miércoles, 24 de junio de 2015

GOYA, DE FUENDETODOS A ZARAGOZA, 1746-1769




GOYA, DE FUENDETODOS A ZARAGOZA,  1746-1769

Goya anciano en Burdeos, Francia, junto a su compañera e hija, Leocadia y Rosarito, escribe una breve biografía con destino al Catálogo el Museo Real, y dice:  
Nació en Fuendetodos,  Reino de Aragón, en 1746, fue nombrado Pintor de Cámara del Rey en 1780 y después Primero de los mismos;  ahora, jubilado por su avanzada edad. Fue discípulo de don José Luzán en Zaragoza, con quien aprendió los principios del dibujo haciéndole copiar las estampas mejores que tenía;  estuvo con el cuatro años y empezó a pintar de su invención hasta que fue a Roma; no habiendo tenido mas maestro que sus observaciones en las cosas de los pintores  y cuadros celebres de Roma y de España que es de donde ha sacado mas provecho.
En otra biografía escrita por Javier, su hijo, añade:  Estudió el dibujo desde los trece años en la Academia de Zaragoza bajo la direccion de José Luzán, (1759-1763). 
Y por el acta o expediente matrimonial en declaración jurada, el 28 de junio de 1773, dice:  Que nació en Fuendetodos y que al mes fue traído por sus padres a la ciudad de Zaragoza, donde eran vecinos y parroquianos.

Así es que  tenemos a Goya niño viviendo en su casa familiar de la Morería cerrada,  perteneciente a la parroquia de San Gil, donde vivió hasta los once años. Esta casa la tenía hipotecada su padre José, tras llevar a cabo costosas reformas  y,  al no poder pagarla,  fue embargada en 1761.   Durante este período de tiempo, Zaragoza se estaba modernizando. La Iglesia del Pilar era una muestra de ello, y en 1752 llega Antonio González Velázquez, desde Roma, para pintar el primer mural de la Iglesia.  El niño Francisco  se estaba formando como artesano en el taller de su padre dorador, y estudia en las Escuelas Pías con el Padre Joaquín, y es allí donde traba su amistad con Martín Zapater.  En 1759 entra en el taller de Luzán donde aprende el oficio de pintor y dibujante, copia estampas, como lo confirma mas tarde.  Ese mismo año regresa Francisco Bayeu y sus hermanos de Madrid, viene de la Corte con una nueva visión pictórica, convirtiéndose en el pintor más importante de la ciudad.  Goya, Ramón, y Manuel entablan amistad, seguramente deambulan por el taller del hermano mayor, futuro cuñado, ya que  se casa años mas tarde, en 1773, con Josefa.  Cuando termina de formarse con Luzán, los Bayeu regresan a Madrid en 1763.   Goya también quiere probar suerte en la Corte  y solicita una Ayuda de la Academia de San Fernando para los jóvenes pobres,  naturales de estos Reynos, y se registra como:  “Francisco Goya, 17 años, de Zaragoza, tiene padre dorador. Está  desamparado en esta Corte”. Se les obliga a dibujar la estatua de Sileno,  no obtiene ningún voto.  Tampoco existe el dibujo. Permanece algún tiempo seguramente con la familia Bayeu, donde recibe clases de Francisco, así lo hace constar en Italia, al presentarse al Concurso de Parma. Y regresa a Zaragoza  a finales de año.

Antes de ir a Madrid, el 7 de noviembre de 1763, su hermano mayor, Tomás Goya, contrajo matrimonio con Polonia Elizondo, sobrina del Vicario de los Condes de Sobradiel, el presbítero Lorenzo Elizondo Aznar. En diciembre de 1764,  Goya está en Zaragoza, para asistir al bautizo de su sobrino Manuel. En 1765, Tomas y Polonia no aparecen empadronados en Zaragoza, ya que viven en el pueblo de Sobradiel,    hasta el año 1787 en que Goya los llama a Madrid, para que lo acompañen, y de paso le lleven las famosas mulas aragonesas que le pide a Zapater.   Seguramente esta relación familiar con los Condes de Sobradiel es lo que hace que Goya empiece a trabajar pictóricamente  en Zaragoza, Sobradiel y Esquedas, Huesca. Toda esta pintura hay que catalogarla a su vuelta de Madrid, entre 1764 y 1766.   Su padre ya no tiene casa propia, van de un sitio a otro de la ciudad,  así es que Goya tiene que buscarse la vida con los pinceles y muy posiblemente junto a su maestro,  y comienza a ayudarle en la preparación de sus obras,  y también a producir sus primeros murales, como el Relicario de Fuendetodos y las pechinas de Luesma, Calatayud,  Muel y Remolinos, donde el joven pintor se siente a gusto con el muro, lo que le llevará a ser uno de los grandes muralistas de la historia del arte.  A la vez Luzán pinta óleos para estas Iglesias.  Los cuadros devocionales eran  normales en el  comercio de la época y Goya  los pinta para vender, como son Santa Pantaria, San Blas, Santo Domingo, la Virgen del Pilar, la Virgen del Tremedal, o la Triple Generación,  que por la forma en que están tratadas las figuras,  se acerca mucho al estilo de su maestro Luzan, el único que reconoce en su vejez.

