LOLA FERNÁNDEZ, LO ABSTRACTO Y LO FIGURATIVO EN LA PINTURA DE COSTA RICA.
Hace unos días el
historiador y crítico de arte Juan Carlos Flores Zúñiga, Presidente de AICA
Costa Rica, visitaba a la pintora y profesora Lola Fernández en su
estudio y aprovechando ese momento, me hicieron una video llamada. Me produjo
una gran emoción el volver a ver a la artista, todo un referente en el arte del
país y oír su voz, ya que fué profesora mía de pintura en la Universidad.
Mis recuerdos de mis años
de formación con esta artista comenzaron a emerger. Corrían los años 1964-1965
en San José y era la época en que había decidido dedicarme profesionalmente al
arte pictórico. Por motivos económicos entré a trabajar en Bakit
Publicidad. Por las noches la pintora Lola Fernández daba clases
de pintura en la antigua sede de la Escuela de Bellas Artes de la
Universidad, junto con las clases de Dibujo Arquitectónico que impartía el
Arquitecto Felo García, los dos pioneros del arte abstracto en el país;
en ambos cursos me matriculé.
En ese momento cultural,
el arte costarricense estaba sufriendo una transformación de la pintura
regionalista hacia una pintura más vanguardista, a nivel americano y la artista
Lola Fernández y su quehacer plástico estaba en la punta de lanza de estos
movimientos internacionales. Lolita nació en Cartagena, Colombia, el 15 de
noviembre de 1926. Cuando contaba con cuatro años su familia se trasladó a
Costa Rica. Estudió en el Colegio de Sión y en el Colegio Superior de Señoritas
el bachiller. En 1941 ingresa en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad.
Luego viaja a Bogotá, Colombia, a su escuela de Bellas Artes para ampliar
conocimientos pictóricos. Entre 1954 y 1958 hace un posgrado en la Academia de
Bellas Artes de Florencia, Italia. El estar cerca de los grandes maestros del
Renacimiento le abre un mundo nuevo y a la vez contemporáneo.
Vuelve a Costa Rica con
sus ojos llenos de imágenes nuevas y en 1958 expone sus primeros cuadros de
arte abstracto en el país. En el año 1959 entra como profesora en la Escuela de
Bellas Artes de la Universidad. Sus inquietudes plásticas le llevan a formar
parte del Grupo 8, que se funda en 1961 con el fin de dar a
conocer, junto a otros artistas, la pintura abstracta internacional, causando
un gran impacto en San José. Fué en esa época de los años 60 que empecé a
interesarme por la pintura como profesión y esta decisión la tomé cuando tuve
contacto en la Universidad en las clases de Historia del Arte que impartía el
profesor Francisco Amighetti, pintor y xilógrafo y luego en las clases
nocturnas de pintura en la misma Universidad que impartía Lola Fernández.
El tener contacto directo
con el mundo creativo y sus técnicas pictóricas en las clases de Bellas Artes,
me ayudaron a avanzar en el descubrimiento de la imagen artística. En las
clases de Lolita, como la denominábamos cariñosamente, pude trabajar con
pintura al óleo y pinceles Grumbacher de la mejor calidad, acuarelas y pinceles
Winsor & Newton, papeles Fabriano......que vendían en el economato de la escuela.
La profesora era abierta y dejaba hacer y tenía el don de la conversación.
Corregía y explicaba sus conocimientos de una forma fluida, no sólo técnicos,
si no también históricos. En esa época me interesaba la pintura y el dibujo de Modigliani
y los que hacía en este estilo se los enseñaba y hablábamos de este gran y
malogrado artista italiano. Guardo uno de esos dibujos, donde en la parte
superior la profesora Fernández dibujo también una cabeza al estilo de este
pintor. Llevaba a clase libros de arte y recuerdo dos volúmenes que me llamaron
mucho la atención, dedicados a los dibujos y litografías del pintor francés Honoré
Daumier, fue todo un descubrimiento su brillante obra.
Teníamos también clases
de desnudo femenino para aprender a estudiar el cuerpo humano, su forma y el
color de su piel. Hice dibujos a lápiz pastel. Luego con estos apuntes los
pasaba a un taco de madera y con una gubia en V, tallaba el dibujo del desnudo,
entintaba la plancha y hacía una estampación manual sobre un papel, así empecé
mi carrera como xilógrafo y grabador. Esta faceta de estudio artístico,
ampliada con la formación de las técnicas del dibujo arquitectónico, formaron
la base para poder continuar en el complejo mundo del arte actual. Una vez
aprendidas las bases y con el interés de colaborar con la cultura del país un
grupo de pintores de la Casa del Artista, creamos el Grupo Totem.
