LIBRO DE LOS FOTÓGRAFOS
DE LA REAL SOCIEDAD FOTOGRÁFICA DE
ZARAGOZA, 2016
El invento
de la fotografía por Daguerre causó una
gran impresión en el mundo de la plástica y conforme se iba dominando el descubrimiento,
los artistas plásticos se interesaban por este nuevo método. En París, en el año 1874, en el que se
iniciaba el Impresionismo, en el local
del fotógrafo Nadar se hizo la primera exposición del grupo. Artistas como Manet
y Degas, antes Delacroix y Corot, recurrían a la fotografía para realizar
alguna de sus obras. Este fenómeno lo deja documentado Honoré Daumier, en su litografía que titula: Nadar elevant la Photographie a l´hauteur de l´art. (Nadar, elevando la Fotografía a la altura
del arte). En ella podemos ver al
fotógrafo Nadar con su cámara de fuelle montado en un globo sobre los tejados
de París, haciendo fotos aéreas de la ciudad. Esa comunicación entre la pintura y la
fotografia no cesa y vuelve a tomar fuerza con el Arte Pop.
Pasar del daguerrotipo
al negativo en cristal, al celuloide y a lo digital, es lo que ha pasado la Real
Sociedad Fotográfica de Zaragoza, desde su fundación en 1922, publicando
desde entonces la obra fotográfica de sus socios, algunos, pioneros de la
fotografía en Aragón. Boletines, catálogos, revistas, libros, periódicos, la televisión y actualmente en la
red, gracias a la fotografía digital. Libros sobre décadas de la Fotográfica se
han ido publicando hasta éste de hoy día, en que algunos de los múltiples socios exponen
su quehacer fotográfico.
En esta edición
de
Fotógrafos de la R.S.F.Z 2016, se
presentan cuarenta y cinco socios desde
los fotógrafos con una obra muy reconocida hasta los más jóvenes que empiezan a
buscar su identidad creativa. Entre ellos se encuentran diez mujeres que han irrumpido
con fuerza y creatividad en esta sede.
El libro contiene tres obras por autor, donde podemos encontrar paisajes, bodegones,
retratos, desnudos, collages digitales, usando los nuevos métodos de Photoshop.
Dentro de esta temática, cada artista
con su cámara oscura u ordenador, trata de impresionar sus pensamientos
sentimientos y gustos artísticos.
El paisaje es un tema muy tratado por los fotógrafos en
el libro, que aparece con tintes románticos, la ribera del Ebro, las tierras llanas de
Aragón, el Pirineo nevado y en la noche estrellada, p en otoño, en globo, como Nadar, el mar,
los tejados nevados de Calatayud, Santiago, en Galicia lluvioso.... En la ciudad, el artista de la cámara se
inspira buscando ángulos y composiciones abstractas de los nuevos edificios y
en los antiguos detalles de su ornamentación, o seres en blanco y negro de Portugal. También al pasear por la ciudad
se encuentran objetos con cierta disposición para dar composiciones de forma y color. El tratamiento del ser humano
es continuo en la fotografía, nos gusta vernos, como en el retrato profesional
o en la intimidad familiar. Desnudos en un negativo o bailarinas de ballet, otros juntando
el cuerpo y las manos. El hombre quiere explorar otros mundos e impresionar su
experiencia, así que encontramos fotografías de viajes que nos transportan a
otros ambientes y colores como un diario íntimo del recuerdo. Europa, África, Asia,
Japón, América, aparecen en el libro o
en la calle, donde el teatro se manifiesta al igual que en la Edad Media, fuera de los escenarios, como nació.
El bodegón también
está presente, en especial con las naturalezas que queremos atrapar y retener
en nuestro entorno, unos jugando con las luces y las sombras de suaves colores,
otros tiernos e íntimos en contraste con el cristal y las flores metálicas
y mínimas en la soledad del espacio. A
otros el bodegón les sirve de motivo para investigar en las nuevas tecnologías,
con bodegones que se acercan a lo surreal, donde las figuras icónicas se convierten
en utensilios de mesa y las letras se hacen
agua, o un doble autorretrato con perros. Los animales también son
protagonistas como libélulas, caracoles, monos, y la mitología donde la mujer
griega se une a sus dioses a través del mundo animal, creando seres como el Minotauro.
Este libro
encierra una diversidad fotográfica que demuestra que este medio de expresión está
vivo y creativo y que la nonagenaria Real Sociedad
Fotográfica de Zaragoza goza de buena salud.
Carlos Barboza
Vargas.
Socio de Honor
de la RSFZ
Ver enlaces
de la fundación de la RSFZ:



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