EL QUIJOTE DE MIGUEL DE CERVANTES, EN ZARAGOZA, SEGUNDA PARTE, 1615
En el año 2005, con motivo de los
cuatrocientos años de la publicación de El Quijote, primera parte, inicie una serie
de dibujos ilustrando el paso de Don Quijote y Sancho Panza por el Reino de Aragón, en especial,
por la provincia de Zaragoza. Después de
múltiples dibujos escogí capítulos del
libro que podían representar este acontecimiento en tierras aragonesas, y
son los siguientes:
Capítulo XXVI
Donde prosigue la graciosa aventura del
titiritero con otras cosas en verdad harto buenas.
“Callaron todos, tirios y troyanos”, quiero decir, pendientes estaban todos los que el retablo
miraban de la boca del declarador de sus maravillas, cuando se oyeron sonar cantidad de atabales y
trompetas y dispararse mucha artillería, cuyo rumor paso en tiempo breve, y
luego alzó la voz el muchacho y dijo…….…. Vuelvan vuestras mercedes los ojos a aquella
torre que allí parece, que se presupone que es una de las torres del alcázar de
Zaragoza, que ahora llaman la Aljafería, y aquella dama en aquel balcón
parece vestida a lo moro es la sin par Melisendra, que desde allí muchas veces
se ponía a mirar el camino de Francia, y, puesta la imaginación en París y en
su esposo, se consolaba en su cautiverio.
El siguiente Capítulo XXVII nos dice:
Donde se da cuenta de quienes eran maese Pedro y su mono, con el mal
suceso que Don Quijote tuvo en la aventura
del rebuzno, que no acabó como él quisiera y como tenía pensado …..
Este Ginés, pues, temeroso de
no ser hallado de la justicia, que lo buscaba para castigarle de sus infinitas
bellaquerías y delitos, que fueron tantos y tales que el mismo compuso un gran
volumen contándolos, determinó pasarse al Reino de Aragón y cubrirse el ojo izquierdo acomodándose al
oficio de titiritero…..
……Y volviendo don Quijote de la
Mancha, digo que después de haber salido de la venta determinó de ver primero
las riberas del río Ebro y todos aquellos contornos, antes de entrar en la
ciudad de Zaragoza, pues le daba tiempo para todo el mucho que le faltaba desde
allí a las justas. Con esta intención siguió su camino por el cual anduvo
dos día sin acontecerle cosa digna de ponerse en escritura, hasta que el
tercero, al subir a una loma, oyó un gran rumor de tambores de trompetas y
arcabuces…
Mas adelante, en el Capítulo XIX
De la famosa aventura del barco encantado.
Por sus pasos contados y por contar, dos días después que
salieron de la alameda llegaron don Quijote y Sancho al rio Ebro, y al verle
fue de gran gusto a don Quijote, porque contempló y miró en el la amenidad de
sus riberas, la claridad de sus aguas, el sosiego de su curso y la abundancia
de sus líquidos cristales, cuya alegre vista renovó en su memoria mil amorosos
pensamientos…..
Mas tarde El Quijote y Sancho
se encuentran con la Duquesa que lo lleva
a residir a su Palacio, donde le suceden
múltiples aventuras especialmente amorosas y surrealistas, provocadas
por los Duques, (posiblemente los de
Villahermosa, ubicados en Pedrola, cerca del
río Ebro). Y la mayor aventura fue la del caballo de
madera, Clavileño, en la cual
nuestros personajes viajan por el aire y Sancho comienza a contar las historias
al estilo de su amo.
En el Capítulo XLI no la narra Cervantes de la siguiente forma:
De la venida de Clavileño, con
el fin de esta dilatada aventura.
Llegó
en esto la noche y con ella el punto
determinado en que el famoso caballo Clavileño viniese, cuya tardanza fatigaba
ya a Don Quijote pareciéndole que pues
Malambruno se detenía en enviarle, o el no era caballero para quien estaba guardada aquella aventura o que
Malambruno no osaba venir con él a singular batalla. …..
……Y así era ello, que unos grandes fuelles estaban haciendo aire; también trazada estaba la tal aventura que el
Duque y la Duquesa y su mayordomo, que
no falto requisito que la dejase de hacer perfecta. Sintiéndose pues, soplar
Don Quijote, dijo: - Sin duda
alguna, Sancho, que ya debemos de llegar
a la segunda región del aire donde se engendra el granizo y las
nieves; los truenos, los relámpagos, y
los rayos que se engendran en la tercera región; y así es que de esta manera vamos subiendo, presto daremos en la región del fuego, y no sé yo, cómo templar esta clavija para que no subamos donde nos abracemos……
……Todas
estas pláticas de los dos valientes oían
el duque y la duquesa y los del jardín , de que recibían
extraordinario contento; y queriendo
dar remate a la estraña y bien fabricada aventura, por la cola de Clavileño le pegaron fuego con
unas estopas y a punto
por estar el caballo lleno de cohetes tronadores, voló por los aires con extraño ruido y dio
con Don Quijote y con Sancho panza en el
suelo, medio chamuscados…….
Después de esta aventura de Clavileño,
Sancho Panza reclama el gobierno de su Ínsula, (Alcalá de Ebro, llamada por Cervantes Ínsula
Barataria) . El Quijote le da consejos de lo que debe ser un buen gobernador y
en el Capítulo XLVII lo encontramos instalado y gobernando.
Donde se prosigue como se portaba
Sancho Panza en su gobierno
Cuenta
la historia que desde el Juzgado llevaron a Sancho Panza a un suntuoso
palacio, a donde en una gran sala estaba
puesta una real y limpísima mesa; y asi
como Sancho entró en la sala sonaron
chirimías y salieron cuatro
pajes a darle aguamanos, que Sancho
recibió con mucha gravedad. Cesó la música,
sentándose Sancho a la cabecera
de la mesa, porque no había mas que
aquel asiento, y no otro servicio en
toda ella,…………levantaron una riquísima y
blanca toalla con que estaban cubiertas
las frutas y mucha diversidad de platos de diversos manjares,…..
Después de estas aventuras en Zaragoza y disgustado por la publicación
de El Quijote apócrifo de Avellaneda que se lo enseñan en una venta cerca de
Zaragoza, decide no ir a las Justas de
esta ciudad y escoge ir a las de
Barcelona, es decir, todo este rico despliegue
de aventuras y situaciones sucedieron en el Reino de Aragón, siendo publicado en 1615 hace cuatrocientos años. Lean El Quijote,
alma de España, y disfruten con las
aventuras de este caballero que vivió loco y murió cuerdo.
Carlos Barboza Vargas



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