JAN VERMEER EN EL RIJKSMUSEUM DE AMSTERDAN,
RESTROSPECTIVA 2023, I.
Recientemente se ha inaugurado en el Rijksmuseum
de Amsterdam una exposición retrospectiva con la obra de Jan Vermeer,
nacido en Delft en 1632, que incluye 28 pinturas de las 37 que se conocen hasta
ahora. Su biografía es un misterio, hay pocos datos de cómo se formó y en que
talleres estudió este magnífico pintor holandés del siglo XVII. Sabemos que
Diego Valázquez (1599-1660), su contemporáneo, se formó en el taller del pintor
Pacheco en Sevilla y que Rembrandt (1606-1669), su paisano, estudió en diversos
talleres como en el de Pieter Lastman o Jacobo van Swanenburgh.
Sus padres regentaban una hostería en la plaza
del mercado de Delft y que su padre Reynier fué primero tejedor y luego
marchante de obras de arte, es decir, anticuario, tenía una hermana mayor,
Gertruy. Jan contrae matrimonio en 1653 con Catharina Blones de 23 años. De religión
católica y proveniente de una familia con bienes, regentados por su madre
viuda, Marie Thins, Vermeer se va a vivir a casa de su suegra. Ese mismo año se
inscribe en el Gremio de San Lucas, como pintor y con el tiempo se convertirá
en Vicedecano de esta importante institución del arte. En 1655 muere su padre
Reynier y Jan hereda la hostería y el
comercio de obras de arte. Su madre Dymphna se va a vivir un tiempo con la
pareja y en 1670 fallece. En el año 1672
es un pintor famoso y especialista en obras de arte, el cual es llamado para
expertizar y valorar unas obras que salían a la venta en La Haya, junto con
Hans Jordaens y Karel Dujardin. En 1675, debido a la inestabilidad económica
por la guerra, no tiene ingresos. Su suegra le presta 1.000 florines. Enferma y
el 15 de diciembre es enterrado con 43 años, en la Iglesia Vieja de Delft,
dejando 8 hijos menores de edad.
Mi contacto directo con la obra de Vermeer está
ligada a mi actividad como artista plástico. En 1968 es la primera vez que me
encuentro en París, como estudiante de arte y aprovecho para visitar el Museo
del Louvre. Sin duda el atractivo de este museo entre sus geniales obras de
arte que guarda es la Mona Lisa y la obra de Leonardo, pero también se
encuentra en el "La encajera" o "Muchacha haciendo
bolillos" de Vermeer. Es impresionante y delicada. El pintor utiliza una
clásica composición triangular donde coloca la figura de la joven y sus
instrumentos de trabajo. La pared del fondo es luminosa y la luz recorre todo
el espacio y da forma a la escena de claros y oscuros. En la venta de 1817 se
promocionó de la siguiente forma: "El autor ha sabido dar la fineza
natural, la variedad de los objetos, el volumen de las telas, mediante precisión
de tintas y de su efecto". La compró por 7.270 francos Napoleón III. El
pintor impresionista Renoir, consideraba "La encajera" y el
"Embarco de la Citerea" de Watteau como las dos mejores pinturas del
Louvre. El pintor español Dalí hizo dos versiones "Paranoico-críticas"
con esta pintura. Malraux identifica a casi todas las modelos que posaron para
Vermeer, con su hija Catharina. El estilo de este pintor de Delft en su madurez
se va a centrar en ambientar personajes y objetos en una habitación, generalmente
en su estudio de la casa. Son obras de pequeño formato y de temas cotidianos,
lo que demuestra que en el acto de pintar, sólo se necesita talento y dominio
del oficio.
En 1975 junto con Teresa Grasa, expusimos en
San José de Costa Rica y después nos trasladamos a Washington donde expuse mis
obras en la Galería de Arte de la OEA. Comenzamos a visitar los museos de la
ciudad, en especial la National Gallery y su extensión, recién inaugurada,
unida por una galería subterránea que nos transporta al Edificio Oeste,
diseñado por el arquitecto Leoh Ming Pei. En este rico museo de artes plásticas
se encuentran cuatro obras de Jan Vermeer, como es "Mujer con
balanza" o "Pesadora de perlas" c. 1664. Representa a una mujer,
seguramente su mujer Catharina embarazada que le ayuda en el negocio familiar,
sujetando una balanza y en la mesa donde apoya la otra mano se encuentran
joyeros con collares de perlas y sobre la mesa monedas de oro, un mantel azul
recogido da fuerza al primer plano del cuadro. La luz se filtra suavemente a
través de una cortina naranja e ilumina la pared donde cuelga un cuadro
religioso de temática católica, "El Juicio Final". La mujer asimila
toda la luz del cuadro con una chaqueta azul con bordes blancos de lana, al
igual que la cofia y su falda de color
marrón claro. Su rostro está concentrado en la balanza. Vermeer al igual que
Rembrandt, utiliza de modelo a su mujer
e hijos, que eran los modelos más cercanos y baratos, lo mismo que los muebles
e utensilios que poseían. Además de pintor era anticuario y vendería pinturas,
que las utilizaría como reclamo, monedas, collares y pendientes de perlas, como
lo atestiguan la mayoría de sus obras donde sus mujeres portan collares o
pendientes de perlas y estas pueden también pertenecer al ajuar de su mujer,
que descendía de una familia rica. El suelo cuadriculado con baldosas negras y
blancas, es la estancia donde pintaba y desarrolla casi toda su obra.
