domingo, 11 de septiembre de 2016

MEMORIAL POR LAS TORRES GEMELAS EN NUEVA YORK, 2001-2016





MEMORIAL  POR LAS TORRES GEMELAS EN NUEVA YORK, 2001-2016

 El 11 de septiembre del 2001, Teresa Grasa y yo volábamos desde Tenerife a Madrid después de estar exponiendo pinturas y grabados en La Casa de Colón de La Gomera.  Estando en el aeropuerto de Barajas, para tomar el avión que nos tenía que traer a Zaragoza, nuestro hijo Francisco nos llamó por el móvil para darnos la noticia de la destrucción de las Torres Gemelas de Nueva York, causada por dos aviones que impactaron en dichos edificios. Un sudor frio me recorrió el cuerpo, teníamos que abordar un avión, y los pensamientos de la tragedia no me abandonaron durante el viaje a Zaragoza.  

En el Boletín  Nº 100, que publica la Real Sociedad Fotográfica de Zaragoza, publiqué un artículo sobre este trágico acontecimiento y dije: 
Goya, Zaragoza y Nueva York. El grave acontecimiento terrorista sufrido en las Torres Gemelas el 11 de septiembre del 2001, nos hizo reflexionar hasta dónde la mente de los que nos llamamos  humanos puede llegar para asesinar. El arte y la imaginación son siempre superados en sus sueños. Estos hechos de guerra y destrucción son los que Goya, en 1810, dejó grabados con el fin de alertar hasta dónde es capaz de llegar la humana condición. Zaragoza fue fuente directa de este reclamo contra la guerra, ya que la ciudad fue bombardeada sistemáticamente por los franceses, causando dolor y desesperación entre sus habitantes. A nivel de época, este acto de guerra contra la ciudad es similar a lo de Nueva York, causan angustia y dolor en la población civil.  Véase el grabado 30, Estragos de la guerra, donde una habitación es bombardeada y las mujeres salen despedidas por los aires, cosa que sucedió con los trabajadores de las torres con el impacto de los aviones 199 años después.  Goya es el que rompe el concepto de la guerra, antes era cosa de dioses que se mezclaban con los humanos y los incitaban a realizarla (Homero). Luego era de Reyes y Papas para difundir ideas y expandir dominios, y siempre en nombre de Dios.  Goya nos describe la guerra en sus Desastres, con toda la crudeza de la misma, sin rostro, son sólo seres humanos que matan o se matan unos a otros,  sin identidad, sin rey y sin Dios, solo seres humanos.

En mayo de este año fuimos a visitar a nuestros hijos Francisco y María que viven en Miami.  El 27 de mayo estábamos en Nueva York y fuimos a visitar el Memorial con  el que el pueblo norteamericano ha rendido homenaje a los desaparecidos de esta catástrofe del 11 de septiembre de 2001.  La gente y los militares rendían honores a los caídos y recorrían el lugar en silencio.  Toda una multitud se acercaba a esos grandes espacios vacíos donde el agua en cascada dulcificaba el recuerdo. Algunas flores acompañan el nombre de  las víctimas.   Junto a ese espacio se alza  la Torre de la Libertad, de 541 metros,  que constituye un homenaje a los trabajadores caídos en este fatídico 11 de septiembre. Se traspasa un pasillo con sus imágenes y se sube en un veloz ascensor con proyecciones de la creación de Nueva York desde sus orígenes. En lo alto se puede divisar toda la grandeza de la ciudad y de cómo surge de las cenizas como el ave fénix, que tal vez lo simbolice la nueva Estación del Metro diseñada por el arquitecto español Calatrava, que en el reflejo del agua del Memorial da la sensación de un ave que alza el vuelo al infinito.  D.E.P.   

Carlos Barboza Vargas 

No hay comentarios:

Publicar un comentario