En 1968 con una beca Taller otorgada por el la Dirección de Artes y Letras me
traslado a España para aprender especialmente las técnicas del grabado
calcográfico.
Mi profesora Fernández
continuó su fructífera carrera artística en Costa Rica proyectándose
internacionalmente en Norte América y Latinoamérica. Su obra se alimenta de
todas sus experiencias en sus diversos viajes por el mundo, en especial Europa,
Medio Oriente, India, China, Indochina y muy especialmente el Japón con un
viaje de estudios de la UNESCO. Su formación en Italia, estudiando en
Florencia, cuna del Renacimiento, es cuando la artista despega sus alas y
comienza a producir obra contemporánea como son los paisajes titulados:
"Aldea toscana", un "Paisaje urbano" con reminiscencias cezanianas
y cubistas. Al igual que practica el retrato como el de "Jorge E.
Guier", o el de "Armando Calzada" en ambos los retratados se
encuentran en su ambiente cotidiano. En 1954 se pinta un autorretrato al óleo,
donde la pintora se enfrenta a sí misma y su destino. Con una pincelada fluida
y un color de gamas complementarias, utilizando el verdaccio, una
técnica originaria del primer renacimiento, muy utilizada en la pintura mural
florentina.
A su regreso a Costa Rica
y después de haber estado en París, en 1958, - donde conocería seguramente las
últimas corrientes abstractas como la obra de Nicolas de Staël , Jean Arp y los
Delaunay,- expone en San José tres cuadros de su primera serie abstracta. Lola
Fernández se decanta por una abstracción lírica, con movimiento de la forma y
el color, con tonos fríos. El tercero es más constructivista, de planos que se
alejan y se acercan, emergiendo de un fondo oscuro. Pero la artista no puede
huir de lo figurativo y es una forma que trabaja su obra a lo largo del tiempo.
Sus personajes se sumergen en una atmósfera abstracta o de paisajes soñados. En
1959 crea una pintura de negros y rojos intensos que titula
"Violencia" con un sentido de protesta ante las guerras y las
injusticias.
Viaja a Oriente en 1962,
donde su afán de capturar todo lo que va viendo y asimilarlo con su cuaderno de
apuntes va tomando notas de paisajes y seres humanos, que más tarde se
convertirán en cuadros al óleo y muy especialmente se influencia por la
delicada cultura japonesa. Realiza una serie de retratos de mujeres herméticas
y soñadoras muy de la pintura de este país. Sus pinturas abstractas se
simplifican.
Por el año 1964 llega a
San José el historiador José Gómez Sicre, quien desde la OEA en
Washington, proyecta una nueva forma de ver el arte latinoamericano, alejándose
de los cánones del muralismo mexicano y la pintura nacionalista. Publicita una
nueva figuración que denomina "Realismo Mágico" o neorrealismo,
basado en la obra de artistas como el mexicano José Luis Cuevas y en la obra
del inglés Francis Bacon. Cuevas expone en Costa Rica su obra gráfica en las
Salas de Artes y Letras, sita en la Avenida Central, con gran repercursión
mediática. Gómez Sicre ve los dibujos de un joven costarricense, Carlos
Poveda, y le ofrece exponer en Washington. Lola Fernández también tiene
obra en ese sentido y lleva su pintura abstracta a la capital de USA, el arte
costarricense comienza a traspasar sus fronteras.
Esta artista
costarricense trabaja su obra en series como las que titula:
"Volcanes".- ¿ Se inspiró Lola en la gran erupción que produjo el
Volcán Irazú entre los años 1962-63 ? Sin duda esta serie tiene una gran fuerza
en el colorido y la ejecución pictórica. Con la pintura "Cuarta etapa,
quinta escalera" de la serie Arquetipos, la neofiguración o el
realismo mágico aparece en su obra. Las figuras tienen un aire soñador y
algunas se encuentran sobre los hombros de otros o en reuniones de conjunto
donde dialogan. El tema bíblico lo rememora con calidez y humor como son las
pinturas "Divertimento de Adán y Eva". En "Hospital" de
1970, trata el tema social de la angustia que produce la espera hospitalaria.
La larga trayectoria pictórica y docente de Lola Fernández y su abundante obra
creativa y técnica, ya que también ha incursionado en el grabado, la serigrafía
y la esculto - pintura o en relieve, todo esto y más hacen de Lola Fernández
una de las artistas más importantes y reconocidas de la historia del arte en
Costa Rica.
Carlos Barboza Vargas.
Archivo
Barboza-Grasa.
Zaragoza, septiembre de
2023.
Ver enlace:
https://barbozagrasa.blogspot.com/2020/01/dibujo-arquitectonico-con-felo-garcia.html
https://barbozagrasa.blogspot.com/2014/08/manuel-de-la-cruz-y-la-pintura.html






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