miércoles, 31 de marzo de 2021

GOYA. VIAJE A ITALIA I, ZARAGOZA-BARCELONA, 1769.











 GOYA. VIAJE A ITALIA I, ZARAGOZA-BARCELONA, 1769.

Todos los caminos conducen a Roma, y todos los caminos de este a oeste y de sur a norte en España, pasan por Zaragoza. Desde la Edad Media los caminos de Europa cristiana tienen tres destinos: Jerusalén, Roma y Santiago de Compostela. A los cristianos que iban a Jerusalén, según Dante, se les llamaban palmeros, a los que iban a Roma, romeros y los que se dirigían a Santiago, peregrinos. Hoy utilizamos este último término para definir a los cristianos que se dirigen a los Lugares Santos. Zaragoza fue un centro de peregrinación desde la antigüedad, ya que el culto a la Virgen de Pilar tenía mucha devoción, camino de Santiago. Otorgaba licencias para poder viajar por los territorios del Reino. Muchos fieles para realizar estos viajes, hipotecaban sus casas, campos o bienes. Necesitaban dinero, ya que los viajes como mínimo duraban nueve meses. Las licencias o salvoconductos les aseguraban la hospitalidad al peregrino dentro de la diócesis.

Los que iban a Roma o romeros eran de muy diversa procedencia social: Nobles, cirujanos, mercaderes, libreros, artistas, artesanos, estudiantes, sacerdotes, etc. y si eras mozo y soltero tenía que demostrar ante la autoridad, con testigos, que no estaba casado. Los motivos para peregrinar son muy diversos: Por devoción, votivo, confesional, penitencial, representativo de algún gremio de artesanos, aventureros y falsos peregrinos. El peregrino con salvoconducto era bien visto por la sociedad, se les recibía en sus casas, monasterios, iglesias, hospederías, ventas, mesones y si se enfermaba o tenía algún accidente eran tratados en los hospitales. Este movimiento social fue culturalmente muy importante ya que se intercambiaban conocimientos y se conocían las culturas y costumbres de otras regiones europeas. El hacer estas travesías obligaba a los romeros a tratar de ahorrar tiempo, esfuerzo físico y económico. Se podían hacer 70 kilómetros al día si ibas a caballo y 40 a pie. Para ir de Zaragoza a Barcelona se utilizaba el camino llamado de San Jaime o catalán, muy transitado y documentado, pero también muy peligroso por los bandoleros de esta región, como bien los describe Cervantes en El Quijote y por eso se obligaba a los romeros a ir en grupo con guías y con vigilantes armados.

En el siglo XVII se produce una nueva peregrinación a Roma y es cuando El Pilar de Zaragoza se reafirma como centro de peregrinación, acreditando y otorgando licencias para viajar como romero y en el siglo XVIII se incrementan estos viajes a Roma y es debido a la organización de las Postas o correos en tiempo de Carlos III. Con los Reyes Católicos nace el Correo de Postas y en 1505 Felipe el Hermoso arrienda el servicio de postas y correos a Francisco Tassos en España, iniciándose este servicio en todas las ciudades más importantes de Europa como son Roma, París, Bruselas, Viena......, También servía para transportar personal real, altos funcionarios, etc. El uso de postas se generaliza en el territorio español y en Aragón se establece en 1610, comunicando Madrid, Zaragoza, Barcelona, Valencia, Teruel y Olorón en Francia. En 1716 y 1720 se edita el Reglamento General y se crea el servicio de postas sobre ruedas y se viajaba en calesas, galeras, en carruajes de la época y más tarde en diligencias. Un trayecto de 10 horas, para cubrir unos 100 Km. el billete costaba de 60 a 80 reales de vellón. Generalmente, la gente del pueblo viajaba en grupo y a pie. El que viajaba solo era sospechoso y se le consideraba un vagabundo. Los viajes entre Madrid y Barcelona, pasando por Zaragoza costaba 1.082 reales y se recorrían unas treinta leguas diarias.

El niño Francisco, nace en Fuendetodos, el 30 de marzo de 1746 y con trece años está estudiando en el taller de Luzán en Zaragoza; su maestro se formó pictóricamente en Italia, enviado por la familia Pignatelli, sus protectores, estableciéndose en Nápoles y donde estudia con un condiscípulo de Solimena. En 1759 llega a España el Rey Carlos III, desde Nápoles, para hacerse cargo del Reino de España desde Madrid. En el año 1763 Goya se encuentra en Madrid y se presenta en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en un concurso de Bolsas de pintura para pobres, para menores de 21 años, que consistía en hacer un dibujo a lápiz o carboncillo de la estatua de "Sileno", competía con 8 candidatos y el resultado no le fue favorable. El historiador José Manuel Arnaíz publicó un documento en el que Dª María Bayeu, testifica en 1783 que Goya fue aprendiz de su hermano Francisco, 20 años atrás, es decir, en 1763, fecha del primer concurso académico que participa y seguramente Bayeu le preparaba para él. Cuando Francisco Bayeu crea su academia en el año 1766, bajo la protección de Mengs, no está en Madrid. Ese mismo año su hermano Ramón, de la misma edad que Goya, gana el concurso de la Academia de San Fernando, estando de jurado su hermano Francisco, con un cuadro cuyo tema era: "Marta Emperatriz de Constantinopla, presentándose en Burgos al Rey Alfonso X el Sabio.......", hasta la fecha, no hay rastro de la presencia de Goya en este concurso. Otro acontecimiento para que no viajase a la capital del reino, sería por causa del Motín de Esquilache, que paralizó Madrid y Goya se encontraba ejecutando las Pechinas de San Juan del Real en Calatayud, junto con su maestro Luzán.