En el año 1766   se convoca el Concurso de pintura de primera clase en la Academia de San Fernando de Madrid, con  el tema de Marta, Emperatriz de Constantinopla,…..se disponía de un plazo de siete meses, del 5 de enero a julio de 1766.  El primer premio fue para Ramón Bayeu. Lienzo expuesto en Zaragoza, en la exposición de Goya joven. No existe la pintura de Goya, porque no se presentó, por motivos económicos o de trabajo. En ese momento se encuentra en Calatayud   pintando en San Juan el Real  las pechinas junto a su maestro Luzán, quien en el crucero pinta dos cuadros. El joven pinta en las alturas. También se había producido el “Motín de Esquilache”, una revuelta en Madrid  en marzo de 1766 siendo Rey Carlos III.   España estaba en crisis, especialmente se reclamaba por la carestía del pan, y en 1767  se produce en Zaragoza el “ Motín del pan”. A continuación  le echan la culpa de la situación a los Jesuitas, que son expulsados  en 1767 por ser considerados los instigadores de motines populares.   Así es que  Goya no se movió de Zaragoza, como él mismo  nos cuenta: Hasta el año 1769 que pasó a la Corte de Roma a estudiar en la Academia de Diseño para adelantamientos de la pintura donde se mantuvo dos años.

El 21 de noviembre de 1986 en el Museo Instituto Camón Aznar de Zaragoza se realizó una gran exposición que se denominó  Goya Joven.   El impulsor y comisario fue el profesor y catedrático  José Rogelio Buendía,   y  la coordinación estuvo a cargo de Pilar  Camón Alvarez.  Escribieron textos para  el catálogo Federico Torralba,  Arturo Ansón, Jose Manuel Arnáiz,  José Milicua, José Luis Morales y nosotros  presentamos un texto titulado  Acerca de las técnicas pictóricas de Francisco de Goya,  los Bayeu y José Luzán.  En la muestra se ofrecieron  propuestas interesantes y fue el detonante para estudiar al Goya joven en Zaragoza. Una de  las novedades que se presentaron fue el cuadro de San Luis Gonzaga, patrono de la juventud, procedente de la Ermita de Jaraba, hoy en la sala Goya del Museo de Zaragoza.  Un  retrato de Anciano, de Cabañas de Ebro, que está depositado en el Palacio Arzobispal. Se expusieron por primera vez los cuadros de La Triple Generación, San Antonio Abad,  Descendimiento de Cristo,   Sacrificio a Pan, Sacrificio a Vesta, San Cayetano y San Vicente Ferrer de los Condes de  Sobradiel,  la Virgen del Pilar, Muerte de San Francisco Javier, el Bautismo de Cristo, Esopo,  Menipo, y finalmente dos cartones para los tapices de Goya, La caza de la codorniz y Perros en trailla, y como gran novedad,  se exhibió el boceto de Aníbal vencedor cruzando los Alpes,  el cual dio pie para localizar el cuadro grande original  de la colección Selgas Fajalde  de Cudillero.   Goya   joven estuvo arropado  por artistas de su tiempo, como maestros y compañeros, entre ellos,  José Luzán, los Bayeu, Antonio González Velázquez, Conrado Giaquinto,  Salvador Maella y José del Castillo.

Actualmente en el mismo espacio expositivo, hoy  Museo Goya-Ibercaja,  se encuentra una exposición titulada  Goya Zaragoza, 1746-1775,   donde se encuentran  las mismas obras de Goya y seis cuadros de nueva atribución, cuatro de ellos pertenecientes a colecciones particulares. En la anterior muestra  de 1986  se expusieron obras como de Goya, cuya atribución  no ha resistido el paso del tiempo. Cuando Goya fue a Roma comenzó a pintar de su invención,  como lo demuestra el Aníbal vencedor y La Gloria.   Hay en este nuevo espacio cuatro cuadros de una iconografía del siglo XVII,  y en el tiempo que  están datados Goya ya pinta de su invención, no copia estampas, que por su forma pictórica, su colorido, su composición académica, son de un taller madrileño cercano al de González Velázquez  e hijos.  Se titulan Virgen con San Joaquín y Santa Ana y La Piedad. Se presentan otras dos pinturas definidas como “delicadas y sentimentales”, amparadas  por el Museo del Prado,  parecen de similar  taller. Son Virgen con niño y Sagrada Familia. Están datadas en 1772-1773.  Leemos en el catálogo la siguiente frase: ….para atribuirle obras tardías, como las del Palacio de Sobradiel,  que llegaron sin documentación alguna al catálogo de Goya…..,  estas obras tienen la misma característica, también son obras de taller  con iconografía del siglo XVII  florentino, mas bien de los alumnos y seguidores de Carlo Dolci (Florencia, 1616-1686), o de Agnese, su hija.   Goya no estuvo en Florencia, ni nombra a este pintor que ha sido copiado e imitado hasta el siglo XIX, por su dulzona  interpretación iconográfica de la Virgen. El primero es de aceptable mano; la segunda obra, presentada a destiempo en la exposición, la Sagrada Familia,  tiene fallos pictóricos lamentables, como es el paño que cubre al niño y la desproporcionada cabeza de San José,  que Goya nunca aceptaría en su obra y menos en los años 1774-75. Compárese  con el maravilloso  Autorretrato de recién casado con el que  culmina la exposición, ese Goya que nos mira desde el infinito y nos transporta a la belleza del verdadero arte.

Carlos Barboza Vargas  y Teresa Grasa Jordán
Restauradores, Facultad de Bellas Artes de San Fernando.  UNESCO, Roma.
Miembros de ICOM.



No hay comentarios:

Publicar un comentario