Tengo que
confesar que no soy muy aficionado a los toros, y donde más me gustan es en la
obra de Goya, Pablo Picasso, en las fotos de Aurelio Grasa o en las esculturas
de Benlliure. También es verdad que no
deja de impresionarme el bello poema a Ignacio Sánchez Mejía que le dedico el
gran poeta Federico García Lorca que es
un poema universal valido para todos los toreros que mueren ejerciendo
su trabajo:
……¡ que no quiero verla ¡
Dile a la luna que venga
Que no quiero ver la sangre
de Ignacio sobre la arena……
La primera
vez que fui a una plaza de toros fue con unos amigos pintores de Costa Rica, Antonio y Rafa, mientras estudiábamos
en Madrid en 1969. Fue una novillada en la plaza de Vista Alegre, Carabanchel, y quedé impresionado de cómo arriesgaban la
vida los jóvenes toreros para hacerse un hueco en este duro oficio. La otra que
recuerdo por su belleza, fue en la plaza de Las Ventas en 1976, acompañado de
mi madre Elia, mi tía Rosa y Teresa Grasa.
Esta fue una corrida muy singular pues estaba dedicada al gran
historiador Sánchez Albornoz a su regreso a España desde Argentina. Se
combinaba la lidia de los toros con el arte del rejoneo, hacía una bella
tarde y mi madre sufría por los toros,
fotografié toda la corrida. Lo que mas
me impresionó fue la actuación del joven rejoneador portugués Maura y su
caballo blanco, esa mezcla de negro azabache del toro con su belleza primitiva
y la belleza del caballo girando en al plaza, estos dos animales que han
acompañado al hombre en su evolución y le han ayudado a progresar, uno ha
aportado al fuerza para transportarse y
el otro comida para resistir el camino, toda una simbología.
Siempre la
obra de Goya me ha sido de un enorme atractivo, tanto sus hojadelata taurinas
como sus aguafuertes de la serie de la Tauromaquia, donde trata de enriquecer
la historia de esta Fiesta española, que le apasionaba a Paco el de los toros, como se denominaba. Picasso era otro gran aficionado y como vivía
apartado de España, en Francia, podía tener contacto con este mundo en las plazas francesas de
Arles y Nimes, a las que se trasladaba para de ahí hacer sus maravillosas aguatintas sobre al
tauromaquia. Aurelio Grasa es una
gran aficionado a los toros desde muy
joven, el reportero que seria luego no deja de documentar los toros en al
plazas de Aragón, como son las de Zaragoza, Calatayud, Alagón, Huesca,
trasladándose también a La Rioja para fotografiar la corrida ofrecida por el
diestro Ricardo Torres, Bombita, en
Corella. Esta fue la primera fotografía de toros que publica en Blanco y Negro de Madrid, en
agosto de 1910. Luego a Bombita, le
hizo dos fotografías autocromas en Zaragoza, cuyo envío el torero le agradeció con una emotiva
carta. Aurelio Grasa se consolida como
reportero gráfico en Prensa Española de 1910 a 1917, y también trabaja en esas
fechas para el Heraldo de Aragón
publicándosele múltiples fotografías sobre temas taurinos.
Manuel
Laureano Rodriguez Sánchez, Manolete,
nació en Córdoba el 9 de julio de 1917, donde transcurrió su infancia rodeado
de su madre y cinco hermanos y del mundo de los toros, ya que su abuelo, Petete, tíos y su padre, fueron toreros
importantes. Queda huérfano de padre muy pronto, estudia en los salesianos y le
gusta dibujar. Manolete comienza recorrer las plazas de España como novillero y
luego se incorpora a una compañía de espectaculos cómico-taurino, llamados Los Califas. Llega a torear en Arlés,
Francia. Un resumen de su biografía la hace el crítico taurino K-Hito, que fue
un admirador y amigo del torero, lo siguió y documentó su corta carrera como
torero en un libro que se titula Manolete
ya se ha muerto. Muerto está que yo lo vi, publicado por Anaquel de Dígame
en 1947. Su biografía la resume así: … Fueron
sus padres Doña Angustias Sanchez, y Manuel Rodriguez Sánchez, (Manolete). No
actuó como novillero en Madrid. En Tetuán de Las Victorias toreó dos novilladas
en 1935. Tomó la alternativa en Sevilla
el 2 de julio de 1939, de manos de Chicuelo, siendo testigo Gitanillo de Triana
y lidiando ganado de Tassara. Fue herido de muerte en la plaza de Linares en
128 de agosto de 1947 por el toro Islero, de Miura. Alternaba con Gitanillo de
Triana y Luis Miguel Dominguín. Falleció en el hospital de dicha ciudad a las 5
de la mañana del día siguiente.
