sábado, 27 de mayo de 2017

JOSÉ ÁNGEL DE ANDRÉS, DE LA GALERíA GOYA A LA HERMANDAD DE LA SANGRE DE CRISTO, 2017


JOSÉ ÁNGEL DE ANDRÉS, DE LA GALERÍA GOYA A LA HERMANDAD DE LA SANGRE DE CRISTO, 2017

La amistad con José Ángel de Andrés González y Alicia Anadón viene de lejos, cuando con pasión dedicábamos nuestro tiempo a difundir el arte en la ciudad de Zaragoza,  ellos en la Galería Goya, que se encontraba en la Plaza del Pilar, frente a la Lonja y nosotros en la Galería de Arte Costa 3.  Estamos hablando de los años setenta del siglo pasado. Fueron galerías privadas financiadas con dinero  propio, al igual que los locales de exposición. Tiempo, dinero y espacio,  era una pasión por el arte lo que nos unía.

La Galería de José Ángel y Alicia se dedicaba especialmente a exponer pintores y escultores, tanto aragoneses como españoles y extranjeros, logrando hacer un centro donde se reunían artistas y amantes del arte.  Siempre que había un tema artístico nos consultaba  y ponía en nuestras manos obras de arte para restaurar, tanto de colecciones privadas como relacionadas con la Galería Goya. Todo un mundo que recorrimos juntos.  

En los últimos años cuando dejamos nuestra labor como galeristas, nos llamábamos para reunirnos y tomar unas cañas, especialmente los domingos en la plaza de san Bruno donde adquiríamos libros y algún objeto del pasado. Hablábamos de Goya, de arte y muchas veces de una labor callada y humanitaria que ejercía como Hermano Receptor de la Real Hermandad de la Sangre de Cristo realizando la labor de recoger seres que fallecían en las calles de  Zaragoza. Hay que tener voluntad y creer con fuerza en la Religión Cristiana para dedicarse a una labor tan humanitaria y gracias a estos miembros es que esta Cofradía ha durado tantos siglos en la ciudad.  

Como empresario  últimamente llamaba a nuestro hijo Carlos, ingeniero, para que le asesorara en temas energéticos. Teresa y yo nos sentíamos muy contentos pues también hemos visto crecer  y evolucionar a sus dos hijos en sus profesiones, Alfonso y José Ángel, de los cuales se sentía muy orgulloso y nos comentaba de sus éxitos en Perú, París y Madrid.  La última vez que nos vimos estuvimos  tomando un aperitivo en la calle Costa junto a sus bellas nietas Lucía y Carla, de las que siempre nos hablaba y nos enseñaba fotos, eran su amor y su pasión. Fue una velada muy agradable.  

Hoy hemos visto  la noticia de que José Ángel se fué y creo que en este momento todos los que ayudó a bien morir estén esperándolo para acompañarlo en su camino. Descanse en paz, amigo José Ángel y un abrazo a la familia.  

Teresa Grasa Jordán y Carlos Barboza Vargas 

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