Otra intima pintura familiar es "Mujer
escribiendo una carta" c. 1665. Ella escribe sobre una mesa con mantel
azul, donde se encuentra un estuche, un collar de perlas y un tintero. Con la
mano derecha sujeta la pluma y con la izquierda la hoja de papel. Lleva una
chaquetilla amarilla, propiedad de su mujer, con adornos de piel blanca con
lunares oscuros y está sentada en una silla con cabezas de leones, la cual
utilizó el pintor en múltiples cuadros. La luz entra por la ventana y lo invade
todo, posándose suavemente sobre la mujer que escribe. El color amarillo centra
nuestra mirada.
Una de las pinturas que más me ha
sensibilizado de Vermeer es esta "Muchacha con sombrero rojo y
perlas" c. 1670. Como pintor siempre he soñado con poder realizar un
retrato de esta envergadura pictórica. Ese sombrero rojo es espectacular, unido
al chal azul de la muchacha sentada en la silla de cabezas de leones
desenfocadas. Unir un rojo vibrante del sombrero de plumas, con el azul, y en medio de ambos colores, un rostro que nos
mira con curiosidad y que asimila la luz que proyectan estos dos colores
primarios unificándolos en su piel y un golpe de luz blanco en el cuello, que
suaviza la sombra del rostro es todo un reto. El fondo está cubierto por un tapiz
de tonos ocres y verdes que producen el complementario necesario para agrandar
la luminosidad del sombrero rojo. Las perlas se convierten en puntos de luz etéreas.
Uno de los mejores retratos, pintado sobre tabla, de la historia del arte y de
Vermeer.
Luego, sentada en el mismo sillón de frente y
con un sombrero y vestido chinesco. La modelo, su hija, nos mira con una
delicada sonrisa. Su mano derecha se apoya sobre la mesa, mientras que en la
izquierda sujeta una flauta. El efecto de la luz es más sombrío y con una
fuerza del claroscuro con una explosión de luz en el blanco del vestido,
pintado sobre tabla. Se le puede titular "Muchacha con flauta, sombrero
chino y pendientes de perlas" c. 1670, firmado sobre el tapiz.
De Washington viajamos a New York donde se
encuentran ocho pinturas de Vermeer de las catorce que guardan los museos de
Estados Unidos. En el Metropolitan Museum se encuentran cuatro pinturas de
Vermeer. "La joven dormida", es un cuadro enigmático, se quiere ver o
se le juzga, que duerme por que ha bebido vino, debido que sobre la mesa hay
una jarra y un vaso con vino a medio consumir, pero la silla del primer plano
está movida y puede ser de su acompañante que bebía el vino. También se quiere
leer como la simbología de la pereza o la melancolía del amor, por el cuadro de
Cupido que cuelga en la pared detrás de ella. El tapete oriental de la mesa en
primer plano compone un bodegón con jarra, paño, un cuenco de cerámica con
frutas y la copa de cristal, que recuerdan los que más tarde pintaría Cézanne.
Los colores cálidos rojizos que invaden este comedor de la casa, las frutas,
dan la sensación veraniega y puede que la moza esté echando una cabezadita.
En la "La tañedora del laúd", la
música entra de nuevo al estudio de Vermeer. donde una muchacha tañe y estudia
el laúd, con la chaquetilla amarilla de otros cuadros, adornada con un collar y
pendientes de perlas. La luz entra por la ventana iluminándole el rostro, el
vestido amarillo y la mano que toca el laúd. En la pared del fondo cuelga un
mapa de Europa. Otro cuadro con una composición similar es "Mujer con
jarra de agua". en esta ocasión representa a una mujer del servicio
doméstico, de pie, con un traje de colores azul, amarillo limón y con cofia
blanca. La mesa está cubierta por un mantel de ricos bordados donde domina el
color rojo, encima de él, un plato metálico donde se posa la jarra de agua que
la joven la sujeta con la mano derecha, mientras con la otra entreabre la
ventana y mira al exterior. Al fondo la silla de cabeza de león y en la pared
un mapa.