El primer torero
famoso muerto por un toro de Miura,
Jocinero, fue Jose Dámaso Rodriguez,
Pepete, abuelo de Manolete; su nieto
Manolete muere también a causa de la cornada de otro toro de esta mítica
ganadería. Cuando Manolete está en el
punto culminante de su trayectoria en 1943, conoce a la que va a ser su
compañera, la actriz mexicana Lupe Sino, nacida en Guadalajara, México que le
acompañará en su gira por Iberoamérica, México, Perú y Colombia. En 1944 está en la cúspide de su fama y para
las Fiestas del Pilar de Zaragoza, con un amplio cartel de toros y toreros, toreaban
junto a Manolete, Domingo Ortega, Pepe
Bienvenida, Luis Gómez, El Estudiante, Pepín Martín Vázquez y Fermín Rivera, de
México, durante los días 13, 14, 15, 16
y 17 de octubre y es durante estas jornadas taurinas que se encontraron el
fotógrafo y doctor Aurelio Grasa, y éste
con su pericia y conocimiento de los toros y de la plaza, documentó el
acontecimiento y es de donde salieron tres obras maestras de la fotografía
taurina, Manolete y su capote, Manolete después de matar y Manolete, la oreja. Todo un reportaje
que el fotógrafo Grasa positivó el mismo.
La primera
foto, Manolete y su capote, se
publicó en Prensa Española a la que pertenece el periódico ABC, cuya imagen
sigue utilizando este medio para ilustrar textos sobre el torero; en algunas de
estas publicaciones pone el nombre del fotógrafo y en otras no, como sucede en
la ultima publicación del libro ABC:
Retrato de España 100 años de historia en 1000 imágenes y en la sección Leyendas del toreo en la página 35,
aparece la foto de Manolete de Aurelio Grasa, sin nombrarlo, con un pie de foto
que dice: Manolete el cuarto Califa.
En el libro Manolete el Califa fulminado, de la
escritora Anne Plantagenet publicado en 2007, se dice en los créditos: Copyright de esta edición,
Algaba, Ediciones S.L. por acuerdo de Èditions Ramsey, París, fotos ABC.
Luego en un apartado: … prohíbe cualquier
publicación de este libro sin autorización de los titulares de la propiedad
intelectual, ……. La infracción de estos derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (art.
270 y siguientes Del Código Penal). Y es así que nos encontramos en la página 109,
con la foto a toda página de Manolete y
su capote de Aurelio Grasa sin nombrar al autor, con un pie de foto que
dice: Este perfil, este ademán, la mirada de soslayo, son rasgos
de la iconografía manoletina. En este mismo libro, se utiliza este perfil
del torero, a menor tamaño, en seis
ocasiones, de las páginas 142 a la 152,
para ilustrar el capítulo El tercio de
banderillas, parte 2. Esta foto de
Manolete se encuentra en los archivos de ABC, al parecer firmada por el autor, enviada
por el que fue su colaborador en Zaragoza y no tenemos constancia del pago de
la misma; Grasa acostumbraba a enviar sus fotos o sus placas a los medios, que
luego eran devueltas por los mismos, y que conservamos en el Archivo Barboza –
Grasa.
En la
exposición Tauromaquia de Aurelio Grasa
celebrada en la Sala de la RSFZ en octubre de 1990, Teresa Grasa y yo hicimos un fotomontaje de la
misma con otras fotos del reportaje sobre Manolete de Aurelio Grasa. Estos
copyart fueron expuestos en Burdeos, en la Casa donde falleció Goya. Otra copia de esta foto también se encuentra
depositada en la Fototeca de la Real
Sociedad Fotográfica de Zaragoza, y fue expuesta en el Palacio de La Lonja, en la Exposición La celebración de la mirada, con ocasión
del 75 aniversario de la RSFZ en 1998. Hemos seguido recorriendo la publicación
de esta famosa foto de Manolete y su capote de Aurelio Grasa y
nos la encontramos en múltiples ocasiones sin nombrar en absoluto al autor de
la misma. El Archivo Barboza Grasa espera y desea que siempre que se publique esta
foto Manolete y su capote se cite el
nombre de su autor, que es Aurelio Grasa Sancho y nos reservamos el derecho de actuar
jurídicamente.
Carlos
Barboza Vargas
Archivo
Barboza Grasa



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