Goya no es rico, el taller de su padre José, pertenece al gremio de los doradores, este taller tiene mucho trabajo, era importante en Aragón y se trasladaba con su familia a los pueblos que solicitaban su trabajo de dorador, como lo demuestra su estancia en Alagón, dorando retablos para los Jesuitas, durante los años de 1759 a 1760, y el niño Francisco aprendió el manejo de los materiales de dorador ayudando a su padre y hermano Thomas, como se demuestra años más tarde en Aula Dei, donde trabajan juntos, uno pinta y el otro dora los marcos y retablos. Antes de su viaje a Italia copiaba estampas devocionales, como lo atestigua el mismo en su biografía y va por los pueblos dejando su huella en forma de pechinas bajo las cúpulas, como las de Calatayud, Luesma, Muel o en cuadros devocionales como el de su pueblo natal donde practica la pintura mural al temple y luego al óleo sobre tablazón, con una temática muy aragonesa: "La Aparición de la Virgen del Pilar a Santiago", "La Virgen del Carmen" y "San Antonio de Paula", su santo.

Los Condes de Sobradiel tienen como Vicario a Don Lorenzo Elizondo Aznar, que es cuñado de Tomás Goya, ya que está casado con su hermana Polonia y que estuvo a su servicio veintiocho años, de ahí deben venirle los encargos para pintar a Francisco y dorar Tomás sus capillas y Palacios. Por ejemplo el trasparente del Padre Eterno en la iglesia de Esquedas, Huesca, Señorío de los Condes. La decoración de la capilla del Palacio en Zaragoza, c. 1768, donde copia estampas de Dorigny sobre cuadros de Simón Vouet y un cobre de la Visitación, inspirado en un cuadro de Maratta y que pertenece a un descendiente de la familia Cavero. Luego Tomás se traslada con toda su familia al pueblo de Sobradiel, donde muere su hijo, en 1774 y nacen ahí dos más, trabajando como dorador. Es muy posible que Goya lograra ahorrar lo suficiente para emprender este largo viaje a Roma y portara cartas de recomendación de personajes como Don Ramón de Pignatelli, que le introdujeran en los ambientes artísticos romanos. El mismo caso de Luis Paret, de la edad de Goya, que fue enviado por el Infante Don Luis a Roma y que luego volviera a su servicio.

Zaragoza era un centro de peregrinos y ciudad de paso, como lo demuestra la visita que hizo Corrado Giaquinto, cuando vino de Roma en 1756, para ver las pinturas de su alumno Antonio González Velázquez en El Pilar y años más tarde pasó el Maestro Mengs, rumbo a Italia, trasladándose desde Madrid, por la ruta Complutense y luego por la vía de San Jaime a Barcelona en 1769, donde se embarcó. Se enfermó y tuvo que desembarcar en Mónaco para reponerse. Más tarde continúa y desembarca en Génova. Curiosamente este viaje coincide con el año en que Goya se va a Italia, así que el goyista francés Don Pierre Gassier sugiere que si Goya pudo acompañar a Mengs, pero éste no lo nombra en su cuaderno italiano, ni en documentos posteriores.

Goya para emprender el viaje a Roma necesita una licencia o salvoconducto de El Pilar y demostrar que es mozo soltero y también para poder acceder a la comida y habitación en Monasterios o hospederías religiosas. Hemos estudiado un interesante documento de un peregrino aragonés, Cristóbal Ros, que forma parte de una Peregrinación Obrera, (Gremios de artesanos), que sale el 16 de abril de 1894 de Zaragoza, en tren a Barcelona y de ahí en barco de vapor a Civitavecchia, Italia. Seguramente Goya aprovechó una peregrinación de su gremio, los artesanos, en 1769, que generalmente iban acompañados por sacerdotes e incluso Obispos y no toreros, como narran sus biógrafos románticos, ya que inmediatamente que vuelve de este viaje es contratado para trabajar en la Basílica del Pilar, en la bóveda del Coreto. El viajar solo es peligroso por los asaltantes y se le podía considerar un vagabundo. Llegaron a Barcelona como primera estación del viaje. Le esperaba el mar que llenó su retina de azules trasparentes y formarse en Italia como el gran pintor muralista español. 275 años nos separan de su nacimiento.

Carlos Barboza Vargas- Teresa Grasa Jordán.

ICOM. Restauradores.

fotos Archivo Barboza-Grasa. Zaragoza.

Ver enlaces:

http://barbozagrasa.blogspot.com/2021/03/goya-en-su-275-aniversario-y-el-heraldo.html

http://barbozagrasa.blogspot.com/2014/04/goya-en-el-palacio-de-los-condes-de.html

http://barbozagrasa.blogspot.com/2014/04/tomas-goya-de-sobardiel-madrid-y.html

http://barbozagrasa.blogspot.com/2015/06/goya-de-fuendetodos-zaragoza-1746-1769.html

http://barbozagrasa.blogspot.com/2014/03/goya-y-los-condes-de-sobradiel-esquedas.html

 

 

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