Yo nací en la parte alta de la pulpería
La Última de mi tío Victorino en
Barrio Luján de San José de Costa Rica, el 15 de mayo de 1943. Los mas lejanos
recuerdos de mi infancia, teniendo un año y tres meses, son los del Hospital San Juan de Dios donde
me trasladaron con grandes calenturas por una enfermedad aún desconocida, la
poliomielitis, cuyo tratamiento para combatirla no existía, fue una plaga
producida por la segunda guerra mundial. Así
es que después de resistirla me quedo una secuela en el brazo derecho, lo
que me obligó a utilizar la mano izquierda para todo desde entonces soy zurdo,
como Leonardo da Vinci.
Barrio Luján era el último barrio de
San José al cual lo atravesaba el rio Ocloro y los primeros doce años de mi
vida transcurrieron allí, junto a la casa de mis abuelos, Santiago Vargas y Julia
Murillo; esta casa se distanciaba muy poco
de la Mueblería Barboza de mi abuelo Carlos y mi abuela Amelia Castro.
Crecí rodeado de los familiares Barboza
y Vargas que constituían un gran conjunto de primos y primas que, junto con los
vecinos, no dejábamos de disfrutar de ese contacto con la Naturaleza que nos
ofrecían estos descampados al final de una ciudad. Todos estudiábamos en la Escuela de Chile,
que era la que correspondía al Distrito Central de San José. En esta Escuela
aprendí las primeras letras y siempre recuerdo a la maestra que nos enseñaba
dibujo y que copiábamos en el Cuaderno de
Vida, después de que ella con tizas de colores pintara paisajes sobre fondo
negro. Al final de los años escolares mi tío Lalo era propietario de un
comercio llamado La Lujaneña, que
quedaba muy cerca de la Escuela y cuando tenía ratos libres y no jugaba al
futbol, iba a ayudarle a marcar mercadería, con lo que me daba alguna propina y
también premiaba mis notas de 10 lo que me permitía comprar tebeos y comics, de
los cuales copiaba los personajes principales. Algunas veces compraba también
libros baratos que me gustaba leer, como Salgari y Julio Verne, de la colección La Pulga, Ediciones SP. publicadas en España.
Mis padres Hércules y Elia, vendieron
la casa de Barrio Luján y nos trasladamos con mis hermanas Elia y Amelia, a
Zapote que era otro distrito de San José, residiendo en el barrio Moreno Cañas,
desde donde me trasladaba en bicicleta para estudiar el bachillerato en el
Liceo Costa Rica. Mi tío Manuel Araya
tenía un cine y le ayudaba a hacer los carteles y allí pude ver todas
las películas que hoy son míticas.
También comenzó mi interés por el Arte, la Literatura y la Política,
junto con mis amigos escritores Fabián Dobles y Fernando Cabezas y el pintor
español Manuel Robles con el que practicaba la pintura. Esta faceta la explica el historiador Rafael
Ordóñez en el catálogo Barboza sobre
metal, 30 años de grabado, 1968-1998, realizada en el Palacio de Montemuzo
de Zaragoza, y dice lo siguiente:
Como nada de cuanto pueda ser humano le será nunca ajeno,
desde los primeros balbuceos juveniles de su vocación artística cuando ya se
ganaba con modestos trabajos el coste de los materiales y utensilios escolares,
Carlos ha demostrado siempre una irrefrenable inclinación por la figura humana,
es decir, por cuanto de admirable, doliente, misterioso, mezquino, sorprendente
y hermoso tiene la Humanidad. En su
primera exposición colectiva, (celebrada en el Liceo Rodrigo Facio en 1964), no
sólo presentaba un autorretrato, un desnudo y otras figuras, de niños e
indígenas del país, (temas que serán permanentes a lo largo de su trayectoria),
sino que mostraba pinturas, dibujos, y grabados, las tres grandes disciplinas a
que consagraría su vida y su actividad artística, si bien será en la última
donde alcanzará cotas de alta especialización e indiscutible maestría…….
Teresa Grasa también analiza mi
inclinación por la obra grafica en el mismo catálogo y dice: El
sueño de las técnicas del grabado calcográfico, grabado sobre metal, le
perseguía desde la contemplación de los grabados de Rembrandt y de Goya, o de
las litografías de Honoré Daumier en los
libros traídos por Lola Fernández, profesora de la facultad de bellas Artes de
la Universidad de Costa Rica y a través de las clases de Historia del Arte que
impartía Francisco Amighetti, esplendido xilógrafo, quien hablaba del
Renacimiento, del barroco, de la explosión de Francisco de Goya, del
Impresionismo, y del dominio del color y de la forma, desde su visión de artista
profesor. Aquellas clases de Arte marcaron el futuro de Carlos, quien cambió
las reglas de la técnica por los
pinceles, las gubias y las puntas aceradas. La obra del mexicano Jose Luis
Cuevas y las conferencias impartidas por
José Gómez Sicre sobre Arte
Latinoamericano, fueron decisivas para trasladarse a Europa, con una Beca
otorgada por la Direccion general de Artes y letras, hoy Ministerio de Cultura,
Juventud y Deportes, para estudiar Grabado Calcográfico en España………
Este año en que cumplo setenta años de
existencia y cincuenta años en que decidí dedicarme a la Pintura como
profesión, quiero divulgar mi pasión pictórica que nació junto con el dibujo y
la gráfica en Costa Rica. Por lo tanto, mi hijo Francisco, Ingeniero Industrial
y Diseñador, http://www.franciscobarboza.com/ (finalista en el Concurso de Diseño de Electrolux 2013, http://electroluxdesignlab.com/en/design-blog/ ha realizado un video de mi obra pictórica Barboza pintando en Costa Rica, 1963-1968, donde muestra parte de mi obra pictórica tropical. Mi hijo
Carlos, también Ingeniero Industrial y experto en Energías Renovables, http://www.bsasesoresenergeticos.es/ ha digitalizado las fotografías de
las obras. Quiero dar las gracias a los
que me han acompañado en esta larga trayectoria, mis padres y mis hermanas,
familiares, amigos, pintores, poetas, escritores, críticos, periodistas,
marchantes, medios de comunicacion y periódicos que se han interesado por este
mi oficio de pintor.
Carlos Barboza Vargas
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