domingo, 13 de agosto de 2017

ARTE LATINOAMERICANO EN GARY NADER ART CENTRE, EN MIAMI





ARTE LATINOAMERICANO EN  GARY NADER ART CENTRE, EN MIAMI

Llegamos a Miami el 16 de junio, justo para asistir al nacimiento de nuestra nieta Elena, que nació el 17. Fue una gran emoción ver aquella criatura moverse y con buenos lloros pedir su ración de comida que, generosamente, María, su madre, le proporcionaba.  El padre, Francisco, miraba la escena maternal con cariño.

Pasada la primera emoción comenzamos a ubicarnos en el nuevo mundo, donde conviven la naturaleza, el mar y el hormigón  de sus edificios que no paran de crecer en esta dinámica ciudad de Miami.  Teníamos interés de visitar los museos que no pudimos ver el año pasado y entre ellos, unos en particular, el  Gary Nader Art Centre  que alberga una de las mejores colecciones de arte latinoamericano en América del Norte, con más de mil obras. El edificio se encuentra en el renovado distrito de  Wynwood, en una nave industrial de dos plantas  que funciona como Galería y Museo.  El coleccionista Gary Nader es de origen dominicano y desde muy joven se dedicó al comercio del arte, fundando una Galería de Arte en Santo Domingo, República Dominicana, que luego trasladó a la ciudad de Miami en 1985, convirtiéndose en un coleccionista experto y difusor del arte del sur de los Estados Unidos.

América Latina o Iberoamérica tiene una gran riqueza artística desde sus primeros pobladores que nos dejaron obras maestras, tanto en escultura como en artes industriales y pinturas, con un mundo propio y original que seguimos disfrutando del gran talento creativo de mayas, aztecas, incas,…. Con la llegada de los españoles los indígenas supieron asimilar la nueva forma de ver el mundo, Europa irrumpe en lo que se llamará  más tarde América y aporta toda una nueva iconografía religiosa creando iglesias, esculturas y pinturas, con una  nueva sensibilidad.  El arte colonial que días antes pudimos contemplar en el Museo Iberoamericano de la Universidad de Alcalá de Henares, en especial, la colección de José Feliz Llopis,  sobre pintura cuzqueña del Virreinato de Perú, confirman esta simbiosis artística.  Junto a él se encuentra el Museo Luis Gonzales Robles que guarda en sus fondos pintura de los pueblos de Iberoamérica; muchos de ellos se encuentran también en el Gary Nader de Miami. 

En el siglo XX Latinoamérica sufre las convulsiones sociales y en 1910 empieza la Revolución Mexicana cuyos ideales se divulgarán por todo América Latina. También nace un arte nuevo, que trata de ahondar en las raíces originales  del continente, como es el Muralismo Mexicano, capitaneado por tres grandes artistas muralistas, Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros, punta de lanza para que el arte piense en  clave americana.

El Museo Gary Nader empieza su discurso expositivo con obras del  argentino Figari que quiere reflejar el mundo rural de la pampa de una forma un poco romántica. Pero el representante que aportó una nueva visión en estas tierras fue el uruguayo Joaquín Torres García;  formado en España, se estableció  en Barcelona, donde deja una importante obra mural con tendencia neoclásica y modernista.   Viaja por Europa y se influencia con las nuevas corrientes que capitanea Picasso y va cambiando su forma de pintar, en especial, cuando conoce la obra de Mondrian, el neoclasicismo le influye. Regresa a Uruguay  y se concentra en enseñar el constructivismo queriéndolo hacer con un acento latinoamericano. Crea lo que se llama la Escuela del Sur. Mientras el Muralismo mexicano influencia desde el norte, la Escuela constructivista de Torres García sube del sur al norte, imponiendo el arte abstracto hasta derivar en el Arte Cinético, que está representado en este espacio por Carlos Cruz Díez,  Rafael Soto, Omar Rayo, y les acompaña el gran creador de este movimiento, el europeo Víctor Vasarely.

En la planta baja del Museo se expone una serie de pinturas del cubano Wifredo Lam, amigo de Picasso, del que supo asimilar toda la lección picassiana y crear un arte muy personal haciendo del cubismo un surrealismo tropical. Al igual que el chileno Roberto Matta, que también supo asimilar toda la lección europea de principios del siglo XX, con un surrealismo dinámico, que cuando lo expuso en Nueva York los artistas  americanos se influenciaron en su dicción, colaborando en el Action Painting expresivo.

El Museo guarda las mejores obras del colombiano Botero, en pintura, dibujos y esculturas. Es el artista con mayor presencia en este centro. A la entrada del mismo hay  monolíticas  figuras boterianas. En el Museo,  en toda la planta baja, se encontraban casi todas sus obras escultóricas de dimensiones reducidas, que son el formato que más me gusta de su obra escultórica, ya que las otras las considero pequeñas esculturas ampliadas. Las primeras pinturas de Botero son las que me han llamado siempre la atención, creo que en ellas el artista expresaba muy bien su sensibilidad plástica.  Sus grandes telas después de Europa,  el artista trata de demostrar su amplio conocimiento de la historia del arte y cuáles son sus artistas preferidos.  En la última época busca lo popular o naïf, y creo que se recicla siempre sobre su misma fórmula.   En el dibujo mantiene su aprendizaje académico que le da solidez a su obra dibujística.

También hay obra de otros representantes que han hecho  y realizado su obra en sus países de origen, como Szyszlo, de Perú, al que conocí en Madrid y lo entrevisté para El Excelsior. Su fuerte colorido expresivo hace que su obra sea de una abstracción lírica.  Amalia Peláez y René Portocarrero, de Cuba, Seguí, de la Argentina y el delicado colorista y pintor de formas cósmicas, el mexicano Rufino Tamayo. Otro creador de grandes personajes que ocupan generalmente toda la superficie del cuadro con gran expresividad, como es Guayasamín, de Bolivia.  Britto, ilustrador de objetos es de Brasil, y de Centroamérica se encuentran Armando Morales de Nicaragua, el naïf de Honduras, Velázquez. La pintura de Costa Rica brilla por su ausencia. Las nuevas tendencias realistas están representadas por Tomás Sánchez, de Cuba,  y por el chileno Claudio Bravo.   José Luis Cuevas, el mexicano dibujante y grabador, está  también presente en este espacio.  Hay obras de creadores norteamericanos del pop como Robert Indiana y Frank Stella y fotografía alemana. 

Una gran maqueta de lo que va a ser el futuro Museo de Arte Latinoamericano se muestra en la sala superior,  de un bello diseño digno para albergar  el desconocido gran arte realizado al sur de Miami.  Espero que Gary Nader logre llevar a buen puerto su proyecto  en estas tierras,  antes españolas, descubiertas por Ponce de León y que  llamó La Florida.
Carlos Barboza Vargas



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