La mejor inversión de un País está en la educación de su gente y es lo
que ha hecho Costa Rica desde que en 1848 se constituyó el País y su primer
Presidente el Doctor Castro Madriz
consolidó la Democracia, protegió la libertad de prensa y se preocupó por la
educación de la mujer. Luego, en 1885-86, con la promulgación de la Ley General
de Educación Común, se estableció la educación gratuita y obligatoria para todo
ciudadano que viviera en el territorio de Costa Rica. En 1887 se crea el Liceo de Costa Rica y en
1888 el Colegio de Señoritas. Esto nos lo explica en el libro del Centenario del
Liceo, el profesor Rafael Obregón Loría:
El
Licenciado Mauro Fernández como Ministro de Instrucción Pública del Gobierno
del Licenciado Don Bernardo Soto, era hombre de privilegiada inteligencia, de
sólida cultura y ferviente devoto de la enseñanza popular. Después de haber
emitido por iniciativa la Ley General de Educación Común, por la cual se
reorganizó la enseñanza primaria, el Licenciado Fernández se dio a la tarea de emprender
la reorganización de la secundaria, llamada ahora Enseñanza Media, tenía en su
mano los planes de estudio de Europa, por el subsecretario Don Pedro Pérez
Zeledón por encargo suyo….
Soñaba
con establecer en la capital un Instituto de Enseñanza del mas alto nivel
académico que estuviese a la altura de otros centros de cultura del
exterior…..Esta Institución vino a ser el Liceo de Costa Rica que se abrió por
decreto el 6 de febrero de 1887, bajo la protección del Estado y de la
Universidad de Santo Tomás, pero dependiendo directamente del Ministerio de
Instrucción Pública.
Yo nací en el Barrio Luján, y estudié en la Escuela de Chile, por
proximidad al sitio me matricularon en el Liceo de Costa Rica para cursar
estudios secundarios. Desde niño, crecí viendo este gran edificio doble
construido en 1903, ya que jugábamos en la Plaza González Víquez, y el
Liceo se encontraba junto a ella. Una línea de tren separaba ambos
lugares. Entrar en este magnífico
edificio de dos plantas de principios del siglo XX imponía por su construcción,
muy diferente a las casas de nuestro barrio, que eran de una planta y de
madera, todavía en esa época había cafetales y potreros entre el Barrio Luján y
el Liceo. Eran en esos tiempos las
afueras de San José. Mi hermana Elia
María Barboza Vargas estudió en el Liceo en los cursos de noche, implantado por
el Presidente de la República Don Otilio Ulate Blanco, para ayudar a los trabajadores que no podían
asistir a los cursos de día. Fue una de las primeras egresadas de dicha
Institución, en el Bachiller nocturno, titulándose el 2 de diciembre de 1957.
Me inicié como estudiante y todo fue nuevo para mí. Se me comenzaron a
abrir los ojos a la Ciencia, la Historia, la Geografía y el Arte, que me fueron enseñando
escalonadamente, primero Costa Rica, luego América y finalmente España y
Europa. En los primeros años también nos enseñaban inglés y francés, y luego en
el bachiller se escogía uno u otro idioma, yo me decanté por el francés.
También en estos primeros años nos daban cursos de manualidades, de encuadernación,
todavía guardo el libro de Zoología que encuaderné. En pintura, en especial nos
enseñaban la técnica de la acuarela, con
mi recordada pintora Doña Flora Luján de Amighetti, y caligrafía con el
escultor Juan Manuel Sánchez. También nos enseñaban mecanografía, y en la clase de música, solfeo y a leer las partituras, y los mas avanzados tocaban instrumentos para la Banda del Liceo.
A los deportes les daban gran importancia, especialmente la natación,
ya que se contaba con una gran piscina
olímpica con dos trampolines. El fútbol, básquet y la gimnasia me hacen
recordar los momentos vibrantes en el estadio de La Sabana donde nuestros atletas competían con los de otros Colegios y
nosotros peleábamos como hinchas con las otras aficiones. Había también
Laboratorio de Química y Biología con microscopios, donde pude ver las células de las cebollas y
diseccionábamos ranas para ver los latidos del corazón, a las pobres algunos
terminaban echándolas en el carrito de los helados del vendedor de la puerta
del Colegio, el cual les recriminaba con gruesas palabras, luego seguía vendiendo helados y rodajas de piña que anunciaba de la siguiente forma: Piñas, con vitamina pi….
La Literatura adquiría un protagonismo especial, pues se esforzaban los profesores en que redactáramos
y leyéramos bien, allí aprendí nombres y obras de escritores tales como: Magón y sus Cuentos, Aquileo
Echeverría y las Concherías de Costa Rica, la poesía de Rubén Darío, Jorge Isaacs, con su novela María, el Martín Fierro de José Hernández.... Las Letras españolas se iniciaban con
Galdós y las obras Trafalgar y Marianela, Gustavo Adolfo Bécquer con Leyendas y Poesías, y en los dos últimos años de bachiller, el Siglo de Oro
español, con Lope de Vega, Calderón de la Barca, Góngora, Quevedo…y especialmente Miguel de
Cervantes, con la Novelas Ejemplares y
como obligación, había que leer El
Quijote, estudiarlo y comentarlo para el examen final.
Escribo todo esto pues mi compañero Guillermo Vega me recordó que este
año 2011 se cumplían los 50 años de egresados del Liceo de Costa Rica, lo que
me hizo recordar tantos acontecimientos de esta vida de liceísta en que me
forme con compañeros que siempre me respetaron y aceptaron mi vocación
artística ya que me dedicaba a hacerles caricaturas al igual que a algunos
profesores, curiosamente, en años anteriores mi amigo Hugo Diaz, hizo lo
mismo. Participábamos en los Carnavales
y en los desfiles del 15 de septiembre y
especialmente nos divertíamos poniéndonos motes. Nuestro recorrido por el
Colegio estuvo presidido por grandes profesores, y por dos directores, Don
Ramiro Montero Sanchez y Don José Joaquín Mora Mora. En noviembre de 1961 nos
entregaron el Título de Bachiller con lo cual cumplimos ahora 50 años de vida fuera
del edificio que nos acogió, y cada uno siguió su camino profesional, y el mío
fue el del Arte, y actualmente vivo en España donde desarrollo mi labor de
pintor, grabador y restaurador de Goya muralista en Aragón.
Carlos Barboza Vargas.
Egresado del Liceo de Costa Rica en 1961.
Egresado del Liceo de Costa Rica en 1961.



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