martes, 21 de marzo de 2017

LA TAUROMAQUIA DE GOYA Y SU TÉCNICA




LA TAUROMAQUIA DE GOYA Y SU TÉCNICA

Con motivo de la edición de La Tauromaquia de Goya realizada por el artista y puesta a la venta el 28 de octubre de 1816, según el Diario de Madrid, Radio Nacional de Españaen su programa Esto me suena. Las tardes del ciudadano García,  me requirió para que explicara el porqué de estos grabados y la forma en que fueron realizados, debido a que una de estas  series  apareció recientemente en Francia, cuyo propietario fue el Embajador de este país en España en esa época, Anne Adrien Pierre de Montmorency  y Laval, que la adquirió o se la regalaron como diplomático, apareciendo en el castillo de Montigny de su propiedad. Dichas estampas   se van a exponer en Madrid para luego subastarlas en Sothebys de Londres.  La Tauromaquia es una fiesta popular en España  y en la época de Goya se comenzaba a estructurar sus normas. Escritores como Nicolás Fernández de Moratín escribió su Carta Histórica sobre el origen y progresos de la Fiesta de los Toros en España,  editada en 1777, siendo reimpresa en 1801. También el torero Joseph  Delgado, Pepe Hillo, escribió un tratado sobre el tema que tituló: Tauromaquia o el arte de torear, a caballo y a pie, publicada en Cádiz en 1796 y reimpresa en 1804. Ambos fueron amigos de Goya.

Goya regresa de Andalucía después de la muerte de la Duquesa de Alba y en la primavera de 1797  se encuentra en Madrid, está completamente sordo, pero con ganas de crear,  en especial, la técnica del grabado y empieza a trabajar su serie de Los Caprichos, basados en los múltiples dibujos que traía de Andalucía y con el conocimiento de una nueva técnica en la que quería profundizar, la aguatinta.  Siempre fue un amante de la fiesta de los toros, él mismo se definió de la siguiente forma antes de morir en Burdeos:  Francisco el de los toros….. y con una espada en la mano no temía a nadie.   Con el afán de estudiar esta milenaria fiesta, cuyos orígenes podemos encontrar en Creta, y la voluntad de Moratín y Pepe Hillo de darle unas normas, -  la publicación de este último estaba ilustrada con grabados y también hay un antecedente de su contemporáneo Antonio Carnicero que publicó una serie de grabados del Arte de torear en 1790,- es muy posible que Goya conociera toda esta documentación a principios del siglo XIX y se lanza a publicar su propia serie de Los Toros preparando 44 planchas de cobre de 24,5 x 35 cms. con la intención de documentar la evolución de la fiesta de los toros.

Con los recuerdos de lo que vio en las Plazas de Zaragoza y Madrid empieza a  trazar los dibujos que luego trasladara a la plancha. Están realizados a lápiz sanguina y en algunas ocasiones lo hace con aguada roja y sanguina. Las planchas las prepara de la siguiente forma: Prepara la plancha de cobre barnizada con cera virgen y luego ahumada. Sobre esta plancha, pone el boceto o dibujo y  hace presión para que se marque quedando el dibujo a la inversa sobre la plancha. Con una punta de acero dibuja sobre lo que ha quedado marcado en el boceto. Así se separa   la cera dela plancha y permite que el ácido reaccione con el cobre y abra el surco para fijar el dibujo. Se estampa con el tórculo una prueba que se llama prueba de estado.  Luego utiliza el aguatinta, pequeños granos de resina que se depositan sobre la plancha de metal y que con calor se funden. Con esto logra una gran gama de grises y tonos sombríos.   Se realiza otra prueba de estado y refuerza los tonos negros con punta seca. Una vez realizada la plancha, el artista entinta, y con  tarlatanas o trapos quita la tinta sobrante, dejándola sólo en los surcos que el ácido ha marcado. Cuando el artista considera que su trabajo está ultimado, empieza el proceso de  estampación.  Se toma un papel que ha sido humedecido previamente, se pone sobre la  plancha entintada  y se pasa por la prensa o tórculo, constituida por dos rodillos y una platina de metal o madera. De esta forma se extrae la tinta de la plancha y se traslada al papel; para cada prueba es necesario  repetir todo el proceso de entintado y estampación.

Una vez estampadas las planchas sobre el papel, la imagen que nos trasmite Goya es todo  un mundo de recuerdos y acontecimientos taurinos. Las primeras planchas de su Tauromaquia  siguen el texto de Nicolás Fernández de Moratín,  padre de su amigo Leandro,  son escenas a campo abierto donde españoles y luego árabes torean de forma primitiva; estos están vestidos a la manera de los que acompañaron a Napoleón en su invasión a España en 1808 y donde destaca el animoso moro Gazul.  Hay capeas, arpones o banderillas, la cogida de un moro. Más tarde aparecen los caballeros españoles, uno que abate al toro de una estocada, a Carlos V alanceando un toro en la plaza de Valladolid,  hace lo mismo El Cid Campeador  o un Caballero español quebrando rejoncillos, el Estudiante  de Falces embozado. Viene luego la serie de toreros de la época, como Martincho poniendo banderillas,  este torero aragonés toreó en Zaragoza entre 1759-64.  Un toro embolado con burros y de nuevo Martincho en la Plaza de Zaragoza, sentado en una silla, con grilletes en los pies y con un sombrero de muleta,  Otra locura suya en la misma Plaza. Este grabado  está firmado y fechado en 1815.  La ligereza y atrevimiento de Juanito Apiñani en la de Madrid; este último es uno de los grabados mas celebrados donde el torero salta sobre el toro con una garrocha.  Empieza a aparecer la muerte, como en el grabado titulado  Desgracias acaecidas en el tendido de la Plaza de Madrid y muerte del Alcalde de Torrejón,  gran escena gráfica,  sucedió el 5 de junio de 1801. Aparece la mujer torera,  a caballo, que lo titula  Valor varonil de la célebre Pajuerela en la Plaza de Zaragoza,  era su mote porque fuera de las plazas vendía pajuelas de azufre,  se llamaba Nicolasa Escamilla.  También dedica estampas a Mariano Ceballos, el Indio, de Lima. Estas estampas son un documento del intercambio de toreros entre América y España, ya que ésta llevó esta tradición al Nuevo Mundo. Aparece uno de los mas famosos toreros de la época, Pedro Romero, y  dedica una estampa a la muerte de Pepe Hillo. En el número 28, Donde el esforzado Redón, picando un toro, en cuya suerte murió en la Plaza de Madrid. Se puede ver a la izquierda de la estampa grabada una figura que puede ser Goya participando en el evento taurino.     Termina la serie con Perros luchando con un toro o Combates en un coche con burros.  Todo el mundo del toreo a finales del siglo XVIII y principios del XIX.

Se conservan 40 planchas en la Calcografía Nacional y existen algunas pruebas de estado de 4 planchas, que no le gustaron y trabajó en el reverso de las mismas. Destaca  de estas pruebas la de Ceballos montando un toro poniendo un rejón. La primera edición de 33 grabados están estampados en papel fino verjurado, con tinta color bistre. Metal, papel y tinta nos trasmiten una imagen de una Fiesta Española que Goya, en su infinita sensibilidad la  hizo arte, y estos toros y toreros siguen dando espectáculo doscientos años después de su aparición en Madrid.

Carlos Barboza Vargas
Pintor y Grabador.
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