martes, 5 de junio de 2018

ROSA MORANT GUASCH, DE TUCUMÁN A MADRID, 1968







ROSA MORANT GUASCH, DE TUCUMÁN A MADRID, 1968

Conocí a Rosa Morant en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, en el Taller de Grabado Calcográfico.  Tuve la suerte de que me asignaran la mesa de trabajo para dos alumnos, en la que ella ocupaba la mitad.  Allí guardábamos nuestros instrumentales para realizar grabado calcográfico. Tenía dos cajones y la mesa era inclinada, junto al ventanal. Rosa entró en la Escuela en 1968, gracias a una Beca del Instituto de Cultura Hispánica donde más tarde expuso su obra.  Era de complexión delgada pero con una gran capacidad de trabajo, ya que, además de perfeccionarse  en grabado sobre plancha de metal y serigrafía, se especializaba en restauración de pintura y escribía una tesis sobre los pintores americanos durante la colonia española en América en el siglo XVII; me dedicó una copia que aún conservo.  Luego trabajamos juntos restaurando pinturas en la Escuela y expusimos en la II Bienal Internacional de Grabado de Florencia, en 1970, donde obtuvo una Medalla de oro por su obra gráfica. Todos los días estábamos juntos en la Escuela y así nació una gran amistad. Nos contábamos nuestros sueños y proyectos, casi siempre me regalaba obras suyas, o  intercambiábamos grabados, pruebas de estado, bocetos para serigrafía. Todo su mundo lo ponía en mis manos.

Su trabajo calcográfico era concienzudo. Primero hacía bocetos para llevar a la plancha, la que preparaba de dos maneras: con cera dura, para realizar aguafuertes, o con cera blanda, para realizar grabados que llamamos de barniz blando o a la manera del lápiz.  Una vez que realizaba el dibujo, ponía la plancha de zinc al ácido nítrico  para grabarlo en el metal. Luego estampaba una prueba sobre papel en el tórculo, lo que llamamos prueba de estado, y sobre ella, con lápiz, dibujaba para decidir las zonas oscuras y claras de la obra.  El siguiente paso es someter la plancha al polvo de resina, calentándola y una vez adherida se somete al mordiente del ácido, y se van trabajando los diversos tonos que bosquejó anteriormente el artista.  Una vez satisfecha con su obra, Rosa Morant realizaba varias pruebas del mismo grabado. Con la serigrafía, que trabajaba en su estudio particular, hacía el mismo recorrido creativo, boceto, y luego, manualmente con goma laca y lápices litográficos, realizaba su idea sobre la seda, dándole a su obra el aire de una estampa de litografía.  También pintaba, con una dicción rápida y certera, buscando efectos lumínicos en la tela.

Toda la obra de esta época tiene un sentimiento trágico, Rosa Morant se sumergía en un mundo de sueños y soledad. Sus figuras, que nunca llegan a ser humanas, vagan en espacios siderales como si vinieran del cosmos. Son seres de otro mundo, pero les imprime una fuerza y una personalidad que los hace únicos. Las luces y las sombras nos invaden la vista  y cuando trata el color en las serigrafías y en la pintura,  sigue transmitiendo  esa sensación de un destino trágico.  Rosa vuelve a su país natal, Argentina, en 1971 y ejerce de profesora de Serigrafía en el Departamento de Artes de la Universidad Nacional de Tucumán.

Seguimos participando en exposiciones donde exponen el grupo de grabadores de la Escuela, como en la exposición organizada en la Sala Provincia de León, e inaugurada el 15 de enero de 1972, titulada Diez grabadores en España  y organizada por el poeta Antonio Gamoneda, - años más tarde, Premio Cervantes de las Letras Españolas,-  quien escribió sobre su obra expuesta lo siguiente:

MORANT despliega en términos de perfección, las posibilidades de la luz y la sombra;  el comportamiento de éstas envuelve organismos, fragmentaciones más o menos antropomórficas que, de paso, dictan la composición del grabado. Hay un cierto tenebrismo clásico en las obras de Morant, pero este clasicismo no supone serenidad expresiva; algo, amenazante, inconcluso, actúa desde estas obras.

Con la obra que intercambiábamos entre los compañeros  del taller y otros artistas grabadores,  empezamos a promover  exposiciones en nuestros respectivos países, que titulamos Gráfica Hoy.  La primera la realicé en Costa Rica, en la Sala de la Dirección General de Artes y Letras el 25 de mayo de 1972.  Rosa Morant la realizó en la Casa del Turista de Tucumán, en julio de 1972. Alberto Cavazos, en la Biblioteca de Alfonso Reyes de la Universidad de Nuevo León, el 1 de julio de 1973.  El artista y grabador Vicente Rascón, realizó una serie de exposiciones suyas y de Morant, Barboza y Maciel en  Galería La Raza, titulada Gráfica de Argentina, Brasil y Costa Rica, el 8 de diciembre de 1972. Arte Latinoamericano en Hughes Airwest, San Mateo, California, el 24 de mayo de 1974 y luego en Village Gallery en Sacramento, California, el 20 de octubre de 1976.

El 24 de marzo de 1976, dan un Golpe de Estado militar en Argentina, y ese mismo año, regresa Rosa a Madrid con su esposo, y volvimos a encontrarnos. Yo estaba casado con Teresa Grasa Jordán y habíamos montado el Taller  Barboza- Grasa para la realización de obra gráfica. De inmediato, Rosa se puso a trabajar y a estampar grabados, montó un taller de Serigrafía en Madrid; luego se traslada a Frankfurt y trabaja para la Galería Daberkow. Regresa a Tucumán. De esa etapa, la historiadora Silvia L. Aguero Morini, escribe un estudio que titula  Argentina, década de los setenta. La forma de violencia en el arte de Tucumán.  En el apartado final habla del arte de Rosa Morant y dice:

…En el campo del grabado, Rosa Morant, representa la participación femenina en el arte local, situación que se venía gestando desde los años sesenta. Su obra plástica, legado que deja en resguardo,… es un cruel testimonio de que el artista crea a partir de los  acontecimientos que vive. Todo acto de violencia, aunque se pretenda borrar, deja huellas, y de ella nos habla en la serie  “Los paquetes”   o en “Trelew”,  donde nos revela la magnitud de los acontecimientos políticos de 1972.

La obra gráfica de Rosa Morant estuvo presente en los fondos de nuestra Galería de Arte Costa,3 de Zaragoza, exponiéndose entre otras,  en la muestra Obra Gráfica, Dibujo, Pintura y Escultura, el 28 de junio de 1979. Un recuerdo de vuestros amigos desde Zaragoza.

Carlos Barboza y Teresa Grasa

Zaragoza, 2018. 

Ver enlaces:
http://barbozagrasa.blogspot.com/2014/12/el-taller-de-grabado-en-la-facultad-de.html

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