sábado, 6 de agosto de 2016

EDGAR DEGAS, ESCULTOR EN EL METROPOLITAN MUSEUM, NEW YORK





EDGAR DEGAS, ESCULTOR EN EL METROPOLITAN MUSEUM, NEW YORK

El Metropolitan Museum de Nueva York  guarda una de las mejores colecciones de pinturas de los Impresionistas y es debido a que la pintora Mary Cassatt, amiga de Degas, asesoró a dos grandes coleccionistas para que adquiriesen estas obras, el matrimonio de Louisine y Henry Osborne Havemeyer,  cuya colección en gran parte se encuentra en este museo.  La pintora Mary Cassatt era amiga y alumna de Degas y vivían los dos en París muy cerca y trabajaron juntos el grabado y él le enseñó el uso del pastel. Mas tarde, ella promociono la obra de Degas en los Estados Unidos.

La obra escultórica de Edgar Degas que el Metropolitan exhibe en unas vitrinas, son sus esculturas  en bronce que se  editaron después de la muerte del artista, acaecida en 1917. Degas tuvo un accidente con un fusil en la guerra franco prusiana, en 1870, que le afectó la vista. Esto hace que se concentre en su mundo interior y es cuando comienza a producir las obras para su placer personal, podríamos llamar, Caprichos,  como son los monotipos usando el pastel en ellos,  la fotografía y la escultura. Estamos en el año 1880.  Al ir perdiendo vista, el pintor sustituye este sentido por el sentido del tacto, y quiere retener las formas que tanto amaba, como eran los caballos, - pasión que nació en 1860 al asistir a las carreras en los Hipódromos, - la danza y el desnudo.

En 1881, junto con los pintores impresionistas expone su más famosa escultura, Bailarina de catorce años,  que causa una reacción airada del público de la época. Esta joven bailarina era una estudiante de danza llamada Marie van Soethem quien, junto con sus dos hermanas mayores posaron para Degas. Esta bailarina fue una revolución en el concepto de la escultura, estaba realizada en cera con una coloración natural. El cabello era  natural y estaba vestida con un corpiño y un tutú a la italiana, de seda, ligero y transparente que dejaba pasar al luz. El pelo tenía una trenza con un lazo. Le puso zapatillas de bailarina y la colocó en un  pedestal de madera.  La violenta crítica fue debido al uso de “vestir una escultura”, no era propio de la época y de la niña no gustaron sus facciones ni su pose de descanso de bailarina.  Con esta escultura que tiene un metro de altura, Degas se adelanta al Hiperrealismo escultórico del último periodo del siglo XX. Las dos versiones que se encuentran en el Metropolitan, una pequeña en la misma posición pero el cuerpo desnudo y la otra vestida, están vaciadas en bronce.  

Generalmente, las esculturas que realizó Degas las hizo con un material muy frágil, cera de abejas y arcilla, seguramente para su contemplación personal y para practicar una técnica artística que le permitía estudiar el volumen de los objetos con una realización muy novedosa.   Degas era un coleccionista de arte  y gran admirador del pintor, grafista y escultor Honore Daumier, (1808-1879), del que poseía unas doscientas obras.   Daumier expuso su obra escultórica en 1878, en la galería Duran Rouel, la misma en la que exponía Degas sus obras.  Sus obras son bustos artísticos de políticos de su época y pequeños personajes, con un tratamiento muy similar al que luego aplica en escultura su admirador.   

Degas realizó  unas ciento cincuenta obras en pequeña escala, donde los caballos con jinetes toman toda la fuerza de su movimiento, o del galope en el hipódromo. Luego, las bailarinas de ballet, en las que estudia todas las posiciones de la danza y finalmente las mujeres en la intimidad del aseo bañándose, secándose, en posturas íntimas; en muchas de ellas le sirvió de modelo la bella Suzanne Valadon, luego pintora, grabadora muy en la avanzada de los primeros movimientos del siglo XX. De todas estas obras de Degas hay constancia en el Metropolitan Museum.      

Parece ser  que Degas confía su obra escultórica a su galerista Duran Rouel, con el fin de que se trasladara a bronce y no se perdiera. Se encargó de este trabajo su amigo el pintor y luego escultor Paul Albert Bartholome, (1848-1908), que viajó con él a Borgoña y luego a Montauban, para visitar el museo de Ingres. Bartholome comenzó a restaurar las piezas muy dañadas,  pero por la Guerra del 14,  no pudieron trasladarse a bronce hasta 1919, en el taller de Hebrad. Se fundieron veintidós ejemplares de cada una,  también de la Bailarina de catorce años.  Los herederos también realizaron cinco piezas  de la Muchacha andando.

La colección de Metropolitan Museum de Nueva York  nos muestra este legado de un artista que en la soledad del estudio crea piezas escultóricas sin fines comerciales y  dichas investigaciones aportan junto con Rodin, lo que va a ser la escultura del siglo XX, continuada por Picasso, Matisse, Giacometti,  los Futuristas,…. Todo un placer para la vista, Degas en estado puro.

Carlos Barboza Vargas

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