GOYA SALVADO POR LOS CARTUJOS DE AULA DEI EN EL SIGLO XX, FOTOS AURELIO GRASA 1916-17.
Francisco de Goya y Lucientes siempre tuvo muy
buena relación con los padres cartujos de Aula Dei. Esta Cartuja fue fundada en
1563, en tiempos del Arzobispo Hernando de Aragón, nieto de los Reyes
Católicos. En el siglo XVIII están los monjes cartujos desarrollando sus
actividades y quieren terminar de adornar su iglesia con pinturas. Encargan a
Francisco Bayeu los lunetos del altar mayor y hacia 1774, después de su regreso
de Italia en 1771 y de haber pintado al fresco El Coreto en la Basílica del
Pilar, le encargan los cartujos un gran reto pictórico a Goya, realizar en 11
plafones la Vida de la Virgen María para adornar las paredes de la iglesia
cartujana. Cumple con su encargo. Estaba recién casado con Josefa Bayeu (25 de
julio de 1773) y tiene su primer hijo y lo describe así: "Nació Antonio Juan Ramón y Carlos día 29 de agosto año de 1774.
Bautizado en la parroquia de San Miguel de Zaragoza, fue su padrino Don Carlos
Salas" y el día 3 de enero de 1775 salen para Madrid, llamado por
Mengs para trabajar en la Real Fábrica de Tapices.
El tiempo corre plácidamente en la Cartuja,
hasta que en el año 1835 se produce la desamortización de Mendizábal o Méndez,
de los bienes de las órdenes religiosas que pasan a manos del Estado y los
venden a la pequeña burguesía para cubrir gastos. Los cartujos abandonan la
Cartuja de Aula Dei. El deterioro del edificio al no estar habitado comienza a
producirse. En 1837 en tiempos de la Reina Isabel II, se otorga una escritura
de venta a favor de Francisco Clarac quien la convierte en una fábrica textil.
En el año 1844, Domingo Marraco, su socio, compra el edificio y terrenos, entra
en pleitos judiciales con Clarac, siendo este último quién gana y se queda en
posesión del recinto cartujano, haciendo válida la primera escritura. En el año
1901 la Cartuja se encuentra en propiedad de los herederos de Bartolomé Martí,
socio de Clarac, que estaban arruinados y con deudas, y necesitan venderla para
pagar a sus acreedores.
A finales del siglo XIX, visita Zaragoza un
padre benedictino, llamado Esteban Babín con el fin de comprar un antiguo convento
de Capuchinos de Nuestra Señora de Cogullada, para establecer una fundación.
También visitó la Cartuja de Aula Dei, que pertenecía a la misma familia y se
vendía. Al mirar las dependencias y las obras de arte que aún guardaba, pensó
que deberían comprarla los cartujos para que volvieran a habitar este
monumento. Compró Cogullada a la familia Martin y se instaló en ella en 1896.
No perdió de vista la Cartuja y veía cómo se deterioraba y que se vendían
objetos de valor, como alguno de los altares a los catalanes. Babín insistía
que los cartujos volvieran, poniéndose en contacto con los monjes cartujos de
Miraflores en Burgos. Enviaba cartas a la Gran Cartuja en Francia. Solicitó un
precio final por la propiedad y los dueños la bajaron a 36.000 pesetas. El dos
de mayo se va Babín a Francia para hablar con el Padre General Don Miguel
Baglin con esta nueva oferta económica y los planos del recinto. La repuesta
fue NO.
Pero los avatares políticos e ideológicos
siguen su curso y el 1 de julio de 1901 el Estado francés dicta la Ley de
Asociación y reglamento de ejecución. El 16 de agosto los cartujos son
expulsados de sus posesiones en Francia. Tuvieron que redistribuirse entre
Bélgica, Italia y España. El Padre Prior Roque Mallet de Miraflores, se
presenta en Cogullada con otros cartujos para ver y comprar Aula Dei. Babín
monta a caballo y se presenta en Zaragoza para cerrar el trato anterior, antes de
que los dueños suban el precio y la consigue comprar a Don Antonio Martí para
los cartujos.
El Prior General ordena a Padre Don Leonardo
Gorse de trasladarse a España y restaurar la Cartuja de Aula Dei. La compra se
puso a nombre de un intermediario Don Alfonso Daumas y Foxa y se firmó el 24 de
noviembre de 1901. En esta escritura de venta aparece el abuelo materno de
Teresa; Don Miguel Jordán y Marraco, como mandatario de otro heredero, Don
Vicente Gudal. El Padre Gorse se pone manos a la obra inmediatamente y a
restaurar las dependencias para que fueran habitables y una capilla la de la
Virgen del Pilar, para ejercer los oficios religiosos. Llegaron a trabajar
hasta 182 obreros en la reconstrucción. La idea de los acreedores de la familia
Martí, era demoler la cartuja y vender los materiales. El 3 de enero de 1902,
es enviado a la cartuja el arquitecto Mr. Pichat y el informe que hizo es que
había que demoler el ala norte del claustro mayor que se inclinaba y ...."Borrar o hacer desaparecer los
frescos (Pintura al óleo) de la Iglesia, para evitar gastos y que el salitre
había deteriorado"....El Prior Gorse y los cartujos se oponen a que
desaparezcan estas pinturas y deciden solamente remplazar las cuatro
deterioradas, ya que consideraban que eran dignas de conservarse; aún no se
sabía que eran de Goya.
