslices todos refiriéndose a un genio como Don Francisco de Goya y Lucientes,….

En esta biografía  de Zapater y Gómez es la primera vez que se utilizan las cartas en su conjunto para dar una visión cotidiana del genial pintor, ya que se basa en  132  cartas que su tío había guardado y que dan una visión del pintor y el hombre.  Uno de los mejores estudios de dicha correspondencia la realizaron  en 1982  Mercedes Águeda y Xavier de Salas, quienes estudiaron y analizaron 145 cartas, titulando su trabajo Francisco de Goya, cartas a Martín Zapater, de Ediciones Turner.  En el prólogo, el historiador Salas  analiza la trayectoria de dichas cartas y resumimos sus conclusiones:  

El conjunto de la correspondencia de Zapater  estuvo en propiedad de la familia hasta finales del siglo pasado. El primero que se interesa por ellas  para su adquisición fue el historiador alemán Von Longa,  y notifica que conoce cartas de Goya en diversas manos.  En 1906, viajó a Madrid junto con el profesor Dr. Ludwig Justi, director del Museo de Berlín  y adquirieron al anticuario Vintel un gran lote de obras de Goya,  varios aguafuertes y 44 cartas originales, que están en el Museo de Berlín y las publicó Von Loga para esas fechas.   Otros poseedores de cartas de Goya fueron el Marqués de Casas Torres y Lázaro Galdeano. El resto de las cartas las tenía el librero Pearson de Londres en 1922, y pasaron al librero Rosenthal de Munich, adquiriéndolas Antonio Rodríguez Moñino, de Madrid, y al fallecer éste, las cartas que poseía las heredó la Viuda, María Brey. Estas 40 cartas se subastaron en la  Sala Finarte de Madrid, y para acompañar el acontecimiento, el historiador José Manuel Arnáiz nos solicitó que expusiéramos en la sala de Finarte las fotografías que habíamos realizado  durante las restauraciones de las pinturas murales de Goya titulando la exposición Goya frente al muro, que se inauguró el 23 de mayo de 2000.  La subasta se realizó el 31 de mayo y fueron adquiridas por el Estado Español;  hoy se encuentran en el Museo del Prado.

Volvamos a la publicación de Francisco Zapater y Gómez editada en 1925 en la tipografía La Academica de Zaragoza, donde el autor, además de publicar las cartas  describe la obra de Goya que tiene en su poder, como es el boceto del cuadro de San Bernardino de Siena que describe de la siguiente forma, página 17:    

El asunto de este lienzo, cuyo boceto poseo, representa al santo colocado sobre un peñasco:  tiene un crucifijo en la mano, y sobre la cabeza una estrella resplandeciente, y figura estar predicando al Rey D. Alfonso de Aragón y otros grandes señores que forman un numeroso auditorio admirado y lleno de júbilo.

En la página 26 nos habla del primer retrato que Goya pintó  a su tío, y dice:   De ese mismo año es uno de los retratos que conservo de mi señor tío, y en cuyo lienzo se lee: Mi amigo Martín Zapater, con el mayor trabajo te ha hecho el retrato, Goya, 1790. 

En la misma  página, pone la biografía  de Don Ramón de Pignatelli y Moncayo, y al final, nos dice:  Entre los varios lienzos ejecutados por Goya, que poseo, figura el retrato de este ilustre patricio aragonés.

En la  página 27  menciona el segundo retrato de su tío, y dice:   Entre los diferentes cuadros de  mi colección, hay otro retrato de mi señor tío, Don Martin  Zapater, firmado: Goya a su amigo, 1798.     

Este segundo retrato de su amigo del alma  tiene un porte y una elegancia donde se nota la madurez de un hombre que ha triunfado en la  vida y que años antes, en 1789,  el Rey le hizo noble de Aragón.  Toda esta amistad quedó impresa en sus cartas desde  1775, cuando Goya se va a  Madrid,  hasta 1801. Zapater muere en Zaragoza en 1803. 

En Caixa Forum Zaragoza, y luego en el Museo de Bilbao,  se realizó una exposición con el título Goya y la Corte ilustrada, donde se expuso un retrato de un joven de aspecto romántico, con una melena y una vestimenta de finales del siglo XVIII y principios del XIX, al cual las  comisarias le encontraron parecido físico a Martín Zapater.  Había sido subastado en París. En la biografía escrita por su sobrino solamente  habla de dos retratos de su tío y no menciona un tercero.

Carlos Barboza Vargas y Teresa Grasa Jordán
Restauradores, Miembros de ICOM.
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