EN EL TALLER DE CONSERVACIÓN Y RESTAURACIÓN DE LA FACULTAD DE BELLAS ARTES DE MADRID
Junto con la
pintora y grabadora argentina, de Tucumán, Rosa Morant, empecé a estudiar Restauración de Pintura en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando
de Madrid, entre los años 1969 y 1972. El taller se encontraba en la parte
alta del edificio de la Escuela de Bellas
Artes, con amplios ventanales que hacían
el espacio agradable para trabajar. Había una gran sala con mesas de trabajo
para poder manipular pinturas de gran formato y otra sala pequeña donde estaban
las pilas de agua, cocinas y mostradores con los utensilios para preparar las
colas, los engrudos y los disolventes que servirían para intervenir en
la restauración de un bien cultural.
El Catedrático
titular era el pintor y restaurador Francisco Núñez de Celis, hijo del anterior Catedrático, Núñez Losada, ambos
pioneros en la enseñanza de esta difícil técnica que hace que una obra de arte
que ha sufrido el paso e inclemencias del tiempo, prolongue su vida para que podamos estudiar y
disfrutar de ella. Era Don Francisco un profesor de pocas
palabras, serio, pero siempre estaba atento a comunicar sus conocimientos para
que el alumno aprendiera con rapidez los métodos de la Restauración. Como ayudante del laboratorio y taller estaba
la restauradora Zoraida Cárdenas, quien se preocupaba de que todo estuviese
dispuesto y a punto. Entre los varios alumnos hice amistad con Maite Urkullu y María Teresa Escohotado, quienes llegaron a ser excelentes profesoras de conservación y restauración de bienes culturales.
El primer curso
lo pasé haciendo colas y engrudos para reentelar pinturas al óleo sobre lienzo,
ayudando a trasladar los bastidores y tensando los linos en ellos, observando a los que tenían más
experiencia técnica. Los alumnos tenían que proporcionarse las obras a
restaurar y Rosa Morant tenía un cliente que le proporcionaba pinturas y yo le
ayudaba a restaurarlas. En el segundo curso, como estaba realizando pinturas murales,
comencé a estudiar y profundizar en la forma de restaurar y trasladar una obra pictórica
realizada sobre una pared, a un soporte móvil. Estudié la historia de la
pintura mural y la forma de conservarla. En eso me ayudó mucho Núñez de Celis,
quien tenía un buen conocimiento de trasladar la pintura mural al fresco.
Comencé a hacer pruebas con mi obra y empecé a utilizar los materiales necesarios
para desprender una pintura al fresco. Colas de carpintero, de conejo y caseína
son los elementos básicos para llevar a buen puerto un traslado de pintura
mural. La cola de carpintero, o cola fuerte, se aplica sobre la capa pictórica y
la caseína sobre la parte de atrás para fijar los pigmentos de la pintura. De todos los trabajos que iba realizando fui
tomando notas, tanto de las mezclas como de los disolventes que se empleaban en
la limpieza y en los materiales para la reintegración de los lienzos, tablas,
cobres y murales.
En el último
curso vino a la Escuela Francisco Arquillo,
desde Roma, para realizar los exámenes para poder ser Profesor de Restauración.
Y una de las especialidades que estudió en el Istituto di Restauro de Roma fue la Restauración de Pintura Mural. Lo vi trabajar y estuve observando en el
taller de pintura mural, hicimos amistad y me indicó de la existencia de un
libro publicado en francés por los profesores Mora y Phillippot, especialistas en la materia, de fama mundial. Dicho libro se encontraba en la biblioteca
del Instituto de Restauración de Madrid. Teresa Grasa Jordán, pintora, con quien
tenía una buena relación y es una gran conocedora del idioma, además de Licenciada
en Química, quiso colaborar conmigo en el estudio de esta importante publicación
y comenzamos a traducirlo.
Al final del
Curso de Restauración realicé una Tesina con toda la documentación que había obtenido
en esos años de estudio, donde documenté gráficamente y con fotografías, las restauraciones de las pinturas, una
de ellas de Bassano, un Desnudo, un Descendimiento de Cristo, una Magdalena y una Virgen todos ellos, al óleo sobre lienzo. Luego, un San
Juan sobre cobre, un Icono sobre tabla y un cuadro
pintado al alquil. La mayor parte de
esta Tesina trata de la historia, la técnica
y la restauración de la pintura mural. Presenté trabajos de arrancado de
detalles de pinturas mías y de Monirul islam, al fresco. Escribí
sobre la técnica empleada por los
alumnos compañeros de Pintura Mural, como el mencionado Monirul, Azziz, Teresa
Segura, Medina, Almeida y dos obras mías.
Al final, adjunté también el trabajo de traducción
del libro Técnica y conservación de la
pintura mural, de Paolo Mora y Paul Phillippot, que habíamos traducido Teresa y yo. El profesor Francisco Núñez de Celis me otorgó
las mayores calificaciones y este trabajo nos sirvió para
que me otorgaran la Beca de la UNESCO en el Centro Internacional de Estudios para la Conservación de Roma en
1973, para seguir el afamado Curso de especialización
en Restauración y Conservación de Pintura Mural. Hoy, 27 de enero es el Día del Conservador y Restaurador de Obras
de Arte y es válida la frase de Coremans que dice: La conservación tiene prioridad sobre la restauración.
Carlos Barboza
Vargas
Restaurador,
Facultad de Bellas Artes de San Fernando, Madrid.
UNESCO,
Roma.
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