Ese mismo año llegó a Aula Dei el historiador
alemán Augusto L. Mayer, que estaba escribiendo una biografía de artista y al estudiarlas confirmó que eran de Goya.
El Padre Gorse escribió en los anales y efemérides lo siguiente: "Ahora bien ¿no hubiéramos sido
tratados como vándalos si, so pretexto de economía, hubiéramos hecho
desaparecer lo que causa admiración de los inteligentes". A continuación
escribe al Padre Superior su posición y le da libertad para que actúe en
conciencia. La restauración de las pinturas de Goya se aparcan y se continúa en
el acondicionamiento del edificio. Más tarde el Padre Andrés Allard se puso en
contacto en París con los pintores Buffet y les encargó reponer las pinturas
perdidas de Goya. En septiembre de 1902 se encuentran restaurando, mejor dicho
rehaciendo a su estilo pictórico, algunas partes de las pinturas de Goya que
estaban deterioradas por el salitre. Tomaron medidas de los plafones a reponer,
y al año siguiente mandaron los lienzos
para su colocación. Y es así como se conservan los siete grandes cuadros de Don
Francisco de Goya, salvados por estos cartujos que supieron ver en estas
pinturas la grandeza del pincel del Goya joven.
En 1908 la Cartuja está restaurada y es habitable. En Zaragoza se celebra la Exposición Universal Hispano Francesa, y la Infanta Doña Isabel de Borbón la visita y aprovecha la ocasión para trasladarse a visitar Aula Dei, a 17 kilómetros del centro. Es la primera mujer que entra en este recinto cartujano en el siglo XX, el 16 de julio.
Unos años después, el 30
de enero de 1916 hay una nota en el libro cartujano que dice: "Esta tarde han venido algunos artistas
de fama, Sr. Paulu y Pallares, para ver los cuadros de Goya". Les
acompaña el fotógrafo Aurelio Grasa que documenta gráficamente la visita.
Aparecen doce artistas y poseemos siete placas de 13x18 cm. de Gelatino Bromuro
d´Argent, de esta visita y se pueden contemplar las pinturas de Goya y de
Buffet en las imágenes de Grasa.
El 13 de mayo de 1917, el Prior Gorse escribe: "Por orden de las Cortes españolas,
con motivo de la Guerra Europea el Cónsul de Francia en Zaragoza pide retrato
de los religiosos extranjeros de esta casa y al efecto ha venido hoy el joven
Sr. Grasa con su padre, comerciante de Zaragoza para sacar las fotografías".
Aurelio Grasa realiza 12 placas de cristal de 9x12cm. donde aparecen cuarenta
cartujos franceses y el Prior Leonardo Gorse junto al Vicario, Don Anastasio
Malasigné, que era pintor y es el que restauró los lunetos de Fray Jusepe
Martínez, que pertenecían a la Cartuja y que se encontraban depositados en el
Museo de Zaragoza. El reportero gráfico
que era Grasa deja de trabajar como tal el 6 de junio de 1917, ya que va
ejercer una nueva profesión la de médico, como lo publica el Heraldo de Aragón.
El 9 de septiembre de ese mismo año, visita de nuevo la Cartuja, acompañado por
su padre Joaquín Grasa, en su nuevo coche y su hermano Emilio les acompaña en
bicicleta, realizando seis placas estereoscópicas 6x12 cm. con su cámara
Richard de París.
Años más tarde en 1978, estando de Prior Don
José María Pastor, de profesión Químico, el Ministerio de Cultura nos encargó a Teresa
Grasa Jordán y a mí la restauración de las pinturas de Goya, y en el tomo 3, se
documenta nuestro trabajo y dice:
"1978: 20-10" "El Sr. Carlos Barboza y su esposa, Teresa Grasa,
técnicos especializados del Instituto Central de Restauración y Conservación de
obras de arte de Madrid.... vienen hacer la restauración de las pinturas de
Goya en nuestra Iglesia". El 17 de noviembre escribe: "Hoy llega el permiso de Roma para
que la Sra. Grasa pueda entrar a la iglesia para la restauración"
y continua: " Este lunes, la Sra. Teresa Grasa entra por primera vez en la clausura.
Entra sola en su coche." Los cartujos van documentando nuestro trabajo
y el 27 escriben: "Se termina el
mural de la Circuncisión. Ha quedado precioso, pues tenía mucha suciedad. Se
trasladan los andamios delante del mural de la Natividad de la Virgen"
y así hasta enero de 1980. En este año 2021, los padres cartujos se han ido de
este maravilloso recinto monacal, por los cambios y presiones sociales, después
de todo su trabajo en recuperarlo y de haberse opuesto a la desaparición de la
gran obra pictórica de Goya. Las fotos de Aurelio Grasa constituyen un
documento único de unos hombres dedicados a la oración y al disfrute del arte
que tanto admiraron y cuidaron. GOYA 275 AÑOS.
Carlos E. Barboza Vargas.
Archivo Barboza-Grasa en Zaragoza 2021.
Ver enlaces:
http://barbozagrasa.blogspot.com/2009/11/en-1978-79-realizamos-la-restauracion.html
http://barbozagrasa.blogspot.com/2011/02/otra-vez-goya-y-la-cartuja-de-aula-dei.html
http://barbozagrasa.blogspot.com/2009/12/goya-en-la-cartuja-de-aula-dei.html
http://barbozagrasa.blogspot.com/2015/09/goya-muralista-en-el-museo-ibercaja-de.html
http://barbozagrasa.blogspot.com/2016/01/pierre-gassier-historia-de-una-amistad.html







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