lunes, 11 de septiembre de 2023

LOLA FERNÁNDEZ, LO ABSTRACTO Y LO FIGURATIVO EN LA PINTURA DE COSTA RICA.







LOLA FERNÁNDEZ, LO ABSTRACTO Y LO FIGURATIVO EN LA PINTURA DE COSTA RICA.

Hace unos días el historiador y crítico de arte Juan Carlos Flores Zúñiga, Presidente de AICA Costa Rica, visitaba a la pintora y profesora Lola Fernández en su estudio y aprovechando ese momento, me hicieron una video llamada. Me produjo una gran emoción el volver a ver a la artista, todo un referente en el arte del país y oír su voz, ya que fué profesora mía de pintura en la Universidad.

Mis recuerdos de mis años de formación con esta artista comenzaron a emerger. Corrían los años 1964-1965 en San José y era la época en que había decidido dedicarme profesionalmente al arte pictórico. Por motivos económicos entré a trabajar en Bakit Publicidad. Por las noches la pintora Lola Fernández daba clases de pintura en la antigua sede de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad, junto con las clases de Dibujo Arquitectónico que impartía el Arquitecto Felo García, los dos pioneros del arte abstracto en el país; en ambos cursos me matriculé.

En ese momento cultural, el arte costarricense estaba sufriendo una transformación de la pintura regionalista hacia una pintura más vanguardista, a nivel americano y la artista Lola Fernández y su quehacer plástico estaba en la punta de lanza de estos movimientos internacionales. Lolita nació en Cartagena, Colombia, el 15 de noviembre de 1926. Cuando contaba con cuatro años su familia se trasladó a Costa Rica. Estudió en el Colegio de Sión y en el Colegio Superior de Señoritas el bachiller. En 1941 ingresa en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad. Luego viaja a Bogotá, Colombia, a su escuela de Bellas Artes para ampliar conocimientos pictóricos. Entre 1954 y 1958 hace un posgrado en la Academia de Bellas Artes de Florencia, Italia. El estar cerca de los grandes maestros del Renacimiento le abre un mundo nuevo y a la vez contemporáneo.

Vuelve a Costa Rica con sus ojos llenos de imágenes nuevas y en 1958 expone sus primeros cuadros de arte abstracto en el país. En el año 1959 entra como profesora en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad. Sus inquietudes plásticas le llevan a formar parte del Grupo 8, que se funda en 1961 con el fin de dar a conocer, junto a otros artistas, la pintura abstracta internacional, causando un gran impacto en San José. Fué en esa época de los años 60 que empecé a interesarme por la pintura como profesión y esta decisión la tomé cuando tuve contacto en la Universidad en las clases de Historia del Arte que impartía el profesor Francisco Amighetti, pintor y xilógrafo y luego en las clases nocturnas de pintura en la misma Universidad que impartía Lola Fernández.

El tener contacto directo con el mundo creativo y sus técnicas pictóricas en las clases de Bellas Artes, me ayudaron a avanzar en el descubrimiento de la imagen artística. En las clases de Lolita, como la denominábamos cariñosamente, pude trabajar con pintura al óleo y pinceles Grumbacher de la mejor calidad, acuarelas y pinceles Winsor & Newton, papeles Fabriano......que vendían en el economato de la escuela. La profesora era abierta y dejaba hacer y tenía el don de la conversación. Corregía y explicaba sus conocimientos de una forma fluida, no sólo técnicos, si no también históricos. En esa época me interesaba la pintura y el dibujo de Modigliani y los que hacía en este estilo se los enseñaba y hablábamos de este gran y malogrado artista italiano. Guardo uno de esos dibujos, donde en la parte superior la profesora Fernández dibujo también una cabeza al estilo de este pintor. Llevaba a clase libros de arte y recuerdo dos volúmenes que me llamaron mucho la atención, dedicados a los dibujos y litografías del pintor francés Honoré Daumier, fue todo un descubrimiento su brillante obra.

Teníamos también clases de desnudo femenino para aprender a estudiar el cuerpo humano, su forma y el color de su piel. Hice dibujos a lápiz pastel. Luego con estos apuntes los pasaba a un taco de madera y con una gubia en V, tallaba el dibujo del desnudo, entintaba la plancha y hacía una estampación manual sobre un papel, así empecé mi carrera como xilógrafo y grabador. Esta faceta de estudio artístico, ampliada con la formación de las técnicas del dibujo arquitectónico, formaron la base para poder continuar en el complejo mundo del arte actual. Una vez aprendidas las bases y con el interés de colaborar con la cultura del país un grupo de pintores de la Casa del Artista, creamos el Grupo Totem. En 1968 con una beca Taller otorgada por el la Dirección de Artes y Letras me traslado a España para aprender especialmente las técnicas del grabado calcográfico.

