Con el título
de “Picasso, arte y arena” se expone en el Palacio de Sástago de la Diputación de Zaragoza, su obra gráfica relacionada con el mundo taurino. Es toda una lección de técnicas
gráficas en las cuales el grabador,
Picasso, derrocha todo su conocimiento técnico tomando como tema al toro y su entorno. Podemos encontrar estampas al
buril, al aguafuerte, aguatintas al azúcar, punta secas, litografías sobre piedra,
zincografías,- litografías sobre plancha de zinc-, dibujos sobre papel transformer
trasladados a la piedra o al zinc.
El interés
de su padre el pintor José Ruiz era que su hijo Pablo siguiese la carrera de Profesor de Pintura
como él, y para que asegurase su futuro lo envía a Madrid, ingresando en la Real Academia de San Fernando
en el año 1897, donde daban clases sus
amigos el malagueño José Moreno
Carbonero y Antonio Muñoz Degrain. Pero la intención del joven Pablo Ruiz no era la misma que la de su padre y comenzó a recorrer Madrid con sus
cuadernillos o libretas y pequeñas tablillas y telas donde dibujaba y pintaba
todo lo que veía. Se hace copista del Museo
del Prado descubriendo a Velázquez y a
El Greco, como él mismo cuenta y lo demuestra en sus obras y dibujos. Al igual le apasiona Tiziano, Teniers, Rubens, Van
Dyck, sin faltar Goya. En aquellos tiempos la Escuela de Bellas Artes, -donde también se
cursaba Grabado Calcográfico,- y la Real
Calcografía Nacional, se encontraban en el mismo edificio y es muy posible que el joven Picasso se
acercara a ella a estudiar la gráfica
que se encuentra depositada allí, en especial
toda la obra gráfica de Goya, y comienza a copiar en dibujo Los
Caprichos y Tauromaquia y un retrato de Joseph Delgado alias Illo, que fue el primer torero que escribió
un tratado sobre La Tauromaquia y curiosamente
años mas tarde ilustra esta obra que se
encuetar expuesta en el Palacio de Sástago. Según los
biógrafos, Picasso comienza a grabar en
París junto a Richard Canals, y el célebre grabado El Picador zurdo es de 1899. Aquí hay un espacio de tiempo de dos años en el que habría de profundizar más en la formación
gráfica de este genio.
Los toros
siempre aparecen y desaparecen de la larga obra
picassiana, pero en esta exposición de Zaragoza nos
encontramos, según fecha de realización,
dos aguafuertes sobre cobre que sirvieron para ilustrar el libro de Balzac editado por Ambroise
Vollard en 1931. En uno, un toro y un
caballo a línea que se juntan en un rincón
de la plaza en soledad y en el otro,
tiene una serie de figuras desnudas que comenzó a rayar para darles volumen,
pero lo dejó, una cabeza de toro y caballos forman parte del conjunto.
Picasso al
igual que Goya utiliza la litografía,- invento de Aloys Senefelder en 1796,- y Goya la lleva al máximo dominio técnico y conceptual
especialmente en sus Toros de Burdeos.
El artista malagueño conoce seguramente estas cuatro obras maestras y en esta serie del toro expuesta
las trata como Goya. Dibujando
sobre la piedra, usando la aguada, luego oscurece el cuerpo del animal para
sacar luces con el rascador y la plumilla para
que el volumen se refuerce. El
rascador hace que el toro sea estudiado en muy diversas formas, cubica el
volumen, empequeñece la cabeza, el cuerpo se vuelve más grácil, y va
desapareciendo, hasta quedar en una idea de toro. Sintetiza el poderoso animal
como lo hacían lo primitivos pobladores de las cuevas. Esta forma icónica y totémica
de tratar al animal se asemeja mucho a los
Toros de Guisando, conjunto escultórico del siglo II antes de
Cristo, que se encuentran en la provincia de Ávila y que están realizados en
granito.


La otra gran
serie expuesta es La Tauromaquia o el
arte de torear, escrita por José Delgado, Pepe Illo, editada en Cádiz en
1796. Picasso la hace para la Editorial Gustavo Gili de Barcelona en
1959, con veintiséis aguatintas al azúcar. La forma de trabajar esta técnica al azúcar, es una derivación del
aguatinta y se ejecuta de la siguiente
forma: La tinta china para dibujar se mezcla
con azúcar y con un pincel, como si fuera
una aguada, se dibuja sobre la plancha de cobre o zinc. Luego se deja secar y se
aplica a toda la plancha un barniz de
colofonia. Se introduce la plancha en el agua y la tinta china con azúcar se
disuelve dejando el espacio libre donde
se ha dibujado. Se espolvorea una fina resina de colofonia que con calor se
adhiere a la plancha y ésta se introduce
en un baño de acido nítrico dando distintas
degradaciones según el tiempo empleado, que
luego en la estampación nos dan la sensación de espacio y forma. En esta técnica
Picasso es un maestro insuperable. Como
buen conocedor de la Fiesta Nacional española esta serie reproduce todo el arte
del toreo actual, pero siempre queda el recuerdo
de Goya en algunas planchas, como: Salto
con garrocha, Echan perros al toro, Citando al toro a banderillas sentado en una silla, La estocada y Suerte
llamada Don Tancredo.
La exposición
en el Palacio de Sástago de la Diputación de Zaragoza, consta de otras obras
gráficas como linograbados a color, dos cabezas a buril, siete cerámicas de
temas taurinos y una serie de fotos de Gyenes donde demuestra la pasión de Picasso por la Fiesta de los Toros en Francia. Muchas de estas obras pertenecen a una colección
privada y a la Fundacion Picasso Museo Casa Natal Ayuntamiento de Málaga.
Carlos
Barboza Vargas.


No hay comentarios:
Publicar un comentario