GOYA JUNTO A
HALS, REMBRANDT, VERMEER,….. EN EL RIJKSMUSEUM DE AMSTERDAM
En el año 2006 Teresa y yo visitamos la ciudad de Amsterdam con el fin de ver la gran exposición que se
celebraba para conmemorar los 400 años del nacimiento de Rembrandt. El Rijksmuseum
estaba cerrado por obras y solamente se encontraban habilitadas unas salas a la
derecha, donde se reunía la obra de Rembrandt y los pintores de su época, que
le acompañaban. Fue todo un acontecimiento y para nosotros poder disfrutar de
este gran siglo XVII de la pintura holandesa. En este año 2015 el Rijksmuseum funciona perfectamente
después de su apertura en el 2013, gracias a las remodelaciones que hicieron
los arquitectos españoles Antonio Ortiz y Antonio Cruz, que actuaron respetando
el edificio original del arquitecto holandés
Pierre Cuypers de 1885 que en su época, fue muy criticado. Cuando
ingresamos en ese espacio donde se recibe al visitante y se encuentran las taquillas y tiendas, aparece el patio
cubierto con unas estructuras de barras blancas que tamizan la luz y el sonido,
viéndose entre ellas el cielo; desconcierta en un principio, luego se asimila
el equilibrio de este nuevo espacio con el antiguo.
En la planta 0 se puede recorrer la evolución del arte en estas
tierras acompañado por artistas italianos con Fra Angélico, grabados,
esculturas, relieves, armas, cerámicas, y todo un conjunto de arte europeo
desde 1100 a 1600. A la derecha de estas
salas está el pabellón de Asia, donde nos recibe la diosa Shiva. Continúa la
galería con cerámica de Delft, joyería, porcelana, reliquias, armas y modelos
de barcos. En la planta 1, o planta
calle, empezamos a visitar la sala 1.13,
que denominan Goya, pero antes hay que atravesar la sala Waterloo y lo primero que se encuentra es un gran Napoleón, Emperador, de Francois Gerard,
y una pintura de grandes dimensiones “La batalla de Waterloo”, obra del pintor Jan
Willem Pieneman, de 1824, donde el Duque de
Wellington, a caballo, ocupa la parte central del cuadro, rodeado por sus
soldados. Muebles, lámparas y demás objetos de estilo Imperio, y rodeado de
estos, el Alcalde de Corte Don Ramón Satué,
pintado por Goya en 1823. Este solitario retrato de su amigo que se encuentra
en la sala, es suficiente para representar a la gran pintura española. Tiene una elegancia de alguien que fue
importante como Alcalde de Corte, y sobrino de Don José Duaso y Latre, el que
protegió a Goya durante la represión ejercida por Fernando VII. El modelo posa
relajado con las manos en los bolsillos del pantalón, dejando ver su chaleco
rojo. Es el último retrato que hace
Goya antes de exilarse en Francia. La siguiente sala esta dedicada al
Romanticismo, son los pintores que van cambiando la visión del arte que inicio
Goya, y termina dicha sala con una pintura de una joven en grises londinenses
de Whistler. El recorrido continúa con
lo que denominan Historicismos, luego
Grabados de época y finalmente la Escuela de La Haya y Van
Gogh, de la que ya hemos comentado en el blog anterior. Esta
planta abarca el periodo de arte entre
1800 a 1900.
Después de reponer fuerzas nos dirigimos a visitar la planta 2, donde se encuentran los
grandes pintores holandeses del siglo XVII, que habíamos visto nueve años
antes. Se accede a un gran hall, con ventanales cubiertos de vidrieras, con
efigies de artistas famosos. Luego, al centro se abre la Galería de Honor,
donde se encuentran las obras de Frans
Hals, Jan Vermeer, Steen, Jacobo Van Ruisdael, Maes, Bol, hasta llegar
a la gran tela donde transitan unos soldados que reflejan una luz del interior
hacia el espectador y que es una de las
obras maestras del arte universal La
Ronda de noche, de Rembrandt. Salimos, en el atardecer otoñal, del Museo, y
comenzamos a recorrer las calles junto a los canales de Amsterdam, con un dulce
pensamiento y tratando de asimilar todo lo que habíamos visto. Al día siguiente, temprano, estábamos en la sala
2 que abarca un período de medio siglo, de 1650 a 1700, y ahora, con calma para
analizar los pintores y su pintura. El primero en que nos detuvimos fue Franz
Hals (1580 ?- 1666). Nacido en Amberes, pero de padres originarios de
Haarlem, y cuando los españoles toman la ciudad en la Guerra de los ochenta
años, regresan a su ciudad y es allí en Haarlem, donde Hals desarrolla toda su actividad pictórica. Actualmente tiene
un Museo que lleva su nombre en dicha
ciudad. Es un pintor retratista por excelencia, pos sus pinceles pasa toda la
sociedad de Haarlem desde nobles, comerciantes, soldados, ancianos y
pícaros. Sus retratos se concentran en
la psicología y los atributos del
retratado, con una pincelada ágil y abocetada que hace que el protagonista de
la tela siga vibrando ante nuestros ojos. Se encuentra una pareja al aire libre
muy a la forma de componer de Rubens, llamada Retrato de boda, con un amplio paisaje de fondo muy poco
habitual en la pintura de Hals. Se creía
que era un retrato del pintor con su segunda mujer, pero hay discrepancias
sobre sus personajes, fue pintado en 1625. Hay dos retratos, uno de gran
ejecución y cromatismo, el de Nicolaes Hasselaer y su mujer Sara
de realización mas contenida. Pero la obra en que pinta tema y ejecución con
gran libertad y sentimiento es el cuadro del Alegre bebedor, firmado
con el monograma F.H. Pinta a este
personaje desinhibido, con su copa de cristal transparente, es un icono de la
alegría de vivir. Van Gogh era un admirador de Frans Hals, como le escribe a su
hermano Théo.
Jan Vermeer, nacido en Delf en 1632, desarrollo toda su actividad profesional
de pintor y comerciante en esta ciudad. Su padre, tejedor de Amberes, se traslada a
Amsterdam y luego a Delf donde regenta una fonda con su esposa Digna. Jan conoce desde niño el comercio y
las antigüedades ya que su padre era vendedor de las mismas, y el mas
tarde ejercerá esta profesión junto con
la pintura. Pintor de poca producción, solo produjo 33 ó 35 obras, y no de gran formato. Trató temas costumbristas y escenas urbanas. En
el Rijskmuseum se encuentran cuatro obras del pintor, La lechera, La
lección de música, El callejón de
Delft y La dama leyendo una carta. Vermeer es un pintor intimista, le gusta
detenerse en los objetos y estudiar la luz que generalmente penetra por las
ventanas, y ver cómo ésta va realizando las formas hasta llegar a dar esa
sensación del tiempo detenido, concentrado, pero que en cualquier momento sus
personajes comenzarán a moverse. La luz
viene de fuera y se trasmite a los ojos del
espectador, creando las formas, es de una gran belleza plástica y
espiritual. Sus ambientes dan la sensación
de que el pintor observa a través de una cámara oscura, lejos de los
protagonistas de sus obras.
Rembrandt es un capítulo aparte en este bello Museo, donde se encuentran
obras desde su juventud hasta la madurez. Goya, que tanto lo admiraba y lo
consideraba su maestro, esta junto a él en este espacio del arte.
Carlos Barboza Vargas
Miembro de ICOM.




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