"Muchacha con velo y perla", tiene
coincidencias compositivas y formales con "La Joven de la perla", de La Haya.
Cabeza cubierta mirando al espectador y un fondo oscuro. La luz ilumina el
rostro y da forma al chal azul celeste que cubre a la muchacha. La perla
asimila el color azul y un toque de blanco ilumina el cuello y los ojos miran
con curiosidad. Firmado en el ángulo superior izquierdo. Este retrato está
pintado los tonos fríos con maestría que le dan a la retratada un aire
nostálgico.
Una de las pinturas más barrocas del maestro
de Delft es la "Alegoría de la Fe". Se cree que es un encargo de los
jesuitas y también se dice que fueron ellos quienes le enseñaron el manejo de
la cámara oscura, principio de la cámara fotográfica. La escena está ambientada
en su estudio, con el mismo cortinaje brocado, las baldosas blancas y negras.
La Fe, se representa por una mujer con traje blanco y azul, su mano derecha
sobre el pecho donde se encuentra el corazón. El pie derecho sobre el globo
terráqueo, es decir, el mundo a sus pies. La composición está inspirada en la
Iconología de Ripa. Sobre la mesa se encuentra la Biblia, un cáliz y un crucifijo,
símbolos de la Teología Católica. Al fondo en la pared, un gran cuadro de una
Crucifixión del pintor Jordaens. En el suelo una manzana y una serpiente
muerta, origen del pecado original y una esfera de cristal colgando en el
techo, emblema jesuítico.
Otra de las colecciones de arte importantes de
New York es The Frick Collection, donde entre otras obras maestras de la
pintura se encuentran tres Vermeer. El "Soldado con muchacha
sonriente" c. 1658. El tema está ambientado en una hostería, donde un
soldado y una joven conversan sentados en sillas con cabezas de león. El hombre
de espaldas vestido con una casaca roja y frente a él, una mujer joven le sonríe
con una copa de cristal entre las manos. La ventana está entreabierta, puede
que sea tiempo de primavera y del amor, la luz corresponde a esas fechas. Los
tonos oscuros de la casaca roja y el sombrero negro de ala ancha en el primer
plano refuerzan la luz juvenil de la muchacha y el mapa de la pared del fondo.
Otra pintura primaveral es "Caballero y
muchacha con partitura" c. 1660. La música es la protagonista y una joven
muchacha con chaquetilla roja mira al espectador mientras sujeta una partitura
que le da su profesor de música. Junto a la ventana una mesa con instrumentos
musicales, como una citara, pentagrama y una jarra con decoraciones azules y
tres sillas. Junto a la pared de la ventana una jaula de pájaro y en la del
frente un cuadro de Cupido. Fue adquirido en 1901 por H. C. Frick. Restaurado
con una limpieza agresiva que ha dañado la luz ambiente, pero aún queda la
composición y el espíritu de Vermeer.
La tercera obra de esta colección neoyorquina
es la que se titula: "Criada entregando una carta a su señora" c.
1667. Con un fondo neutro oscuro haciendo que la luz se centre en ambas
mujeres. La joven empleada se dirige a la señora con familiaridad para
entregarle una carta o factura. La mujer rubia con la chaqueta amarilla con
bordes blancos, de la esposa del pintor, que la ha utilizado para vestir a la
protagonista de las pinturas de cartas o de correspondencia. Esta mira con
atención a la mensajera y deja la pluma sobre el papel que escribía sobre la
mesa y hace un gesto de sorpresa, llevándose la mano izquierda a la barbilla y
está adornada con un collar y pendiente de perlas, lo mismo que en el moño del
pelo. La mesa está cubierta con un mantel azul y sobre ella el tintero y una
caja adornada. Gian M. Chaumelin, se entusiasmó al ver este cuadro y escribió:
"Es de admirar sin reservas la belleza de ejecución, la elegancia suprema
del dibujo, la potencia y la armonía del color. Solamente un alumno de
Rembrandt ha podido modelar así, en plena luz, la cabeza plenamente viva de
esta joven, tomando nota, con una fuerza y al mismo tiempo con una delicadeza
extraordinaria....."
Carlos E. Barboza Vargas.
Miembro del ICOM-UNESCO. Archivo Barboza-Grasa.
Ver enlaces:
https://barbozagrasa.blogspot.com/2016/03/real-pinacoteca-mauritshuis-de-la-haya.html
https://barbozagrasa.blogspot.com/2015/10/goya-junto-hals-rembrandt-vermeer-en-el.html
https://barbozagrasa.blogspot.com/2015/10/rembrandt-maestro-de-goya-en-el.html






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