Mi profesora Fernández continuó su fructífera carrera artística en Costa Rica proyectándose internacionalmente en Norte América y Latinoamérica. Su obra se alimenta de todas sus experiencias en sus diversos viajes por el mundo, en especial Europa, Medio Oriente, India, China, Indochina y muy especialmente el Japón con un viaje de estudios de la UNESCO. Su formación en Italia, estudiando en Florencia, cuna del Renacimiento, es cuando la artista despega sus alas y comienza a producir obra contemporánea como son los paisajes titulados: "Aldea toscana", un "Paisaje urbano" con reminiscencias cezanianas y cubistas. Al igual que practica el retrato como el de "Jorge E. Guier", o el de "Armando Calzada" en ambos los retratados se encuentran en su ambiente cotidiano. En 1954 se pinta un autorretrato al óleo, donde la pintora se enfrenta a sí misma y su destino. Con una pincelada fluida y un color de gamas complementarias, utilizando el verdaccio, una técnica originaria del primer renacimiento, muy utilizada en la pintura mural florentina.

A su regreso a Costa Rica y después de haber estado en París, en 1958, - donde conocería seguramente las últimas corrientes abstractas como la obra de Nicolas de Staël , Jean Arp y los Delaunay,- expone en San José tres cuadros de su primera serie abstracta. Lola Fernández se decanta por una abstracción lírica, con movimiento de la forma y el color, con tonos fríos. El tercero es más constructivista, de planos que se alejan y se acercan, emergiendo de un fondo oscuro. Pero la artista no puede huir de lo figurativo y es una forma que trabaja su obra a lo largo del tiempo. Sus personajes se sumergen en una atmósfera abstracta o de paisajes soñados. En 1959 crea una pintura de negros y rojos intensos que titula "Violencia" con un sentido de protesta ante las guerras y las injusticias.

Viaja a Oriente en 1962, donde su afán de capturar todo lo que va viendo y asimilarlo con su cuaderno de apuntes va tomando notas de paisajes y seres humanos, que más tarde se convertirán en cuadros al óleo y muy especialmente se influencia por la delicada cultura japonesa. Realiza una serie de retratos de mujeres herméticas y soñadoras muy de la pintura de este país. Sus pinturas abstractas se simplifican.

Por el año 1964 llega a San José el historiador José Gómez Sicre, quien desde la OEA en Washington, proyecta una nueva forma de ver el arte latinoamericano, alejándose de los cánones del muralismo mexicano y la pintura nacionalista. Publicita una nueva figuración que denomina "Realismo Mágico" o neorrealismo, basado en la obra de artistas como el mexicano José Luis Cuevas y en la obra del inglés Francis Bacon. Cuevas expone en Costa Rica su obra gráfica en las Salas de Artes y Letras, sita en la Avenida Central, con gran repercursión mediática. Gómez Sicre ve los dibujos de un joven costarricense, Carlos Poveda, y le ofrece exponer en Washington. Lola Fernández también tiene obra en ese sentido y lleva su pintura abstracta a la capital de USA, el arte costarricense comienza a traspasar sus fronteras.

Esta artista costarricense trabaja su obra en series como las que titula: "Volcanes".- ¿ Se inspiró Lola en la gran erupción que produjo el Volcán Irazú entre los años 1962-63 ? Sin duda esta serie tiene una gran fuerza en el colorido y la ejecución pictórica. Con la pintura "Cuarta etapa, quinta escalera" de la serie Arquetipos, la neofiguración o el realismo mágico aparece en su obra. Las figuras tienen un aire soñador y algunas se encuentran sobre los hombros de otros o en reuniones de conjunto donde dialogan. El tema bíblico lo rememora con calidez y humor como son las pinturas "Divertimento de Adán y Eva". En "Hospital" de 1970, trata el tema social de la angustia que produce la espera hospitalaria. La larga trayectoria pictórica y docente de Lola Fernández y su abundante obra creativa y técnica, ya que también ha incursionado en el grabado, la serigrafía y la esculto - pintura o en relieve, todo esto y más hacen de Lola Fernández una de las artistas más importantes y reconocidas de la historia del arte en Costa Rica.

Carlos Barboza Vargas.

Archivo Barboza-Grasa. 

Zaragoza, septiembre de 2023.

Ver enlace:

https://barbozagrasa.blogspot.com/2020/01/dibujo-arquitectonico-con-felo-garcia.html

https://barbozagrasa.blogspot.com/2014/08/manuel-de-la-cruz-y-la-pintura.html

 

 

 

 

 

 

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario