martes, 2 de junio de 2015

GOYA, ZARAGOZA, ITALIA, ZARAGOZA. 1770-1772. “Corrado Jordán”


GOYA,  ZARAGOZA, ITALIA, ZARAGOZA.  1770-1772.   “Corrado  Jordán”

Después de trabajar en el taller de Luzán  y de intentar  ingresar en la Academia de San Fernando de Madrid, Goya se plantea  viajar a Italia, a sus expensas.  Su pintura no gusta a los académicos españoles. En 1770 -71 se encuentra  en Italia para tomar contacto con el arte de los maestros, y en un taccuino, o cuaderno de apuntes, va dibujando lo que va viendo y dibuja las ciudades que recorre en su periplo.  Seguramente se marcha por  mar, ya que la primera ciudad italiana que menciona es Génova,  donde vio pintura de Guido Reni, Rubens, Carlo Maratta y el Guercino.  Y después, de un puerto a otro, de Génova a Civitavecchia y de allí a Roma, donde se establece, y se declara pintor romano en la carta que envía a la Academia de Parma para que le acepten el cuadro de Aníbal que va a presentar para el Concurso que dicha Academia ha creado para jóvenes pintores. 

En Roma su cuaderno se llena de dibujos de lo que se encontraba por las calles, las portadas y puertas de las iglesias  decoradas con escenas bíblicas en bajorrelieve, o las esculturas en las partes altas como se encuentran en el Vaticano, ya que también escribe que vio muchos originales de Bernini.  Indiscutiblemente, admira al famoso pintor  Corrado Giaquinto, del que pudo   admirar su obra  La muerte de San Antonio Abad  que se encuentra en al iglesia de San Giovanni Calibita de Roma.  De este cuadro realiza dos versiones pequeñas, una de ellas se encuentra en Suiza y otra mejor, en el Museo de Bellas Artes de Zaragoza.  Le atrae el mundo clásico y diseña en su cuaderno el Torso de Belvedere, escultura admirada también por Miguel Angel y Auguste Rodin.   De su lápiz sanguina salen cabezas de diosas o el Hércules Farnesio, al que el dedica varios dibujos, visto desde todos los ángulos. Era un dibujo obligado en el estudio de la figura humana masculina e inspiración para los escultores de los siglos posteriores.  Es en Roma donde prepara el Aníbal vencedor que por primera vez ve Italia desde los Alpes.  En su cuaderno de apuntes hace bocetos sobre la disposición de los personajes, según la exigencia del tema propuesto en las bases.   Con sanguina traza los primeros rasgos o la idea general de lo que luego va a ser la pintura. Se encuentra otro dibujo de Aníbal bajo la cabeza de un rostro de un fauno que expulsa agua y saca la lengua. Estudia caballeros  y armaduras.   Corrado Giaquinto era un pintor famoso en Roma, había formado a pintores españoles como Antonio Gonzalez Velázquez , quien fue el primer muralista que pintó en la Basílica del Pilar, La Aparición de la Virgen del Pilar a Santiago, entre 1752 y 1754.  Una pintura muy influenciada por Giaquinto, en  especial  los bocetos, y esto fue lo primero que vio  Goya del pintor molfetés, a través del pintor español. En Roma, lo estudió en directo, copiando sus cuadros y aprendió su forma de utilizar el color y su composición.

