jueves, 6 de abril de 2017

RECORDANDO AL COMPOSITOR JOSÉ PERIS LACASA (1924-2017) EN ZARAGOZA






RECORDANDO AL COMPOSITOR JOSÉ PERIS LACASA (1924-2017)  EN ZARAGOZA
La desaparición a los noventa y dos años de edad del músico, compositor y profesor  José Peris Lacasa  nos lleva a evocar cuando lo conocimos  en el homenaje a la escritora aragonesa Ana María Navales que se le hizo en la Iglesia de Santa Isabel de Portugal en Zaragoza el 14 de junio del 2011.  Estuvimos escuchando su música y la poesía de Ana María, fueron momentos de gran emoción. El trato con este compositor internacional aragonés era agradable y cordial, pero es el escritor Juan Domínguez Lasierra,  quien dejó guardado este acto en un saco roto que publicó en el Heraldo de Aragón y dijo lo siguiente:


Ana María que estás entre amigos
20-VI-2011

Yo creo que todos hicieron la actuación de su vida. Que Ester Ciudad  hizo un Bach que para sí quisieran algunos; que María de Félix nunca estuvo tan intensa, tan mágica, como cantando al maestro Peris; que Ernesto Tamé entonó con tanta emoción esa “Ave María”, de Arturo Cuartero, el tenor de Fuendejalón –no te olvides de decirlo, me dice Ernesto, porque allí no se acuerdan—, que nos puso la carne de gallina; que la Capilla de la Fundación Fernando el Católico, con Ismael al frente,  nos elevó al inefableParadisum; que Miguel Ángel Tapia..., bueno Miguel Ángel siempre nos admira. Me dirán que no puedo ser objetivo, y es verdad, pero el maestro Peris me lo confirmó después, y lo que dice el eximio maellano va a misa... o a palacio real. Y las amigas, leyendo los poemas, y Charo Ferré, ejerciendo de ejemplar conductora improvisada.

Estoy hablando, claro, del homenaje a Ana María Navales, celebrado en Santa Isabel/San Cayetano --mi gratitud a la Diputación por su generoso ofrecimiento, Cristina, Alfredo, Ricardo--,  y digo homenaje para entendernos; porque era, sobre todo, un encuentro de amigos, en torno a nuestra escritora, a sus poemas, a su entregada docencia, para decirle que seguimos con ella, que no la olvidamos –es tan difícil olvidarla--, para acompañarla, para “arroparla”, como me acaban de decir Yolanda o Carmencica, que me gestionó las flores,  cuando escribo estas líneas.

Y el maestro, don José Peris Lacasa, que estuvo conmigo desde el principio, incondicionalmente, y que nos regaló esas partituras elegidas para Ana María (Juan de la Cruz, Lope, García Lorca, que no se hizo por cuestión de tiempo) y para que María de Félix las cantara como si hubieran sido compuestas para ella.  Canciones entre el Alma y el Esposo...

Qué alegría ver allí a Rosendo, a Maribel, a Toni Tello, a Ordovás –al que Ana llamaba “don usted”, por el respecto con que la trataba cuando trabajó con ella--, a mis compañeros Bandrés, Carmen Puyó, Picos, Irene, Chaco, Mapi...; a Mancebo, a Barranco, a Pilar de la Vega, a Alberto Calvo, ¡que le hizo unos dibujos a Ana María mientras escucha a Bach!, a Mariano Rubio y Edda, a José Luis Calvo y Rosa, a mi Juan de Sahagún, a Herráiz, a Ona, a Santiago Ríos; a Solanilla, el  médico de Ana, con Naima y Raian; a Marcela y Fernando; a Giovanni, Isabel y Carolina; al joven Víctor Abd, al que Ana ayudaba a hacer sus ejercicios escolares en casa, cuando él solo pensaba en dinosaurios... Y sus discípulas del Alemán o la Universidad, Laura (a la que una vez le puso un cero), Nacha, Charo..., y Encarnación, Teresa y Carlos (que hizo fotos), María José, Yolanda, Eugenia... Y tantos, tantos amigos... Y los que no pudieron venir, Martica, Isabel Carabantes, Alfredo Castellón, Rosa Burillo, Cándido y  Pepe Pérez Gállego, Javier Callizo, Pilar de Yarza... O Isa, su alumna del Alemán, que me mandó --antes no se había atrevido--,  lo que escribió en su blog a la muerte de su profesora: “Hoy he llorado a Ana María;  por primera vez un adulto escuchaba mis reflexiones como si fueran importantes...;  ojalá supiera lo importante que fue para mí, porque nunca se lo dije; gracias Maestra, tampoco te lo dije nunca.”  Tantas cosas se nos quedan por decir a los que queremos...

Juan Domínguez Lasierra

Fotos Archivo Barboza Grasa








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