En estos últimos meses en
Zaragoza se ha realizado un acontecimiento único de ver, ya que se han juntado tres grandes genios del
pensamiento universal, Durero, Rembrandt y Goya, que han expuesto sus ideas sobre una plancha de madera, metal
o piedra, y estampadas sobre papel, en dos grandes Exposiciones de mas de cuatrocientas obras. Es
muy difícil reunir juntos tantos grabados y
los medios de comunicación apenas han reseñado el acontecimiento.
Curiosamente un hecho sin
la importancia de éste, ha levantado un despliegue informativo de preocupar,
aunque a nivel de conservación de los Bienes Culturales es preocupante. Me estoy refiriendo al desafortunado
incidente de una anciana pintando sobre
una copia de una estampa, cuyo origen iconográfico hay que buscarlo en la
Venecia de Ticiano, luego en el pintor boloñés Guido Reni con sus dibujos y
pinturas sobre el Ecce Homo de 1639, que luego se ha convertido en postales
para los católicos y que el pintor García, padre de Julio y Honorio García
Condoy, este último famoso escultor, copió a principios del siglo XX.
El hecho de repintar los
santos de los pueblos es muy común, ya
que los feligreses quieren ver a sus patronos “más bonitos que un San
Luis”. También se ha incrementado este
peligro por los cursillos que algunas Administraciones amparan, para que los
osados, sin estudios artísticos, se
lancen con un algodón y disolventes sobre el Patrimonio, causando verdaderos
desastres, ya que una obra en la que haya desaparecido la pintura de su soporte es irrecuperable. Luego,
repintan lo perdido, como la señora del Santuario de la Misericordia de Borja
en Zaragoza. También, la
esperpéntica descatalogación, como la de
El
Coloso de Goya en el Museo del Prado, es un atentado similar al sufrido por este Ecce Homo.
Pero hablemos en
positivo, y volviendo a los tres genios de la gráfica, tenemos que trasladarnos
a otro pueblo, Fuendetodos, donde sus gentes y Alcalde, Joaquín Gimeno, se han
preocupado por cuidar y aumentar su patrimonio goyesco que heredaron,
extendiéndolo al Grabado contemporáneo, del cual construye un Museo, del
que Teresa Grasa y yo formamos parte de
su Colección.
La historia empieza antes
de la fundación del Museo del Grabado en 1989, con una Subasta organizada en 1981 por
el desaparecido profesor José Luis Morales y Marín, con obra de artistas
aragoneses y españoles, como Zuloaga, que cedieron sus obras. Así se pudieron
comprar las primeras dos colecciones de los 80
Caprichos de primera edición, y Los
Desastres de la Guerra de la cuarta edición, participando en su compra
Enrique Gastón. Este dinero era para arreglar la casa natal de Goya que estaba
en ruinas. Inmediatamente de fundado el
Museo, Televisión Española en Aragón hizo en 1990, un reportaje sobre la obra
de Goya, en el que se analiza con imágenes y voz de forma inédita la obra grabada de Goya en
sus aguafuertes y aguatintas, poniendo al pintor, primero como un buceador de
sueños inventor del esperpento y
crítico, y luego como cronista con las imágenes que seguimos viendo en las
actuales guerras. El hombre no para de matarse a sí mismo. Dicho reportaje fue realizado por Luis Esteban
Municio, con guión de Antonio Barceló y Carlos Barboza, el montaje de Alfredo
Herrero, el reportero gráfico es Rafael
Cortinas y la iluminación de Avelino Calavia.
Mientras escribo este
blog, he leído hoy en el Heraldo de
Aragón que el Museo del Dibujo de Larrés, fundado por Julio Gavín, corre
peligro de cierre por dificultades económicas. Con unos fondos de 4.362 dibujos
es un Museo único en España y en el Mundo, y el Estado tiene la obligación de
hacerse cargo de él, y mas la Diputación General de Aragón. Perder este patrimonio es peor que las pinceladas, fáciles de quitar,
dadas por la anciana al Ecce Homo. El esperpento goyesco sigue actual.
Ver el video de TVEA de
Museo de Goya en Fuendetodos en vimeo.
Carlos Barboza Vargas.
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