Comienza a realizar bocetos al óleo, uno se encuentra en el Museo de Zaragoza. (Dicho boceto se presentó  por primera vez en la exposición de Goya en Venecia, en la que Teresa y yo colaboramos como asesores y restauradores).  En una tela de lino  de 88 x 132 cms. Goya con pintura al óleo comienza a trasladar las ideas de sus dibujos y bocetos,  y con una gama de azules contraponiendo tonos cálidos en la figura del rio Po y Aníbal, logra una atmosfera de la montaña alpina italiana, con una gran suavidad de color.  Anibale vincitore che rimira, la prima volta delle Alpi, l´ Italia.  Envía el cuadro  y el 27 de junio de 1771 se publica el fallo del Jurado que dice que otorga el premio, una moneda de oro de cinco onzas, a Paolo Borroni, de Voghera, con nueve votos.  A continuación hay un texto muy interesante:  El cuadro consignado con el verso de Virgilio, “Jan tándem  Italiae  fugientes prendimus oras”   ha obtenido seis votos.  Se ha observado con placer un manejo fácil del pincel, una cálida expresión en el rostro y un carácter grandioso en la actitud de Aníbal, y si se hubiese ajustado mas a la realidad de sus colores y a la composición del argumento, habría puesto en duda la palma dada al primero.  El autor es el Sig. Francisco Goya, Romano, y alumno del Sig. Francisco Vajeu, pintor de cámara de S.Y.M. Católica. Es la primera crítica favorable a la pintura del maestro aragonés.

Sigue recorriendo tierras italianas, rumbo a Venecia, pasa por la ciudad  de Loreto,  que dibuja,  donde se encuentra el Santuario de  Casa de la Virgen, que muestra un milagro similar al de la columna de la Virgen del Pilar en Zaragoza.   Allí admira una Madonna de Rafael.  Llega a Venecia y su cuaderno se llena de dibujos venecianos, en especial máscaras de carnaval o teatro y escribe que  ve un gran cuadro  de Paolo Veronese. Atraviesa varias ciudades del Véneto,  hasta llegar a Parma. Seguramente para recoger su cuadro y enviarlo a España.  Admira la pintura mural de Correggio.  En su viaje por Italia del norte describe las ciudades que mas le gustaron pero las mejores fueron,  Roma, Venecia, Bolonia, Genova,  Ancona, Civitavecchia, Parma, Plasencia, Módena,  y  Macheratta.  Regresa por mar y visita Toulon y Marsella, encontrándose en Zaragoza en el verano de 1771, con toda una nueva mirada después de haber visto a los maestros   y de haber aprendido la técnica al fresco en Italia. El 21 de octubre  ya se puede afrontar la decoración del Coreto,  la Junta determina que hará Goya los bocetos y si merece la aprobación de la Real Academia, se tratara de ajustes.   Comienza  a realizar el boceto de La Gloria, oleo sobre lienzo de unas medidas de 75 x 152 cms.  y en enero de 1772 siendo sometido a juicio de la Academia de Bellas Artes, es aprobado.  Goya para realizar esta pintura tenia in mente dos pintores, Corrado Giaquinto y Lucas Jordán, el primero, mas visible  en el cuadro de Aníbal, especialmente en la entonación,  y sin embargo, Lucas Jordán está presente en el boceto de La Gloria,  ya que recurre   a las gamas calientes que se distribuyen desde el triángulo divino a toda la superficie,  donde surgen ángeles  músicos  de las nubes que se van distribuyendo en distintos tamaños  para dar la sensación de movilidad y espacio.  La forma de realizar tanto el boceto como al pintura al fresco, se acerca mas a Lucas Jordán y a su fa presto,  lo que se nota especialmente en la superficie del fresco del Coreto.

Goya, para dejar constancia de la influencia de estos dos pintores y su agradecimiento a ellos,  escribió sobre el arco que sujeta la bóveda el nombre de ambos en la pared,  al lado de su pintura,   Corrado, Jordan.  Este es un dato inédito que publicamos en este blog. Ver foto 3.   

En el Museo Camón Aznar,  hoy,  Museo Goya, perteneciente a Ibercaja,  en al exposición actual, Goya, Zaragoza, 1746-1775,  sus raíces aragonesas,   se encuentran expuestas ambas pinturas, Aníbal y La Gloria, acompañadas  por veinte obras, entre dibujos, grabados, la fotografía del Relicario de Fuendetodos  y óleos coincidentes  con este lenguaje pictórico y otros que se encuentran en el cuaderno italiano.  Estas dos importantes pinturas de Aníbal y La Gloria  son los referentes  para catalogar la obra de Goya de este periodo entre Zaragoza e Italia.

Carlos Barboza Vargas.



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