EDGAR DEGAS, ESCULTOR EN EL METROPOLITAN
MUSEUM, NEW YORK
El Metropolitan Museum de Nueva York guarda una de las mejores colecciones de
pinturas de los Impresionistas y es debido a que la pintora Mary Cassatt, amiga de
Degas, asesoró a dos grandes coleccionistas para que adquiriesen estas obras, el
matrimonio de Louisine y Henry Osborne Havemeyer, cuya colección en gran parte se encuentra en
este museo. La pintora Mary Cassatt era
amiga y alumna de Degas y vivían los dos en París muy cerca y trabajaron juntos
el grabado y él le enseñó el uso del pastel. Mas tarde, ella promociono la obra
de Degas en los Estados Unidos.
La obra escultórica
de Edgar Degas que el Metropolitan exhibe en unas vitrinas, son sus esculturas
en bronce que se editaron después de la muerte del artista,
acaecida en 1917. Degas tuvo un accidente con un fusil en la guerra franco
prusiana, en 1870, que le afectó la vista. Esto hace que se concentre en su
mundo interior y es cuando comienza a producir las obras para su placer
personal, podríamos llamar, Caprichos,
como son los monotipos usando el pastel
en ellos, la fotografía y la escultura. Estamos
en el año 1880. Al ir perdiendo vista,
el pintor sustituye este sentido por el sentido del tacto, y quiere retener las
formas que tanto amaba, como eran los caballos, - pasión que nació en 1860 al
asistir a las carreras en los Hipódromos, - la danza y el desnudo.
En 1881,
junto con los pintores impresionistas expone su más famosa escultura, Bailarina
de catorce años, que causa una reacción
airada del público de la época. Esta joven bailarina era una estudiante de danza
llamada Marie van Soethem quien, junto con sus dos hermanas mayores posaron
para Degas. Esta bailarina fue una revolución en el concepto de la escultura,
estaba realizada en cera con una coloración natural. El cabello era natural y estaba vestida con un corpiño y un tutú a la italiana, de seda, ligero y
transparente que dejaba pasar al luz. El pelo tenía una trenza con un lazo. Le
puso zapatillas de bailarina y la colocó en un pedestal de madera. La violenta crítica fue debido al uso de “vestir
una escultura”, no era propio de la época y de la niña no gustaron sus facciones
ni su pose de descanso de bailarina. Con
esta escultura que tiene un metro de altura, Degas se adelanta al Hiperrealismo
escultórico del último periodo del siglo XX. Las dos versiones que se encuentran
en el Metropolitan, una pequeña en la misma posición pero el cuerpo desnudo y
la otra vestida, están vaciadas en bronce.
Generalmente,
las esculturas que realizó Degas las hizo con un material muy frágil, cera de
abejas y arcilla, seguramente para su contemplación personal y para practicar
una técnica artística que le permitía estudiar el volumen de los objetos con
una realización muy novedosa. Degas era un coleccionista de arte y gran admirador del pintor, grafista y
escultor Honore Daumier, (1808-1879), del que poseía unas doscientas obras. Daumier
expuso su obra escultórica en 1878, en la galería Duran Rouel, la misma en la
que exponía Degas sus obras. Sus obras
son bustos artísticos de políticos de su época y pequeños personajes, con un
tratamiento muy similar al que luego aplica en escultura su admirador.
Degas
realizó unas ciento cincuenta obras en
pequeña escala, donde los caballos con jinetes toman toda la fuerza de su
movimiento, o del galope en el hipódromo. Luego, las bailarinas de ballet, en las
que estudia todas las posiciones de la danza y finalmente las mujeres en la
intimidad del aseo bañándose, secándose, en posturas íntimas; en muchas de ellas
le sirvió de modelo la bella Suzanne Valadon, luego pintora, grabadora muy en
la avanzada de los primeros movimientos del siglo XX. De todas estas obras de
Degas hay constancia en el Metropolitan Museum.
Parece ser que Degas confía su obra escultórica a su galerista
Duran Rouel, con el fin de que se trasladara a bronce y no se perdiera. Se encargó
de este trabajo su amigo el pintor y luego escultor Paul Albert Bartholome,
(1848-1908), que viajó con él a Borgoña y luego a Montauban, para visitar el
museo de Ingres. Bartholome comenzó a restaurar las piezas muy dañadas, pero por la Guerra del 14, no pudieron trasladarse a bronce hasta 1919,
en el taller de Hebrad. Se fundieron veintidós ejemplares de cada una, también de la Bailarina de catorce años. Los herederos también realizaron cinco
piezas de la Muchacha andando.
La colección
de Metropolitan Museum de Nueva York
nos muestra este legado de un artista
que en la soledad del estudio crea piezas escultóricas sin fines comerciales y dichas investigaciones aportan junto con
Rodin, lo que va a ser la escultura del siglo XX, continuada por Picasso, Matisse,
Giacometti, los Futuristas,…. Todo un placer
para la vista, Degas en estado puro.
Carlos
Barboza Vargas
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